Capítulo 27: Cuentos sin final feliz

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"-Tobio, algún día vas a conocer a tus cuatro almas gemelas, y puedo asegurarte que una vez que convivas con ellas, aunque sea solo por unos minutos, dejará una huella en tu interior. -Mi abuelo me dijo con una sonrisa, mientras ambos estamos sentados en el porche de su casa. -Ellos te harán feliz y tu los harás felices a ellos. Cuando estén todos juntos se sentirán completos y, puedo asegurártelo, ya no van a querer separarse. –

- ¿Seré feliz? -La pregunta salió de mi boca con una voz más joven... Claro, tengo ocho años...

-Te lo garantizo. -Mi abuelo me revolvió el cabello.

Creo que a todos nos han contado desde niños la historia de las almas gemelas con el final de Felices para siempre. La o las encuentras, se conocen, encajan y terminan viviendo una vida muy feliz juntos. Se supone que así es como funciona... al menos la mayor parte del tiempo... Lo que nunca te dicen, es que eso no siempre sucede... Lo que jamás te advierten es que, en pocas ocasiones, las cosas no salen como lo planeas... y el final feliz que esperas tener desde que entiendes porque tienes una marca en tu cuerpo... se desvanece...

- ¿Kageyama? -Una voz me nombró... ¿quién es? No la reconozco. -Kageyama... ¡Kageyama! –"

Abrí mis ojos, solo para encontrarme con otros muy cerca, pero... ¿por qué veo borroso?... Oh, es que... ¿estoy llorando?

-Kageyama. -La persona frente a mí volvió a llamarme... Daichi-sempai. - ¿Estás bien? –

Asentí y me senté, secándome las lágrimas con mis manos. Hace mucho tiempo que no sueño con mi abuelo... ¿por qué ahora?

- ¿Kageyama? -Daichi-sempai apoyo su mano en mi hombro. - ¿Enserio estás bien? No parabas de removerte dormido. Incluso chocaste contra Suga y lo pasaste por encima. –

¡¿YO HICE QUÉ?! ¡OH, DIOS! ... Miré hacia mi costado y vi a Suga-sempai mirándome con curiosidad. Empecé a hacerle la seña de que lo lamentaba una y otra vez. ¡Pero que vergüenza!

-Esta bien, Kageyama-kun. -Él me aseguro. -Si no te importa que pregunte... ¿con qué estabas soñando? –

Noya-sempai me paso mi pizarrón y empecé a escribir con la mirada de todos mis compañeros, que están despiertos, en mí.

"Un recuerdo de cuando era joven y una especie de resolución a la que llegué."

- ¿Es algo malo? -Kinoshita-sempai me cuestiono.

"No... no exactamente. Perdón si los desperté, no era mi intención."

-Bueno, no fuiste tú quien nos despertó exactamente... -Asahi-sempai me aclaro. -Cuando chocaste con Suga, él grito y al abrir los ojos para ver que pasaba, todos notamos como te removías y lo atropellabas para pasar hacia el otro lado. –

¡Ay, no puede ser! ¡¿Cómo pude pasar por encima de Suga-sempai así?!

- ¡Asahi, no lo digas así! -Suga-sempai exclamo de repente. -Tú no te preocupes, Kageyama-kun. No fue tan malo como estoy seguro de que piensas. –

Aun así... ¡Que vergüenza!

Alguien toco la puerta en ese momento, y Enoshita-sempai abrió.

-Buenos días. -Yukie-chan nos saludó. -Disculpen, pero necesito llevarme a Kageyama-kun... Necesitamos de su asistencia para preparar el desayuno. –

Me levanté de un salto y comencé a vestirme. Una cosa importante que aprendí ayer... solo una de las chicas sabe cocinar realmente... y es Eri-chan, la manager de primer año de Ubugawa. Ni siquiera Shimizu-sempai sabe, lo que realmente me sorprende.

Amor SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora