Kageyama Tobio fue rechazado por sus cuatro almas gemelas en su primer año en Kitagawa Daiichi. Seguido de eso, estuvo involucrado en un accidente y dejo Miyagi sin que nadie lo supiera.
Tres años después, él regresa con sus padres, listo para come...
Sinceramente, después de decidir no volver a jugar vóley en mi primer año de secundaria baja, el entrenamiento fue algo complicado de dejar. Estaba tan acostumbrado a correr por las mañanas, comer solo comida saludable y tener entrenamiento en la tarde, que cuando ya no tuve la necesidad de hacer nada de eso, me encontré con mucho tiempo libre.
No es que yo sea ahora un fanático de la comida chatarra y un holgazán. Principalmente agregué a mi dieta pizza y algunas frituras, pero nada más. En cuanto a todo el tiempo que pasaba haciendo ejercicio... bueno, las carreras matutinas, en Nagano se convirtieron en "descubre una nueva ruta de carreras con algún hermoso paisaje", y en cuanto al entrenamiento vespertino... lo cambie por tiempo para leer libros, mangas y practicar mi lenguaje de señas.
Al volver a Miyagi, tuve que volver a incorporar una nueva rutina. En las mañanas decidí seguir saliendo a correr, tratando de encontrar paisajes que aun no haya visto... lo que es bastante difícil porque la ciudad rural es pequeña. En cuanto a la tarde... al volverme manager del equipo de vóley, volví a tener entrenamiento, solo que, en lugar de hacer ejercicio, veo a mis chicos entrenar y tomo nota de cosas que veo. Mi régimen de comida es algo que no planeo cambiar, solo añadí los bollos de carne que Daichi-sempai nos compra y los helados que a veces los segundos años me invitan.
Al haber ganado a Shiratorizawa ayer, me acosté temprano por el cansancio mental que fue ver a mis chicos jugar cinco sets. De la misma forma, me levante antes de las cinco de la mañana y no con poca energía. Decidí salir a correr para bajar un poco mi euforia, y con rapidez me puse mi ropa deportiva.
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Estoy acostumbrado a comenzar mis carreras trotando y de a poco ir subiendo la velocidad, pero hoy... estiré primero y salí a toda velocidad por las calles. De todas formas, no es como si hubiera alguien... o eso pensé...
Estaba llegando a una carretera sobre una montaña desde donde se ve todo Miyagi, cuando por accidente no vi una pared y choque contra ella. ¡Al menos yo creí que era una pared!
- ¿Estás bien? -Alguien hablo y al levantar la vista... pues como dije... me encontré con que la "pared" no era una pared.
Ushijima-san estaba parado frente a mí con la mano extendida para ayudarme. Me levanté del suelo y asentí.
-Ushi... Ushijima-san... -Un chico más bajo apareció por detrás suyo jadeando. - ¿Si recuerda que no soy tan rápido como usted, verdad? –
-Lo siento, Shirabu. -Ushijima-san le dijo a su compañero.
Shirabu... es su setter...
- ¿Y tu quién eres? -Oh, me noto.
-Shirabu, él es Kageyama Tobio, manager de Karasuno. -Ushijima-san nos presentó. -Kageyama, él es mi setter de segundo año, Shirabu Kenjirou. –
Oh, diablos... mal momento para no traer mi pizarrón conmigo. ¿Este chico entenderá lenguaje de señas? Bueno, puedo intentar...
"Encantado de conocerte, Shirabu-san." Exprese con mis manos.
