32

4 0 0
                                    

- ¡ERWIN!- La voz volvió a resonar por la mansión- ¡BAJA EN ESTE PRECISO INSTANTE!.-

- Nana- La mencionada se acerca- ¿No me puedo intoxicar como la ultima vez?- La mencionada niega aguantando las risas.

- Se hombre, ponte los pantalones y enfrenta a tu padre- Le palmea el hombro al rubio- Y no lo hagas esperar, sabes como es- Él se levantó con desgana.

- Lo se- Nos mira a Armin y a mi- Ustedes tienen que venir conmigo- Armin se soltó un bufido, ¿Ver al padre de mi tutor? Eso me pone de los nervios.

- Vamos Gabriela- Armin se levanta y me toma de la mano- Al abuelo no le gusta esperar.-

- Pero-.- No me dejaron hablar, el rubio jaló mi mano para bajar. Que vergüenza, yo sigo con el kigurumi, menos mal que Armin sigue con el suyo. Bajamos hacia el recibidor, encontrando a otro rubio (Uno mas para la colección) Muy parecido a Erwin, pero con barba y lentes, esperando impacientemente de brazos cruzados, él al ver a su hijo se acerca a él con rapidez y le da un gran golpe en la nuca (Hasta a mi me dolió).

- ¡Papá!- Se quejó Erwin, sobándose la nuca.

- ¡¿Se puede saber por qué no me dijiste sobre la adopción?!- Preguntó alterado- ¡Eres un descarado, Smith! ¡No pudiste enviarme, por lo menos, un mensaje, avisando algo tan importante como eso!.-

- Pero-.-

- ¡Ningún pero!- Su voz me aturdió un poco por lo fuerte que es- ¡No quiero ni una escusa!- Siguió reprendiendo a su hijo, como diríamos en mi país, le dio un jarabe de lengua.

- ¿Siempre ha sido así?- Le susurré a Armin, este asintió.

- Siempre- Asegura en el mismo tono de voz- Desde niño lo reprende así, por eso papá casi nunca habla con él- Cielos, que niñez, Erwin nos manda a callar con una mirada muy disimulada- Mejor no hablemos ahora, ya está demasiado alterado- El recién llegado sigue dándole un sermón de vida a su hijo hasta que por fin (¡Por fin!) Se cansó.

- Mas te vale que me avises si vuelves a hacer otra cosa así.-

- Dudo que vuelva a adoptar- Dijo el reprendido- No quiero que vuelva a salir otra militar, ya me basta con una- Tuvimos que aguantar las risas, pero el mayor nos vio (Ahora si somos fritanga) Nos observó detenidamente, sobre todo a mi; por reflejo tapé mi ojo derecho, pero el rubio a mi lado toma mi mano y me destapa el ojo con un poco de brusquedad.

- Ay, idiota- Le dije por su acción, pero creo que por su mirada y la de Erwin la regué.

- ¿Así tratas a una dama? ¿Eh, Armin?- El mencionado se tensó- Te estoy preguntando algo, hongo.-

- C-claro que no- Se trababa de los nervios- E-es que tenía a-algo e-en el ojo- Él lo miró fijamente, hasta que pasó su mirada hacia a mi, cielos, su mirada da miedo.

- ¿Y tu quien eres?- Cuestionó.

- Soy Gabriela Smith, señor- Me presento como si estuviera en la milicia.

- ¿Ah, si?- Asentí- Y dime, Gabriela, cuéntame de ti- ¿En serio tuvo que decir eso? En estos momentos olvidé quien soy y que hago.

- Tengo dieseis años, estoy en cuarto año de instituto y vivo aquí desde Julio de este año- Me mira y luego ve a lo otros rubios.

- No puedo creer que una niña los dejara en ridículo- Pasó de nosotros para subir al primer piso. Los otros dos soltaron el aire que contenían.

- A veces no lo soporto- Dijo Erwin mientras empezaba a caminar de regreso al comedor, nosotros le seguimos el paso.

- Erwin- Llame su atención- ¿Ya se calmó?.-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 16, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

★Poder Titanico★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora