Capítulo 40

627 25 0
                                    

Narra ____:

Esa carta, dios me ha costado mucho escribírsela. Tener que decirle adiós me ha costado la misma vida.

Casi la mitad del viaje estuve llorando y culpándome a mi misma por apartarlo así de esta manera.

Cuando llegámos a Los Ángeles y salimos del aeropuerto cogimos un taxi hasta nuestra casa. Abrí y desactivé la alarma, lo último que quería es que supiera que estaba aquí y mandara a alguno de sus amigos a retenernos en lo que él tardaba en llegar desde Omaha.

Al entrar volví a derrumbarme de nuevo. Todas las paredes y en cada rincón había fotos nuestras. Fotos que me recordaban todo lo que habíamos vivído juntos. Fotos de un pasado muy próximo.

Caí al suelo de rodillas buscando consuelo en mi propio llanto y abrazándome a mi misma. Esto era demasiado.

Dev se agachó y me cubrió con sus brazos.

Dev:"Tranquila no estás sola ¿vale?".--."Recuerda por qué haces esto.".-

Devora tenía razón. Esto lo hacía por mi. Porque soy una cobarde, porque no quiero hacerle daño a las personas que realmente quiero y sé que estarían a mi lado pasase lo que pasase, porque no merezco vivir la vida que él me ha dado.

Tardé una media hora en calmarme e irme recuperando poco a poco. Me levanté y empezamos a guardar cosas.

Cajas y más cajas se iban acumulando en la entrada. Toda mi ropa, zapatos y complementos. Todas mis cámaras y accesorios. Toda mi vida en cajas casi deshechas por culpa de la humedad del desbán

Si lo que quería era que él no se acordara de mi, lo iba a ayudar. Metí todas las fotos y recuerdos de viajes y sitios en los que habíamos estado en un par de cajas.

Ahora en la casa parecía que sólo vivía un niñato que iba de fiesta en fiesta y solo la pisaba para lo propio. Ni rastro de una vida allí vivida.

Era demasiado tarde como para volver a coger otro avión por lo que decidimos dormir aquí y mañana por la mañana temprano yo cogería mi vuelo a New York y Dev de vuelta a Omaha.

No fui capaz de dormir en nuestra cama por lo que me quedé en el sofá. Dev se metió en la habitación de invitados. A ella le daba igual y según me ha dicho en la vida había dormido en una cama tan cómoda como esa. No le di importancia. La verdad que ella no sabía de mi más lo que le he contado sobre Sam y el accidente y yo de ella el por que de su dolor de espalda y poco más.

Tardé bastante en coger el sueño. Solo era capaz de dar vueltas, una tras otra.

A las tres de la madrugada ya no aguanté y me levanté. Me fui al gran ventanal que había en la entreplanta de la casa con un magnífico banco para poder sentarse o tumbarse. Era mi lugar favorito de todo el mundo. Bueno en realidad todas las casas que fueran mías tenían que tener uno, sino yo no iba a ser la que viviera ahí.

Cuando nos propusimos comprar una casa entre los dos puse esa condición. Me daba igual si solo tenía una habitación, un baño y una cocina con tal de que tuviera un gran ventanal con unas maravillosas vistas. Tardamos unos 6 meses en decidirnos. Vimos de todo tipo y en todos las zonas hasta que dimos con esta.

Me gusta que tenga el ventanal porque en los días y noches de lluvia y frío me quedo ahí con un chocolate caliente y un buen libro hasta las tantas. En las noches que no puedo dormir o simplemente para desconectar un poco. Es mi ricón y eso Sammy lo sabía. Por lo que si algún día se levantaba y no me veía al lado suyo sabía que iba a estar ahí, o si estaba triste, o enfadada, me pasase lo que me pasase iba a estar ahí. Voy a echarlo de menos.

Finalmente me quedé aquí dormida y cuando los primeros rayos de luz del día incidieron en mi cara comencé a despertarme lentamente.

Muy perezosa me levanté para irme a duchar, despertar a Dev y hacer el desayuno.

Entré al baño de nuestra habitación y encendí la ducha. Dejé correr el agua hasta que se puso caliente y después me metí. Me relajé como hacía tiempo. Estuve como 20 minutos debajo del agua caliente sintiéndome en la gloria.

Salí y me acurruqué en mi albornoz para salir de nuevo a la habitación y sentarme en la cama.

El olor de Sam estaba por toda la estancia. No aguanté más y me dirigí al armario y tomé una de sus camisetas. La apreté contra mi nariz aspirando aquel aroma que tanto me gustaba.

Me aferré a aquella camiseta de tal manera que apenas me di cuenta que me la había llevado conmigo.

Ya estábamos en el aeropuerto de nuevo. Yo con toda la pila de cosas que me tenía que llevar y Dev tal y como había venido, solo acompañada de su bolso.

Me despedí de ella con un fuerte abrazo y diciéndole que iba a estar bien, que cualquier cosa que necesitara que la avisaría y que puede contar conmigo siempre que lo necesite.

Su vuelo salió tres horas antes que el mio, por lo que yo me quedé en una cafetería tomando algo. Tenía un poco de ganas de comer y tenía que aprovecharlo.

Revisé otra vez mi móvil, esperando que hubiera algún mensaje de alguien o alguna llamada, pero no.

Suspiré y resignada a cambiar de opinión me concentré en el fondo de la taza de mi café. Daba vueltas con la cucharilla a los posos que quedaban en el fondo y mientras que seguía haciéndolo levanté la mirada para recorrer todo el aeropuerto.

Miles de personas distintas andaban de un lado para otro. Unas calmadas y otras corriendo. Algunas parecían saber donde tenían que ir y otras estaban muy perdidas. Mujeres, hombres, niños, ancianos... Todo tipo de personas con todo tipo de historias diferentes. Seguro que si le preguntáis al hombre trajeado y con maletín que si su vida es emocionante os diga que no, pero yo creo que es todo lo contrario. Seguro que trabaja duro para poder pasar todo el tiempo posible con su familia, su mujer tiene que estar orgullosa de él y feliz por la familia que le ha dado. Al igual que si le preguntáis la mujer mayor que está en la mesa de al lado. Si no me confundo tiene que haber visto mucho mundo, no sé si sola o acompañada, pero seguro que no va de Los Ángeles a Miami todos los fines de semana.

Seguí divagando, cruzando miradas con todas las que se ponían en mi trayectoria hasta que apareció la suya. Aquella mirada intensa que tanto me intimidaba. Aquellos profundos ojos con aquel color tan intenso.

Bajé la mirada de nuevo a mi taza lo más rápido que pude pidiendo al cielo porque no me estuviera mirando a mi. Porque simplemente pasara de largo. Pero todas mis súplicas no sirvieron de nada porque a los pocos segundos hacia mi venía un Nash de lo más contento hasta que se fijó bien en lo que tenía delante.

Su cara pasó a estar confundida. Y mi pulso cada vez estaba más acelerado con cada paso que daba en mi dirección.

******Holi, holiiiiiii my kitties!!

Buenass aquí el primer capítulo de hoy.

Sigo esperando que os esté gustando y que comentéis que os parece como va y que votéis y todo eso. Me encanta cuando lo hacéis. Darme vuestra opinión por favorrr!

Os tengo que volver a dar las gracias de verdad. Ya son 5 mil leídas y 200 y pico me gusta, enserio no me lo creo. No me imaginaba que fuera a llegar tan lejos. Y todo os lo debo a vosotras. Mil millones de gracias.

También os dije que iba a hacer maratón el sábado o el domingo, pero no pude por que he estado enferma desde el viernes y hoy he subido porque ya era lunes y tal y ya tocaba.

También informaros que en una semana me voy de viaje con el instituto a Roma!!!!! Estoy deseándolo porque es la primera vez que me voy a montar en avión y que salgo del país porque Portugal no cuenta, voy en coche y apenas tardo 10 minutos ajjajaja Bueno el caso que esa semana no publicaré ningún capítulo.

Mil besisssss y hasta luego!!!!

Las pierdo. ||Sam Wilkinson y tú|| #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora