• Capítulo 5 •

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• Capítulo 5 •

"El Día a Día"
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El sueño del albino fue algo distinto esta vez.

Estaba comiendo. Una ensalada rica, mientras sus padres y otro niño hablaban tranquilamente. Asumió que era su hermano, mientras por alguna razón, se le oía hablar.

Entonces, de repente, comenzó a toser sangre en la mesa. Sus padres lo miraron con confusión y el niño también, y no pudo evitar tirarse al suelo mientras se ahogaba con su propia sangre. Oía gritos, que pedían que llevasen al niño al hospital, mientras perdia lentamente la consciencia... Cerniendose en la oscuridad una vez más.

...

Luka se iba a levantar con el mayor sueño que podía si no fuera porque tuvo esa pesadilla, y abruptamente. Respiró agitadamente, mientras se tocaba su garganta y se revisaba su boca... Se sintió tan real, una vez más, poseia esas misteriosas pesadillas que lo perseguían de cuando en cuando.

Era un fin de semana, y como era fin de semana, se levantaba a mediodía... Aunque no estaba del todo acostumbrado. Se puso su tapabocas en cuanto se terminó de duchar y cepillar, colocándose una camisa de mangas cortas azul claro con rayas blancas, una chaqueta blanca y unos jeans azules con zapatos deportivos de color blanco.

Bajando a almorzar, su madrastra había salido a trabajar, así que no volvería hasta el final de la tarde. Cocinó su propio almuerzo siguiendo las instrucciones que su madrastra le dejó, ya que el chico temía quemar la cocina con su fuego como la última vez. Tras hacerse un pequeño almuerzo, se sentó a comer mientras notaba que no había reemplazado sus vendas, estas estando completamente viejas... Debía de comprarse unas nuevas, realmente.

Tras terminar de almorzar y lavar su plato, el joven fue escaleras arriba a buscar las últimas vendas que le quedaban, colocándoselas y notando que ya no quedaban. Así que, el chico iba a hacer su primera misión de su dia a día: Las compras cotidianas.

Tenia que ayudar en la casa, después de todo, no podía quedarse como un vago sin pagar la renta por 6 meses... O su madrastra lo echaba. Salió a una farmacia cercana, pues era solo una sencilla misión que nadie le iba a quitar el pleno derecho legítimo de hacer. Eran sólo unas venditas facheras con propósitos sanos, además de que la última vez que no se puso sus vendas, la gente lo miraba raro por las quemaduras severas en sus manos, así que prefería evitarse inconvenientes a futuro.

Tomó un atajo más rápido, que era el parque. Miraba a los niños jugar y demás, aunque uno le dió un pelotazo sin querer en la cara que lo hizo retroceder para atrás.

– ¡Ah! ¡Sumimasen! – El niño fue a recoger la pelota, con cierta vergüenza. – ¡No fue mi intención! –

Luka asintió ligeramente mientras se agachaba y acariciaba la cabeza del pequeño, en señal de que todo estaba bien. De todas maneras, le era común recibir pelotazos casuales en parques comunes.

El chico se levantó y siguió en su camino a la farmacia. Afortunadamente no habían inconvenientes para él en su camino, pero tomaba varias paradas... Por ejemplo, paró en un puesto de helados, donde pidió un helado de vainilla y se sentó en un banco a comérselo. Un niño también se sentó a su lado llorando, y Luka, por consideración, le dió su helado.

Aquel chico del fuego blanco [ BNHA Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora