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Alexia y Chiapa llegaron al castillo y Alexia bajó a Maya con dificultad.
— Por los dioses —exclamó la reina al ver a Maya con el ojo morado y entraron al castillo.
Alexia dejó a su hermana en su cama.
—¡¿En qué pensaban?!— le preguntó la reina a la mayor de las mellizas
—En vivir la vida— murmuró esta.
—Mira a tu hermana— le espetó enfadada—¿Por qué no hiciste nada?
—Lo primero, sí que hice algo y lo segundo...¡No soy su maldita niñera!— le respondió ella enfadada.
—Seguro que no es para tanto— aseguró el rey tratando de calmar el ambiente.
La reina lo volteó a ver enojada.
—¿Y qué me dices de su hombro dislocado?— preguntó la reina agarrando suavemente el hombro de su hija.
Lo estiró y volvió a ponerlo en su sitio, sonando un "crack"
Su hermana puso una mueca de dolor. Maya abrió los ojos y pegó un grito
—¡No escapamos a las arenas de peleas!¡Lo juro!— se defendió inconsciente de donde estaba.
Su madre la abrazó y luego le siguió su hermana.
Al separarse, Alexia le pegó un golpe en su hombro sano y Maya se quejó.
—Eso por asustarme— le dijo enojada.
La reina empezó a regañar a las hermanas mientras que, el rey, soltaba una de sus tonterías.
—¿Y ganaron?— preguntó emocionado, ganandose una mirada asesina de su esposa.
—Mamá, estaba tratando de ganar. Quería darle ese oro a los huerfanitos— se excusó Maya y su hermana soltó un bufido.
—No uses a esos niños como excusa — la regañó más enojada que antes— Fuiste a pelear solo porque querías gloria.
—¡No hay nada más grande que la gloria!— exclamó el rey levantando los brazos, haciendo que Maya asintiera sonriendo mientras su hermana negó con la cabeza.
Sabía lo que significaba la palabra gloria, y no era esa su definición.
Su esposa lo fulminó con la mirada y este se puso a temblar.
—Que no es lo ideal para vuestro caso— el rey trató de arreglar su error algo nervioso— Obviamente
—Mijas, he soñado con su coronación 15 años— dijo la reina después de soltar un bufido
—Pero no queremos ser como tú — se quejó Alexia
—Diplomáticas —aclaró su hermana levantándose de la cama—Que no hacen nada y se sientan a hablar mientras los guerreros viven grandes aventuras
