11|Lᴀ ᴄᴀʟᴀᴠᴇʀᴀ ᴀʀǫᴜᴇʀᴀ

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Después de caminar un rato en el lomo de Chiapa llegaron a un lugar triste, estaba gris y las plantas de ahí se encontraban muertas

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Después de caminar un rato en el lomo de Chiapa llegaron a un lugar triste, estaba gris y las plantas de ahí se encontraban muertas.

Algunas flechas estaban clavadas en el suelo y en medio se encontraba el árbol quemado.

—Ya debemos estar cerca del monstruo blanco—comentó Maya y Chiapa comenzó a hacer sonidos de desaprobación

—No le digas así—reclamó Alexia seria y Maya se disculpó con su hermana, quien acarició la cabeza del nervioso Chiapa—Tranquilo, chico

Entonces, cuando empezaron a atacarlos con flechas, Chiapa se asustó y los tiró al piso, huyendo lejos del lugar.

—¡Órale, Chiapa!—le gritó la peli blanca levantándose del piso

—Esto va a seguir pasando, ¿verdad?—cuestionó Rico mirándo a Alexia curioso

—¡Miren!— Maya apuntó a una parte del árbol

Rico y Alexia voltearon a esa dirección, viendo al "monstruo blanco". Efectivamente era el que nos estaba atacando mientras les ladraba.

La arquera lanzó un flecha que casi le da a Rico, sino fuera gracias a Estefan.

Alexia levantó a Maya y a Rico del suelo para protegerlos de las flechas y se pusieron detrás de unas rocas.

—A ver, esto es lo que vamos a hacer: yo la distraigo, Ale, cúbreme y tú Rico subes al árbol quemado—Maya comenzó a explicar el plan para detener a la atacante—La derribas y le quitas su arco con Estefan

—¿Ese es tu plan?—el mago estaba
muy asustado

—¿Tienes uno mejor?—cuestionó Maya en su dirección

—Sí, sí, sí, casi como el tuyo, pero en este ¡Huimos!—Rico salió corriendo al bosque pero se regresó cuando varias flechas le cayeron encima—Ajá, bien valiente líder y asombrosa guerrera, vayan a distraerla

Maya y Alexia comenzaron a llamar la atención de la arquera, destrozando sus flechas o esquivándolas

Eso no le gustó, ya que comenzó a lanzarles de tres flechas cada tiro.

Lamentablemente, una flecha le dió a la armadura de Maya, haciendo la caer.

En eso, Rico le quitó el arco a la calavera, pero después esta golpeó al mago y lo lanzó al suelo con una flecha.

Alexia se acercó al peli-negro y lo arrastró para poder levantarlo

— La regamos—murmuró Alexia antes de que una flecha se le clavara en el hombro

Por suerte, gracias a la armadura, no se clavó muy hondo, pero le dolió y gruñó por lo bajo.

El "monstruo blanco" salió del árbol y aterrizó en su dirección, pero empezó a ladrarles.

𝙼𝚒 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚙𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚖𝚞́𝚛𝚌𝚒𝚎𝚕𝚊𝚐𝚘𝚜 (𝑍𝑎𝑡𝑧 𝑦 𝑡𝑢́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora