06|Pᎇʟᎇᎀ ᎄᎏɎ᎛ʀᎀ Aᮄᮀᮛ

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Acat, la diosa de los tatuajes, tenía la capacidad de hacer realidad todo aquello que estuviera tatuado en su cuerpo

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Acat, la diosa de los tatuajes, tenía la capacidad de hacer realidad todo aquello que estuviera tatuado en su cuerpo.

Maya, por otro lado solo tenía una armadura y una espada, y, aunque tuviera desventaja, se defendía bastante contra la diosa.

Algo que extrañó al príncipe era que Alexia no estaba con la princesa Maya. Sabía bien que Alexia daría la vida por su hermana, por eso se preocupó un poco.

Ahora, ambas chicas estaban peleando encima de un árbol.

"¡Ja, esto no le gustaría a Alexia!" pensó el príncipe

De un solo golpe, Maya lanzó lejos a Acat, pero esta con sus serpientes moradas se agarró de un árbol.

—Odio las serpientes—bufó Maya cansada

—¡¿Y qué opinas de los árboles?!—preguntó con Acat con sorna

Maya se exrañó y bajó la vista. Acat tiró del árbol causando que la princesa menor saltara desde este al suelo. La diosa arrancó el árbol de raíz y comenzó a dar vueltas para que tomara verlocidad y fuerza.

Acat soltó el árbol en dirección a Maya. El príncipe cerró los ojos con lástima al escuchar el impacto.

Cuando volvió a abrir los ojos, vió el árbol partido por la mitad.

Igual que el albino, Acat quedó perpleja por el evento. Cuando la tierra que había levantado el árbol se disipó, pudieron ver a una Alexia con el pelo blanco y los ojos morados. Detrás de ella, se encontraba Maya, algo cansada pero mirando orgullosa a su hermana.

Estaban ambas dentro de un campo de fuerza translúcido con algo de violeta creado por la mayor de las princesas Teca.

—¡Con mi hermana no, perra!—le gritó enfadada la poderosa jaguar.

El príncipe de los murciélagos soltó una sonrisa al verla.

—¡Tú....!—gruñó con rabia la pelinegra— ¡Te mataré, maldita princesita metiche!

—Me gustaría ver como lo intentas, maldita loca—se burló Alexia, haciendo enfurecer a Acat, y se volteó a su hermana—Lamento llegar tarde.

—No te preocupes— le contestó Maya—Gracias por salvarme

—Siempre— sonrió la chica y ambas se miraron, entendiendo cuál era el plan.

La hermana mayor se agachó un poco, Maya se apoyó en su espalda para saltar en las serpientes y usarlas como puente para correr hasta la diosa.

—Eso fue increíble. Si no trataras de matarnos, seríamos mejores amigas— se burló Maya

—Ya, no creo...—susurró Alexia sujetando a las serpientes por la cabeza para que su hermana no se cayera.

—¿Qué?—preguntó una confusa Acat.

—¡Ha dicho mejores amigas, desquiciada!—le gritó Alexia distrayendo a Acat y así Maya la golpeó con su espada, mandándola lejos.

𝙌𝚒 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚙𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚖𝚞́𝚛𝚌𝚒𝚎𝚕𝚊𝚐𝚘𝚜 (𝑍𝑎𝑡𝑧 𝑊 𝑡𝑢́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora