Capítulo 1: Te odio

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                                                                BARCELONA, 27 DE MARZO 2019

                                                                                15:30 P.M.

-Natalia siempre vamos a tener la misma discusión, es que contigo no se puede. Todo el día igual, no hay semana que no me llamen del instituto y nunca es para nada bueno, primero te pillan fumando, luego me llaman diciéndome que no has ido a clase, que si Natalia ha hecho esto o lo otro, y encima ahora me llaman para decirme que has incendiado la primera planta del instituto y que hay 3 heridos, ¡en que puta cabeza entra eso!

-Papá sé que lo he hecho muy mal, y entiendo que estés enfadado... ha sido un accidente te lo juro por lo más quieras – Me eché a llorar, estaba llena de rabia. La había vuelto a cagar y ya era un puto bucle, me odiaba, odiaba a mi padre y odiaba mi vida de mierda.

-Siempre es un puto accidente Natalia, asume tus errores de una jodida vez, ya no eres una cría. Me ha dicho el director que no te va a denunciar, pero estás expulsada... y recoge tus cosas, te vas a Madrid con tu madre. Ya no te aguanto más. Esta noche te quiero fuera de mi casa.

Me quedé paralizada, no podía creer que mi propio padre me acabara de echar de casa. Acababa de echar de casa a su hija de 15 años. Quise gritarle, lo odiaba, lo odiaba desde el puto momento en el que se divorció de mi madre porque se había enamorado de otra.

Horas más tarde ya tenía la maleta hecha, dejé las llaves encima de la encimera y salí de casa de mi padre, tras cerrar la puerta solté un grito y me eché a llorar. Yo nunca lloraba, nunca, es más odiaba llorar, me sentía demasiado vulnerable y lo odiaba.

Fui hasta la estación de tren y saqué el primer billete que había para Madrid, salía a las 18:30, 20 minutos después ya estaba sentada en el ave. Encendí el móvil, que estaba conectado a los auriculares, y puse en aleatorio mi playlist de Spotify no pude dormir en todo el trayecto, solo puede mirar por la venta mientras escuchaba música prometiéndome que al llegar a Madrid todo estaría bien. Aproximadamente a las 21:10 estaba ya en Madrid, llamé a Gus con la esperanza de que me lo cogiera.

-¿Gus? Necesito que me mandes la ubicación de tu casa

-Nat, claro. ¿Pasa algo? Te escucho rara

-Ahora te cuento. Te quiero - colgué

Pedí un uber y llegué a casa de mi madre. Estaba temblando, toqué al timbre y me quedé paralizada mirando a la puerta. Mi hermano, Gus, fue quien me abrió la puerta.

-¿Enana, que haces aquí?- se me quedó mirando y luego me abrazó muy fuerte – Estás muy guapa, Nat.

-El papa me ha echado de casa Gus

-¿Me lo estás diciendo enserio?- asentí- que grandísimo hijo de puta, ¿y cómo has venido hasta Madrid?

-En tren... ¿me puedo quedar aquí?

-¿Gus, quién es?- mi madre se acercó a la puerta

-Tenemos visita mamá

Mi madre me dio un achuchón que casi me deja sin aire 

– Ay Nat, ¿Qué haces aquí? Tu padre no me ha dicho nada de que venías.

Gus le explicó la situación mientras yo asentía e intentaba recapacitar sobre las últimas 24 horas.

-¿Me puedo quedar aquí a vivir?

-Por supuesto mi amor, quédate el tiempo que haga falta. Mañana irás al instituto con Gus y prepararemos tu habitación, mientras duerme en la mía.

Entré en la casa y dejé mi mochila y mi maleta al lado del sofá.

-No mamá no te preocupes, duermo en el sofá

-Vale, me voy a dormir que mañana entro a las seis. Descansad chicos

-Buenas noches mamá – Gus y yo nos quedamos sentamos y nos dormimos en el sofá, estaba agotada y necesitaba descansar de una vez.

¿Quién educa a quién? {HIT 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora