Capítulo 6: El botellón

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                                                            MADRID, 30 MARZO 2019
                                                                              21:00

Habíamos quedado con los demás cerca de la farmacia del padre de Erika. Darío y yo llegamos cuando ya estaban allí Marga y Andrés.

-¡¡Buenas!! – les dije mientras le abrazaba. Estuvimos un rato esperándola.

-¿Erika, estás ya?- dijo Marga desde la entrada.

-Ya voy, ya voy – terminó de coger no se el qué y salió

Fuimos hasta la plaza más cercana donde se solía reunir la gente como nosotros a hacer botellón. De camino hacia allí nos encontramos con Gus y sus amigos.

-Erika, ¿hoy tienes algo? – dijo mi hermano

-Sí, tengo esto que dicen que sube mucho. 40 pavos – dijo ella

-Joder, estírate un poco anda – Erika se negó a bajarle el precio, y al final le acabó comprando.

-Si no sabes ni lo que es. De esa mierda se te van a freír las pocas neuronas que tienes -Me quejé.

-Ya empezamos – dijo Gus entre dientes, claramente le escuché. Le miré con cara de asco, él se acercó a mí y me cogió del brazo.

-¿Qué coño haces, Gus?- dije mientras hacía el amago de que me soltara el brazo, pero siguió cogiéndome del brazo

-Gus joder, no te ha dicho que la sueltes. Pues suéltala –me defendió Darío. Gus me soltó con mala leche y se acercó a él.

-No te metas donde no te llaman imbécil – dijo Gus.

Cuando se ponían en plan testosterona power no los soportaba. Entendía que Darío me defendiera pero siempre acaban igual y ya estaba cansada de tanto numerito.

-Ya te vale eh, menudo imbécil...- Le dije a Gus. Él se alejó con Lena y se pusieron a hablar.

-No entiendo quien cojones se cree, acaba de llegar y ya se piensa que puede manejarlo todo a su antojo – le dijo Lena a Gus.

Yo les miré, lo había escuchado todo. Quise acercarme a decirle un par de cosas a Lena y al gilipollas de mi hermano, pero Darío, que vio mis intenciones me cogió de la mano para que no fuera para allá y entrara en su juego.

-Tía no te rayes, que aquí ninguno de nosotros piensa eso – dijo Marga y mientras sonreía sentí algo en el estómago.

Encontramos un banco y nos instalamos allí, Gus y sus amigos se fueron para otro sitio. Jaco abrió una botella  de whisky  y nos sirvió a todos

-¿No bebes?- me preguntó Marga

-Ahora no me apetece -contesté

-Te noto rara, ¿qué te pasa, catalana?

-Nada... he tenido movida con Gus

 Marga se sentó en el respaldo del banco en el que estaba y le dio un trago a su bebida.
Pasaron dos horas. Estuvimos bailando y bebiendo, pero yo seguía dándole vueltas al tema de Gus y en un momento de bajón me senté en el mismo banco y apoyé la cabeza en el respaldo.

-¿Quieres que te acompañe a casa, Nat? - preguntó Darío

-Mira no, no quiero que el gilipollas de Gus y su novia de los cojones me amarguen la noche.

-Esa es la actitud tía -Dijo Marga mientras le daba un trago mi copa, se sentó a mi lado y apoyé la cabeza en su hombro.

Sin saber por qué me puse nerviosa al tenerla tan cerca. La sensación del estómago volvió.

-¿Me acompañas a un sitio? -Preguntó ella, asentí con la cabeza mientras Marga se levantaba. Justo después de levanté yo y la seguí a todavía no sabía dónde.

Acabamos en la casa okupa, que casualidad que mi hermano estaba allí con Silvia y Nourdin, lo raro fue no ver a Lena.

-¿Que hacemos aquí? -Le pregunté confundida.

-Tú calla y sígueme - Eso hice la seguí pero no sabía a donde, un minuto después había perdido de vista a Gus y empezamos a subir escaleras que no sabía muy bien hacia donde iban. Llegamos a la azotea de aquel sitio, yo la miré confundida.

-Sigo sin entender na... - Antes de que acabara Marga me besó, no me dio tiempo a reaccionar y ella se alejó.

-Lo siento, se me ha ido completamente la cabeza - Me quedé mirándola aun más confundida que antes. Así estuve un par de segundos que se me hicieron una eternidad. Marga me miró y dio un paso hacia la puerta por la que habíamos entrado a la azotea, le cogí del brazo y le miré a los ojos.

-A tomar por culo - Dije mientas me acercaba a besarla.

Llevaba semanas sin saber qué me pasaba con ella, por qué no podía dejar de mirarla y me ponía nerviosa tenerla cerca. Me estaba empezando a gustar Marga pero no había sido capaz de admitirlo, solo de ignorar aquellos pensamientos.

Después de unos segundos besándonos se separó.

-Me molas mucho Nat - Dijo. La volví a besar pero un ruido nos cortó el rollo.

-¿Quien cojones hay aquí? - dije mientas encendía la linterna del móvil.

Vi a Lena escondida grabando con el móvil, Marga también la vio. El pánico nos invadió.

-Ostia puta. Lena - Dijo Marga.

-¿Me habéis llamado? - Dijo Lena haciéndose la tonta.

-Borra eso ahora mismo.

-¿Y si no me da la gana?

-Pues te meto dos hostias y te vas sin móvil y calentita a tu casa -Le dije.

Mientras discutía con ella Marga aprovechó para quitarle el móvil de las manos.

-Marga dame mi móvil -Dijo Lena.

-Borra el vídeo y te lo devuelvo -Respondió ella.

-No me fío de ella. Dime la contraseña -Dije.

-Ni de puta coña - Dijo Lena.

Cogí el móvil y lo tiré por la terraza. Lena gritó y se puso echa una furia. Pero me negaba a tener que aguantar los comentarios homófobos y asquerosos de todo el mundo que hubiera visto nuestro vídeo besándonos.

-Menuda hija de puta - Lena se acercó a mí con la intención de pegarme, pero antes de que eso pasara alguien entró por la puerta. Era Silvia.

-Por fin te encuentro Nat. Gus se ha desmayado, no reacciona.

¿Quién educa a quién? {HIT 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora