MADRID, 30 DE MARZO 2019
19:00Cuando llegué a casa mi madre estaba de pie en la puerta esperándome, estaba enfadada, muy enfadada, se notaba a kilómetros. Entré en casa y agaché la cabeza cuando pasé por su lado, miré a Gus pero él me apartó la mirada.
-Me ha llamado Ester, ¿por qué no has ido hoy a clase? -Preguntó demasiado enfadada.
-He estado en casa de un amigo, no hace falta que montes un drama.
-¿Que no monte un drama? ¿Me lo estás diciendo enserio Natalia? Pensaba que ibas a cambiar después de lo que pasó en Barcelona
-Joder mamá ni que hubiera matado a nadie, que solo he estado con un amigo en su casa
-¿Qué amigo, Natalia?
-Darío – Dijo Gus
-Cállate imbécil – me fui de casa dando un portazo. Y mientras caminaba me encendí un cigarrillo.
Me había alterado mucho la discusión con mi madre, no entendía por qué se había enfadado tanto. Tampoco había hecho nada del otro mundo, pero ella siempre está igual, que si Nat esto, que si Nat lo otro, Natalia madre mía... siempre la misma mierda.
-Ey ¿tienes fuego? – un chico se me acercó con un cigarro en la mano
-Si claro – saqué un mechero del bolsillo trasero del pantalón y se lo di
-Ostia Nat – me di cuenta de que era Jaco.
Le saludé y estuvimos conversando más de 20 minutos. Durante el camino que había desde donde nos habíamos encontrado hasta su casa, no habíamos parado de hablar.
-Bueno, me tengo que ir ya, que me están esperando – dio un paso adelante y me besó. Un poco desconcertada le seguí el beso durante unos segundos, y después de eso subió para su casa sin decir nada.
Al día siguiente mientras Gus y yo íbamos para clase nos encontramos con Silvia y Lena, esta última me miró de arriba abajo con cara de asco. Nada más llegar al "Anne Frank" fui corriendo en busca de Marga y Erika. Cuando llegué a donde estaban ellas con Andrés y Jaco, este se acercó.
-Anoche no pude dormir pensando en nuestro beso
-A ver chaval, que estuvo bien, pero tampoco te flipes
-¿Os habéis liado? – preguntó Erika. Tragué salive intentando no mirar a Marga.
-Oye, esta noche botellón ¿no? – dijo Marga cambiando de tema
-Yo voy – dijo Andrés, después se sumaron a él Erika y Jaco
-¿Y tú vienes catalana? – dijo Marga. Yo le dije que por supuesto y entramos a clase.
Me pasé toda la clase hablando con Darío, él me decía que pasaba de ir al botellón y yo estaba intentando convencerlo para que fuera. Cuando sonó el timbre que marcaba el final de la última clase salimos los primeros, aunque Gus ya estaba en la puerta esperando para marcharnos juntos a clase, pero lo malo es que iba con Lena.
-Se viene a comer – me dijo Gus al ver mi cara cuando la vi
-Podrías habérmelo dicho antes, Gus
-Te lo está diciendo ahora -Se entrometió ella.
-Paso de vosotros– Darío se acercó a mí para despedirse - me piro, ya nos vemos
-¿Quieres venirte a mi casa a comer? – él se quedó un poco flipando. Le hice un gesto con la cabeza bastante disimulado para explicarle el por qué se lo había dicho y él aceptó sin ningún problema.
Cuando llegamos a casa Lena y Gus subieron a su habitación y yo me dejé caer en el sofá mientras Darío dejaba su patín en la entrada.
-No la aguanto te lo juro, y encima lo que más me jode es que... - no pude terminar de hablar por qué justo bajaron Lena y Gus.
-¿Pedimos pizza? – propuso Gus
-Si llamo a mi padre, él nos las hace gratis
-De puta madre, ¿Te parece bien, Nat?
-A mí me da igual
Mientras Lena pedía la pizza Gus y yo pusimos la mesa. Ese día nuestra madre trabajaba hasta las 19:00 como todos los viernes. Entré a la cocina a por vasos, Gus entró justo detrás de mí y cerró la puerta
-¿Se puede saber que cojones te pasa?
-¿Qué cojones te pasa a ti Gus?
- Perdona pero eres tú el que ha traído a Lena a comer sin avisarme.
-Joder, no sabía que tenía que pedirte permiso para traer a mi novia a casa.
-Vivimos en la puta misma casa, y sabes lo poco que me soporta la imbécil de tu novia.
-Que no la llames así, ¿Y tú que te traes a Darío cada vez que te sale de las narices? Yo tengo que pedirte permiso y tú no.
-Si es la primera vez que viene, gilipollas – Salí de la cocina intentando no alterarme más
-¡Eres una puta niñata! – dijo Gus desde la cocina
Abrí la puerta y al salir me senté en el escalón a llorar. Que Lena me odiara me daba igual, pero que me odiara mi puto hermano... eso no lo podía soportar. Darío salió, y al verme así me abrazó.
-Joder, lo siento – dije mientras me secaba las lágrimas
-No tienes que sentirlo – ahora fui yo quien le abrazó a él.
-No sé qué cojones le pasa, enserio. Ha cambiado muchísimo, él siempre se ha metido en líos y tal, pero ahora es mucho peor... esa tía, Madrid... no sé – volví a echarme a llorar – no quiero que mi hermano deje de ser el que Gus de siempre
-Va Nat no llores, tranquila. Si quieres dejamos a estos dos aquí y nos vamos nosotros a comer a otro sitio, y luego si quieres pasamos por aquí, coges lo que te vayas a poner para esta noche y vamos a mi casa a prepararnos para el bote. Sólo si quieres
-Entonces... ¿vienes al bote? – él asintió – Eres el mejor, Darío.

ESTÁS LEYENDO
¿Quién educa a quién? {HIT 1}
Novela JuvenilNat acaba de llegar a Madrid, debido a que su padre le ha echado de casa. En su reencuentro con su hermano y su madre, esta decide que lo mejor es que vaya junto a Gus (su hermano) a las clases de HIT el profesor que se hace cargo de 9 chicos basta...