MADRID, 14 ABRIL 2019
00:13
-Esto es una puta locura –Dije.
-La he cagado, lo sé. Lo siento Nat... no debería haberlo hecho – contestó Darío.
En cuanto le abrí la puerta a Darío me lo contó todo, sabía que ocultaba algo, algo que prefería esconder a la sociedad. Vender su cuerpo en una aplicación no sabía que le llevaría a casi acabar en el hospital.
-Entonces –Suspiré - ¿Lo único que haces es quedar, les haces una foto para chantajearlos y les coges el dinero? ¿Y luego te vas? –Le pregunté.
-Que sí, te lo juro, nada más. Cuando se enteran de que soy menor se acojonan y se van. Nunca ha pasado nada... -Contestó él
Hasta que pasó, un tío de unos cuarenta años le obligó a que le devolviera el dinero. Era un hombre que ya había intentado quedar con él en otra ocasión, y cuando se dio cuenta de la estafa, le reclamó su dinero, Darío se negó a devolvérselo y el hombre le agredió. Por la zona en la que habían quedado no había absolutamente nadie que pudiera ayudarle, por eso ese hombre eligió quedar con él a esa hora en ese lugar, para que nadie le viera.
-¿Estás bien? –Dije mientras sacaba del congelar una bolsa para que Darío se la pudiera colocar en el ojo, que después de la paliza estaba muy morado.
-Podría estar mejor –Respondió mientras se acercaba la bolsa congelada hacia el ojo.
Esa noche, de camino a casa de Darío, tuve los ovarios de quitarme la máscara de dura y abrirme ante él.
-¿Estás mejor? –Darío asintió – Oye que... lo siento...Tenía que haberte llamado y haberte avisado. –Él me abrazó de lado y sonreí.
El silencio volvió, pero no era para nada incómodo.
-No hacía falta –Dijo.
-¿No hacía falta el que? –Pregunté confundida.
-Que me ayudaras, pero gracias Nat, de verdad –Respondió él. Su tono de voz sonaba bastante sincero.
-No tienes que darlas, me preocupo por ti, eres mi amigo y te quiero.
-¿Qué?
-Nada. Déjalo... –Respondí.
-Yo también te quiero Nat.
* * *
Al día siguiente, cuando Gus y yo salimos de clases vimos a HIT hablando con los chicos, nos miramos con mirada cómplice y nos unimos a ellos. Marga me miró, hice el amago de acercarme a ella pero se cambió al lado contrario del que yo estaba.
- Necesito que vayáis al gimnasio–Dijo Hugo. Nos miramos sin entender nada.
De repente Alberto, el profesor con el que Lena tenía una relación un tanto especial, pasó justo por detrás de nosotros y Lena, al darse cuenta de su presencia miró a Gus de forma que no llegué a entender y fue en su búsqueda. Busqué la mirada de Darío y él me la devolvió en forma de sonrisa, se subió al patín y se dispuso a irse.
-¿No vienes? –Le pregunté extrañada
-Tengo unas cosas que hacer, nos vemos en una hora fuera –Respondió él con una sonrisa pícara de lado.
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¿Quién educa a quién? {HIT 1}
Teen FictionNat acaba de llegar a Madrid, debido a que su padre le ha echado de casa. En su reencuentro con su hermano y su madre, esta decide que lo mejor es que vaya junto a Gus (su hermano) a las clases de HIT el profesor que se hace cargo de 9 chicos basta...