Capítulo 14: Suicidio

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              MADRID, 7 MAYO 2019
                          02:45 A.M.

Después de la llamada de mi madre, Gus y yo fuimos al hospital. Silvia llevaba allí desde hacía  dos horas. Hugo fue quien nos llamó, uno a uno, para informarnos del estado de Silvia. Le habían dado veinte puntos en el brazo, había perdido mucha sangre.

Quedamos en la cafetería de al lado del hospital ya que no nos dejaban entrar por no ser familiares y ser menores. A HIT, en cambio, sí le dieron información sobre su estado.

-¿Cómo está? - Preguntó Andrés.

-Estable, la van a dejar en observación toda la noche. Id a casa y descansad, mañana le darán el alta temprano.

-No, teng… tenemos que verla Hugo. Quien nos dice que no nos estás mintiendo y en realidad no está bien -Dijo Nourdin.

Todos sabíamos que entre Nourdin y Silvia había algo. Hay miradas que no se pueden esconder por mucho que uno quiera, y la forma con la que se miraba no era sólo amistosa. Pero ellos lo negaban. 

-Está bien, de verdad Nourdin. Iros a casa, podéis estar tranquilos - Decidimos hacerle caso a HIT e irnos para casa, me despedí de los demás y me fui a casa a intentar conciliar el sueño.

Esa noche ninguno de nosotros pegó ojo. Sobre las cuatro Darío me escribió, estaba fumando mientras miraba por la ventana de mi habitación cuando me preguntó si estaba despierta, le respondí que sí.

      <<<<Voy para allá Nati>>>>>

A los 15 minutos ya estábamos tumbados hablando de todo menos de Silvia, a todos nos había afectado mucho. ¿Qué habría pasado si no hubieran llegado a tiempo? ¿Y si le hubiéramos escuchado? Pedía ayuda a gritos y nosotros nos hicimos los sordos, podríamos haberlo evitado, o quizás no, quizás eso tenía que pasar.

Tenía mucho ruido en mi cabeza, y por más que quería siempre acababa pensando en lo mismo. Mientras que Darío y yo intentábamos hablar de otras cosas cosas. 

-¿Te acuerdas del vídeo que te mandé? -Pregunté. Él asintió -Pues no se como pero Lena se enteró, ayer cuando terminamos de recoger se acercó a mí y me dijo: la próxima vez que grabes conversaciones privadas que no te incunven procura pasarlo al pendrive correcto. Me quedé helada tío.

-Joder, menuda hija de puta. Que ganas de perderla de vista.

-Dímelo a mí que la tengo que aguantar cada dos por tres en mi casa. No quiero que Gus lo pase mal, pero que ganas de que lo dejen. -Dije mientras ponía un cojín bajo mi cabeza.

-¿Y tu madre? -Preguntó Darío.

-Supongo que intentando dormir. Aunque con estos dos pegando gritos es imposible hacerlo -Me quejé.

-¿Solo por esos dos? Lo que le ha pasado a Silvia…

-Estoy preocupada Darío. ¿Por qué cojones no la ayudamos? Todos sabíamos que se autolesionaba, HIT el primero. Si hubiéramos hablado con ella… -Apoyé la cabeza en su pecho

-Nat, ¿Qué hubiera pasado si… -Le corté. Sabía que se refería a la muerte, a todos era lo que más nos aterraba, si Silvia hubiera llegado a morir se me habría caído el mundo encima. Nadie te prepara para la muerte, y menos para la de una amiga. Nos aterraba esa idea.

-No te atrevas a decir eso. Está viva, no está bien y necesita ayuda, pero está viva -Se me cortaba la voz. Me abracé a él y dejé salir todo el aire que tenía en el pecho.

Esa semana Silvia no apareció por clase, no porque no quisiera, el que no quería era su padre que se había empeñado en que Hugo tenía la culpa de las autolesiones de Silvia. Que si él era quien le había metido en la cabeza a su hija que tenía que llamar la atención de sus padres, y muchas chorradas más. Supongo que a veces es más fácil culpar al menos culpable de todos en vez de mirarse a uno mismo y darse cuenta de lo que ha hecho mal para que tu hija acabe así. Todo eso había creado mucho revuelo en torno a HIT en el “Anne Frank” 

¿Quién educa a quién? {HIT 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora