Capítulo I

3.6K 297 92
                                    

Deshacerse de los recuerdos materiales siempre resultó difícil, esos recuerdos que marcaron el inicio de su felicidad, pero terminó de una forma abrupta. Lena había pasado toda la mañana viendo sus antiguas fotos de su ceremonia matrimonial, apreciaba como su rostro lucía diferente, más jovial y lleno de vida. Así como el de su fallecida esposa que presumía sus anillos a las damas de honor para posar a la cámara, acarició con suavidad la foto sonriendo amargamente. Varias de sus lágrimas cayeron en la foto deslizándose sobre el plástico antes de pasar a la siguiente, así sucedió con todas demás hasta darle el fin. Sería la última vez que las vería en su vida, quería dejar en libertad por completo, ese sería su manera simbólica de hacerlo. Tomó el álbum y lo colocó en la chimenea para que se fuera consumiendo poco a poco, también lo hizo con su anillo de bodas. Antes de lanzarlo miró la inscripción que tenía. "Siempre tuya".

- Lo fuiste hasta el último respiro, Felicity. Así como yo fui tuya - lanzó con lágrimas en sus ojos el anillo al fuego.

Se quedó sentada frente a la misma mirando como todo se comenzaba a consumir, sería su última noche en esa casa. El día anterior había llamado a una agente de bienes raíces para comprar una hermosa casa que estaba a la venta en Midvale, National City. Así como una empresa de mudanza para irse lo más pronto posible. Ahí esperaba rehacer su vida de nuevo, por lo menos hasta sentirse lista para volver al Ejército. Limpió lo que restaban de sus lágrimas y se levantó con cuidado para prepararse algo, tenía su estómago vacío, solo un poco de whisky tenía almacenado en su sistema digestivo. Se dirigió a la cocina para buscar algún aperitivo rápido en el refrigerador, tomó tres tomates, mantequilla, algo de carne molida y la cerró. Buscó en su alacena un paquete de pasta, junto a los condimentos para preparársela.

Tomó una olla y le echó agua hasta la mitad para ponerla a hervir. Ella sabía cocinar, Lillian, su adoptiva madre se encargó de que su hermano y ella recibieran clases para no ser dependientes de nadie. Gracias, madre. Por las clases de cocina, pensó con una ligera sonrisa empezando a cortar los tomates sobre la tabla de picar, los pasó a la procesadora con los condimentos y un poco de agua. Una vez hirviendo el agua fría la olla, echó medio paquete de pasta.

Unos veinticinco minutos bastaron para que su pasta estuviera lista. Se sirvió un poco de vino y se sentó a la mesa por penúltima vez, comenzó a cenar en silencio sin pensar en nada, tenía la mente en blanco, o quizá no tan así. Solo tenía en sus pensamientos a su esposa.

Miró hacia la chimenea apreciando como el fuego se había extinto junto con el álbum, sonrió de medio lado comiendo un poco más de pasta con tristeza, ya no existía reversa. No se trataba de una pelea que pudieran arreglar conversando, se trataba de que ya nunca más volvería su vida. Cerró los ojos colocando sus manos en forma de triángulo sosteniendo el tenedor bebió de golpe el vino que sobraba en su copa. Un robo, un maldito robo me quitó a mi esposa, pensó con molestia tirando el tenedor a la mesa sin contener más el llanto que de hacía unos minutos la venía amenazando. Todo había pasado tan rápido, como un ligero pestañeo, un día estaba tocando la gloria y al siguiente estaba envuelta en un torbellino de tristeza, soledad y dolor. Se levantó de la mesa entre lágrimas dejando sin terminar la pasta, porque su apetito desapareció por completo.

¿Cómo podría querer algo, si el año estaba por terminar y ella estaba con un dolor tan fuerte en su pecho? Subió los escalones para dirigirse hacia la habitación con dificultad, tenía sus ojos nublados por las lágrimas. Ni siquiera prendió la luz, ni tampoco tuvo la modestia de cambiarse. Dormiría ahí por última vez, miró hacia las cajas entre la oscuridad frunciendo un pocas su ceño, podía distinguir en cuáles de ellas estaba su uniforme del Ejército. Las otras estaban llenas de sus cosas personales y su ropa formal e informal.

Riesgo De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora