Capítulo XV

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A la mañana siguiente, solo quedaba el recuerdo amargo de lo que pudo ser una segunda desgracia para Kara, gracias a Dios no fue así, se despertó envuelta por unos brazos de oso que envolvía su cintura y un cabello castaño oscuro revuelto posado en su pecho. Sonrió con tanto amor que sus mejillas se podrían adormecer con facilidad, porque en dos años su panorama era distinto, ¿cuántas veces rechazó a una cita? Muchas, incontables veces, nadie había podido profanar su corazón frío como un iceberg, hasta que llegó cierta militar con aires de superioridad para salvarla como un cuento de hadas, si alguien en ese entonces hubiera llegado a decirle que se enamoraría de ella, así como su hijo también lo haría, seguramente se hubiera reído con fuerza.

Ahora, lo vive y lo disfruta, tenía en sus brazos a Lena Luthor, ex militar y la nueva sensación entre las chicas universitarias que visitaban la playa, esa parte no le agradaba tanto, no confiaba en esas pequeñas garrapatas hormonales. Haré el desayuno para los tres, veremos qué tan pesado tiene el sueño, pensó empezando a arrastrarse con cuidado hacia afuera de la cama y la escuchó suspirar cuando su cuerpo fue sustituido por una almohada.

— ¿A dónde vas, cariño? — susurró con voz ronca y todavía con los ojos cerrados.

— Haré el desayuno, cielo — le acarició el cabello alejándolo de su rostro. Lena asintió abriendo sus ojos mirando la hora de su reloj Tag Heuer — Me encanta ese reloj, ¿te lo he dicho?

— Mhm, creo que no — le sonrió dejándolo en su lugar — Fue un regalo de mi padre cuando cumplí la mayoría de edad.

— No me puedo imaginar cuánto cuesta uno de esos — comenzó a reírse sentándose a la orilla de la cama para ponerse las pantuflas de Lena — ¿Besito mañanero?

— Hasta que me lave los dientes, Danvers — se sentó detrás suyo abrazándola por los hombros con amor.

— Mhm, me encanta que seas así de cariñosa — sonrió con amor abrazando sus brazos y sintió un beso en su cabello — ¿Qué deseas de desayuno?

— Contigo todo es diferente, siempre te he dicho que los Luthor somos fríos y sombríos — soltó una pequeña risa dándole un sonoro beso en la mejilla levantándose — Cualquier cosa que quieras desayunar para mí estaría bien — se ató el cabello mirándola a través del espejo — Eso sí, no te acostumbres, ¿eh? Yo también haré el desayuno, almuerzo, o cena para nosotros — la señaló entrecerrando los ojos.

— Lo sé, pero hoy me toca a mí — le sonrió abrazándola por detrás con una sonrisa — Míranos, lucimos también juntas — Lena asintió acariciando sus manos — Solo para confirmar, esta será nuestra habitación, ¿cierto?

— ¡Por supuesto! — comenzó a reírse dándole pequeños golpes en sus manos — ¿Quieres que empecemos con los preparativos para la mudanza?

— Sí, me parece bien, ya quiero que iniciemos una vida juntas.

— Así será, cariño, así será — suspiró con una pequeña sonrisa separándose para ingresar al baño primero.

— Hey, eso fue trampa — se quejó en broma y Lena solo le sacó la lengua.

Aprovecharon la mañana para ir por todas las pertenecías de ambos Danvers para que se establecieran oficialmente en su nueva casa, ya no era un sueño,vivirían, hicieron varios viajes para poder trasladar todo sin tanta incomodidad. En noche tenían una cena en casa de los señores Danvers, sería la despedida de Sam y Ruby, se irían a National City para vivir con Alex.

— Estás triste porque se van, ¿cierto? — le preguntó Lena a Kara quién se maquillaba sin ganas.

— Sí, son tantos años los que pasamos juntas que, será muy extraño para mí no verla — suspiró dejando la brocha en su lugar, tenía los ojos brillantes.

Riesgo De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora