Capítulo XVII

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Qué difícil es decir adiós a todo lo vivido en un lugar, un trabajo, familia y a las personas conocidas. Un adiós necesario para continuar creciendo, vivir nuevas experiencias, así como cultivar un futuro nuevo. Cerrar por última vez aquél casillero que hacía veintitrés años atrás se abría todos los días, ya no sería más su mini espacio personal, sería ocupado a partir de cualquier momento por otra persona, cuyas energías eran nuevas utilizarlo fielmente el tiempo que fuese. Le traería nostalgia durante algún período de tiempo, sin embargo, se sentía feliz por la decisión que tomó, su etapa como socorrista terminó. Le hicieron una despedida en un pequeño bar cercano, se hizo dueña casi por completo del karaoke, disfrutó con ellos contando las anécdotas más significativas y, se disculpó por haber sido engreída en muchas ocasiones. Miró cada rostro y supo que independientemente de lo que fuera, los iba a extrañar, Kara Danvers, se permitió disfrutar, se permitió llorar ante las palabras que le dio John que, como le dijo Lena, él sabía por qué hacía las cosas, ninguna de las dos le guardaba rencor, siempre lo iban a recordar con cariño.

Ahora no solo eso cerraba, también lo hizo con la última caja que sería cargada en un camión de mudanza, claro, tenía una increíble resaca golpeando su cabeza, la sentía pesada, no soportaba ni el sol y la bulla. Su explicación era obvia tomó un poco de más, para disgusto de la ex militar, pero esta no le reclamó nada, solo se limitó a sonreírle y entregarle un café bien cargado, fue su día después de todo, merecía que le dieran todos los honores correspondientes como sucedió ese mismo día, tuvo una bella ceremonia donde recibió una brillante placa e insignia por su ardua labor.

— ¿No queda nada olvidado, cariño? — le preguntó Lena tomando una de las últimas cajas.

— No, amor — tomó la última en sus brazos — Me duele que hayas hecho la casa del árbol tan genial y nos marchemos sin que Tyler la haya estrenado — suspiró mirándola.

— Es lo de menos, algún día esta casa le pertenecerá — le sonrió — Y, tal vez volvamos para vivir acá nuestra jubilación, ¿no crees?

— Sí, también lo creo — soltó un suspiro sonriendo mirándola por última vez el interior antes de cerrar la puerta.

Afuera se encontraban los señores Danvers con una sonrisa nostálgica para despedirse de ellas por segunda vez, porque sí, hubo una gran cena patrocinada esta vez por ellos, en esta participaron los señores Luthor, estaban felices de que Lena aceptara ser la nueva CEO, tal como le correspondía hacerlo algún día. Sin dejar de lado lo feliz que estaban por tener a una nuera como la rubia y oficialmente tenían un magnífico nieto que le hacía mucha justicia a su apellido.

— ¿No olvidan nada, chicas? — preguntó Eliza con una pequeña sonrisa acariciando las manos de su esposo que posaban en sus hombros.

— Esperamos que no, Eliza — le sonrió Lena pasando a su lado para meter la casa en el auto — Ya saben que son bienvenidos en nuestra casa, también espero su respuesta a mi oferta.

— Lo sabemos, querida, pronto te tendremos una respuesta — le sonrieron los señores Danvers acercándose para abrazarlas — Hey, Tyler, ¿no te despedirás de nosotros? — el pequeño estaba en su respectiva silla viendo algunas fábulas.

— Abuela Eliza, abuelo Jeremiah, ya me voy con mis mamis — extendió sus pequeños brazos para que lo abrazaran y estos accedieron a hacerlo — Los quiero.

— Ay, mi precioso, me harás muchas falta — suspiró Eliza dándole un beso en su mejilla — Prométeme que vas a visitarnos.

— ¡Lo haré!

— Hasta luego, campeón, recuerda lo que hablamos — lo abrazó con fuerza Jeremiah — Recuerda lo que hablamos, cuida a tus mamás, ¿eh?

— Sí, abuelo Jeremiah, lo haré — le sonrió soltando el abrazo para ver otra vez las fábulas.

Riesgo De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora