Capítulo X

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El silencio era absoluto, no se escuchaba más que los instrumentos de Eliza siendo utilizados en Lena, así como se escuchábamos los pitidos que emitía el monitor Holter, o comúnmente conocido como el electrocardiograma. "Por qué dura tanto? ¿Es común que dure tanto? A Kara la estaba poniendo muy tensa sus pensamientos y los latidos de la militar, no por nada malo, temía que llegara el momento en que se dejaran de escuchar, si eso pasaba significaba algo malo, podía sentir que el pánico quería apoderarse de ella. Aferraba con fuerza sus manos en la bolsas de una chaqueta policial que Sara se encargó de conseguirle, porque el frío era estremecedor para una noche que a penas empezaba y estar en vestido y con unos zapatos de tacón no le ayudaban para nada a sentirse tranquila. Inclinó su cuerpo hacia delante mirando a los únicos que se habían quedado en la habitación; Alex, Sara y John. Los mirada con cierta preocupación de que su madre tardara tanto, como si estos pudieran adivinar sus pensamientos ansiosos, estos ni siquiera notaron su mirada intensa. Las dos primeras estaban sumergidas en sus móviles, supuso que enviando y recibiendo información constante de otros casos, o del mismo. Y, en cambio John, estaba con su brazo recargado en la única ventana que había, estaba muy perdido miraba a través de ella.

El ruido en aquella pequeña sala quirúrgica se detuvo, así como Kara juró que su corazón lo hizo. Se puso en pie con tal brusquedad que casi pierde el equilibrio por los tacones. También escuchó como su hermana emitió una pequeña risa ahogada por verla hacer el ridículo, se giró un poco hacia ella y la fulminó con su mirada, esta solo siguió con su diversión. La puerta se abrió dejando ver a una Eliza vestida totalmente de celeste, un pañuelo azul más oscuro recogiendo su cabello y la mascarilla quirúrgica descansando en su pecho, tenía una sonrisa orgullosa.

— ¿Cómo está, mamá? — le preguntó Alex con tranquilidad impidiendo que Kara abriera la boca.

— Lena está muy bien, duré un poco más porque buscaba sutural la herida muy bien, era profunda, como lo esperaba — Kara soltó un suspiro de alivio. Los demás sonreían más relajados — Solo necesitará un par de antiinflamatorios, quizá un antibiótico y tener por lo menos una semana de reposo, pero está muy bien, dentro de media hora despertará.

— Gracias a Dios — Kara abrazó a su madre con agradecimiento. Eliza le correspondió el abrazo mirando a Alex sin entender por qué y su hija mayor solo encogió sus hombros — ¿Debemos avisarle a los padres de Lena, que fue sometida a una cirugía?

— Todo está bien, hija — le frotó con suavidad su espalda con la palma de su mano — John, ¿puedes ayudarme a pasarla a una camilla limpia?

— Claro, Eliza — le sonrió caminando hacia ella para ingresar — Y, no, Kara, no lo veo necesario, si hubiera pasado lo peor, que gracias a Dios no fue así, ahí sí hubiera sido obligación nuestra hacerlo — razonó John compartiéndoles su experiencia perdiéndose de vista. Kara asintió sentándose.

— ¿Por qué estabas tan preocupada, Kara? — levantó su mirada para mirar a Alex — Aunque pareció que no te veíamos, en realidad sí lo hacíamos.

— Esa bala se dirigía a mí, Alex — su hermana borró su sonrisa burlona. Sara levantó su mirada del móvil para prestar atención.

— ¿Cómo fue que sucedió todo? — preguntó sin vacilar.

— Cuando corríamos, hubo un momento en el que sentí como se colocaba detrás mío, debió ser ese momento en el que recibió el disparo — bajó su mirada volviendo a recordar el momento — Lena le prometió a Tyler y a nuestros padres que me regresaría sana y salva, así lo hizo.

— Es una mujer honorable como su abuelo, John me lo dijo — Alex lo dijo casi en un susurro.

— Así que, ¿podrías dejar de ser tan severa con Lena? — Kara le pidió fijamente. Alex suspiró asintiendo rendida. Sara le sonrió a Kara.

Riesgo De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora