El permiso del Kazekage

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Narra Yodo

Nunca antes me había sentido así, ¿feliz? ¿ilusionada? ¿enamorada? ¿por qué esto es amor verdad?

Ya nos habíamos besado varias veces y los fuegos artificiales parecían estrellas cayendo sobre nosotros.

Si existe algo más lindo que eso no lo sé, pero espero descubrirlo a su lado.

— ¿En que piensas? —preguntó

Shikadai me tenía abrazada pegada a su lado, ambos estábamos tapados con la manta, al principio sentía frio pero ahora ya no, él me mantiene tibia.

— No lo sé —respondí recostando mi cabeza en su hombro— supongo que en como se dieron las cosas, antes no te soportaba y ahora estoy aquí contigo.

— ¿del odio al amor?

— Yo nunca te he odiado —respondí pegándole en la pierna y él empezó a reírse— Solo que te me hacías muy alzado, muy inteligente e interesante y eso me enojaba.

— Pero en parte soy eso... soy inteligente... interesante...

— Eres un presumido.

— Y tú eres preciosa.

¿Siempre va ser así? Me va hacer sonrojar y callar automáticamente con palabras lindas dejándome sin argumento para refutar.

Shikadai tomó mi rostro nuevamente acercándome hacia él para besarme.

La mayor parte del tiempo que hemos estado aquí nos hemos estado besando, creo sentir mis labios hinchados por tantas mordidas que él me ha dado.

Sus primeros besos no fueron así, fueron más tiernos, más dulces, no digo que ahora no lo sean solo que por momentos siento algo de fuerza, sobretodo cuándo sujeta mi rostro para meter su lengua.

La primera vez que lo hizo, no supe como reaccionar, ¿yo también debería hacerlo? me pregunté.

Cuándo él mete su lengua en mi boca, la sensación en mi interior cambia completamente, siento deseos, deseos de que él haga algo más, ¿qué puedo decir? no es mi culpa que mi cuerpo reaccione solo al compás de sus besos.

Shikadai continuaba besándome y yo correspondía sus besos como podía, en uno de los tantos besos yo intenté juguetear usando mi lengua, mezclándola con la de él, grave error...

No sé en qué momento me vi recostada en el tejado y él con medio cuerpo encima mío.

La sensación me gustó pero también me asustó, ¿que tan rápido podemos pasar esa línea? ¿cuánto hay que esperar? el beso se hizo tan "íntimo" que él se dio cuenta de la posición cortando el beso.

— Lo siento... —dijo levantándose un poco

— No te preocupes... —sonreí

Sonreí porque no quería que se sienta incómodo, me gusta y me gusta mucho.

— Son las 2:07am ¿quieres... que nos vayamos?

— No sé... ¿tú quieres irte?

Shikadai negó con la cabeza y volvió abrazarme acomodando la manta, nos quedamos así por una o dos horas más no lo sé, no volvimos a mirar el reloj.

Bajamos del tejado y caminamos por la calle tomados de la mano hasta que llegamos a la puerta de la casa.

Una vez más los besos, Kami... a dónde voy a llegar con estos besos.

Estos besos a diferencia de los del tejado eran más suaves y tiernos, tanto así que me dejaban con ganas de más... ¿acaso lo hace a propósito esperando que sea yo quién los intensifique? Kami... qué desesperante eres Shikadai...

Mi Celoso Vago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora