Los rumores son ciertos

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Yodo salió de la habitación de la princesa con el perfume de su prometido en la mano, caminó por el pasillo que conectaban las dos alas pero a mitad del pasadizo encontró de pie a Katsu

— Señorita Yodo...

— Ya sé Katsu no puedo ir a la otra ala —se quejó— ¿podrías darle esto por mi?

— Si Señorita yo se lo entregó

— Gracias

Sonrió y su guardia asintió

Yodo regresó caminando hasta perderse en el corredor.

El guardia también caminó en dirección a la habitación hasta dar la vuelta.




Narra Kankuro

— Shikadai debería estar aquí recibiendo a las personas

— Pienso lo mismo.

— Kankuro podrías ir a buscarlo y apurarlo, yo debo quedarme aquí no me puedo mover.

— Yo me encargo no te preocupes, ya vuelvo.

Caminé cruzando la sala hasta las escaleras, había notado los ojos de ella en mi, típico en ella... se muere por mi.

Me hago el interesante como siempre y no la miro, camino recto hasta las escaleras haciéndome el desentendido total igual tendremos nuestro encontrón más tarde.

— ¡Hey! ¿a dónde vas?

— Kankuro tengo que llevarle su saco a Dai, me lo acaban de traer.

— Y tu marido me mandó apurarlo ya debería estar aquí abajo.

— Si —respondió mirando a su alrededor— ve hazlo bajar, ten —me entregó el saco— que se apure, iré a ver a Yodo, en un rato debo regresar a la cocina.

— Ok ve.

Mi hermana regresó por dónde vino y yo subí las escaleras a pasos apresurados.

El grito de una voz de mujer me alerto.

Caminé despacio hasta que divisé a un shinobi del Clan de Nara.

Levanté mi mano derecha a la altura de mis hombros y el Shinobi se detuvo en su lugar e hizo una reverencia

— ¿Qué haces aquí? —pregunté con voz baja, toda mi atención estaba en tratar de escuchar la discusión de la habitación de mi sobrino— ¿dónde esta Yodo?

— La Señorita Yodo me encargó darle esto a Shikadai, ella está en la otra ala.

Entonces no es mi sobrina quién esta con él... ¿entonces quién carajos es?

— Dame eso y regresa a tu puesto.

El Shinobi me entregó el perfume e hizo una reverencia regresando a su puesto.

¿Con quién estás?

Caminé rápidamente y me apegue a la puerta que estaba entreabierta.

— Yo estaba confundido pero nunca la deje de querer

— Eso no fue una confusión mi amor, para mi no, yo sentía que me mirabas con deseo y yo estoy dispuesta a darte todo de mi, yo sé que me haz deseado tener yo lo sé y ahora puedes tenerme aquí, nadie se va dar cuenta

— Necesito que te vayas

— No me dejes fuera de tu vida

— ¡Shiomi vete!

Mi Celoso Vago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora