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❝— ¡¡Save Me, SOS!!❞
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— Fue un robo menor.... el agente nuevo
— Si no fuera por la gente joven....
— No puedo escuchar bien — susurró Amelie a nadie en particular, dejando de espiar al otro lado de la puerta de la oficina de policías en la estación policial, había pasado un mes y casi quince días desde que había comenzado su pasantía
Hacía un mes que Amelie no disfrutaba de muchas cosas, relajarse, dormir más de cinco horas, comer algo hecho en casa, tomar un baño de más de cinco minutos.... En fin eran demasiadas cosas, y si empezaba a contarlas todas iba a llorar.
Hablaba de vez en cuando con su padre pero ya no con tanta frecuencia como antes, ahora estaba más ocupada. Tenía que hacer reportes cada cinco horas, todos los días excepto por el domingo que era el día que podía ir a casa a recoger ropa limpia, asearse y demás. No había tenido tiempo de nada, pero comenzaba a estar un paso más cerca de su propósito, el propósito por el cual había aceptado la oferta de trabajo a pesar de que no era por sus habilidades y esfuerzos.
Llevaba más o menos un mes y había logrado que dos de las muchas historias que había investigado en ese mes, estuvieran en el noticiero. La primera había sido un informe sobre la construcción de un nuevo edificio, y la segunda sobre una tienda de dulces que con precios adulterados.
La dos eran historias menores, habían sido reportadas durante el fin de semana, donde las pequeñas noticias eran las informadas, en el noticiero que duraba menos de una hora. Era algo muy alentador, ¡de entre todos los reportes de los pasantes algunos sitios habían llegado al noticiero!
Amelie se despegó de la puerta donde había estado intentando escuchar a escondidas conversaciones de los oficiales de policía. Tendría que llamar para hacer su reporte en una hora y si no tenía algo para informar, sería regañada. Ya había recibido varios regaños, no era nada nuevo, pero ¿a quién le gustaba que lo regañasen?
Bufó estresada mientras caminaba a la pequeña habitación casi vacía,materialmente , que los oficiales habían designado para los reporteros. Ahí se quedaban a dormir muchos, incluida Amelie, pues no le daba tiempo a ir y venir de su apartamento todos los días. Tomó su termo con chocolate caliente de la única mesa de la habitación, y su laptop. Se dejó caer sobre una silla cercana y comenzó a escribir un breve informe de lo poco que tenía.
No llegaba ni a un párrafo de seis oraciones, además ninguno de los policías había querido ayudarla mucho con sus reportes y por eso le daban accidentes menores. El resto de los periodistas y pasantes en el lugar tampoco la ayudaban mucho.
"¿Por qué no pide tener los ojos más achinados?"— se quejó, miró su reflejo en la pantalla del teléfono, se veía horrible.
Su pelo cuidado, ahora tenía las puntas abiertas, debajo de sus ojos habían ojeras y cada centímetro de su cuerpo dolía, sobretodo los hombros.
