𝐄̀ 𝐮𝐧 𝐩𝐢𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞, 𝐛𝐚𝐦𝐛𝐢𝐧𝐚. (𝐈𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐈𝐈)

ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛: ℚ𝕦𝕚𝕖𝕣𝕠 𝕒 𝕞𝕚𝕤 𝕡𝕒𝕕𝕣𝕖𝕤

Adelaide

El se ríe sin expresión, me levanto, sin importarme nada, ni siquiera la mirada que me dedica.

-Escúchame bien, yo jamás me arrodillare a rendirte pleitesía, ni a ti ni a nadie, yo no soy y ni seré tu esclava, y si no estás de acuerdo pues vete a la mierda-exclamo cerca de él, levanto mi pierna para darle un golpe en sus genitales pero este es más rápido y me agarra la pierna, poniéndola a lado de su cadera, intento con la otra obteniendo el mismo resultado.

-Totalmente una cría inepta-dice en medio de mis piernas, recostándome más contra su escritorio, trato de apartarlo de mi, haciendo que esté se pegue más a mi, siento su dureza y su mano rozar mi intimidad, las mejillas se me acaloran.

-Escúchame ahora tu, aquí se hace lo que yo ordeno, si quiero que te lances de un jodido puente tu lo haces, por el simple hecho que yo mando aquí, ¡entendiste o te lo explico con manzanitas cría inepta!-brama agarrandome fuerte de la nuca, haciéndome doler.

-Con manzanitas, por favor-pido sonriente.

A este el rostro se le deforma del enojo, agarro con fuerza un objeto que tenia a mi lado, estampándoselo en la cabeza.

<<Ya valí mierda, pero me quedo con el placer de haberle partido la cabeza>>

-¡Ups!-me tapo la boca burlona, empezando a correr a la salida, por suerte esta estaba abierta, antes de que pueda dar otro paso soy agarrada bruscamente del cabello.

-Ahora si, rézale a tu Dios para que no te mate, Bambina.

Emergí tratando de llevar oxígeno a mis pulmones, pero él me vuelve a hundir la cabeza en el agua, la desesperación me avasalla cuando ya no tengo oxígeno, desesperada intento buscar aire pero el me impide, el mareo llega a mi, en ese instante el me saca del agua, toso, en grandes bocanadas trato de llevar oxígeno a mis pulmones.

-No te acomodes que no he terminado contigo-antes que logré entender este me amarra al techo.

Siento sus manos manosear mi cuerpo, tiemblo ante su contacto, brinco cuando azota mi glúteos.

-Sin duda alguna las mujeres de tu asquerosa familia son unas malditas con grandes atributos e belleza indiscutible-el primer azote en mi espalda llega, aprieto mis labios para que no se me escape un grito de dolor, dos, tres, cuatro, cinco vuelven a caer, lágrimas resbalan por mis mejillas pero sigo sin soltar un quejido, eso lo enfurece, me azota con más fuerza, siento la sangre resbalar de esta, sin querer suelto un sollozo silencioso.

-Tu pagarás la muerte de mis padres a manos de tú repugnante familia, no descansaré hasta ver sufrir a los que amas, verás como haré caer miembro por miembro de tu familia, empezando con lo que más idolatras y amas al igual que la peste de tu padre lo hace.

Levanto la mirada hacia él con los ojos llorosos.

<<Conmigo puede hacer lo que plazca pero con mi madre no, ella ya ha pasado por mucho, ya ha pagado por el mínimo pecado que ha cometido en toda su vida, ella se merece un respiro de todo este jodido sufrimiento>>