ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟛: 𝕊ı̀, 𝕖𝕤 𝕦𝕟 𝕓𝕣𝕦𝕥𝕠

5.6K 255 238
                                    

Adelaide

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Adelaide.

-Vamos quita esa cara Ale, para que veas que soy buena te modelaré todas las prendas a ti primero-digo divertida con las bolsas de ropa.

-¿A quien más pensabas modelarlas?-pregunta entre dientes.

-Pero que amargado, a nadie más.

-Más te vale.

Idiota.

-Recuerda, nada de lo que hicimos en esa hacienda puedes repetir o te cortaré esa lengua de víbora que tienes-estábamos por llegar a la mansión.

De nuevo a soportar a esa gente odiosa.

-No lo se, quisiera ver la cara de Gaia al contarle como amanecimos abrazados y como tú me preparabas la comida todos estos días-lo molesto su cara se transforma en una que me da miedo.

-Debí dejar que te mueras de hambre, malnacida.

-Imagina que esté embarazada, ¿dejarías que tu hijo pase hambre?-pongo una cara entristecida para luego soltarme a reír.

-Muy graciosa, de eso ya me encargué para que no suceda.

-Tener un hijo mío no es tan malo, no te saldría feo-digo molesta.

-Acaso es por el bebé que obviamente saldría con buenos genes por mi, es por ti, ni en esta ni en la otra vida pienso tener un solo hijo contigo-al parecer la idea le repudia demasiado.

-¿Y con Gaia?.

Se queda callado.

Chasqueó los dientes.

-Pudiste haber tenido el bebé más bello de todos pero prefieres a uno simple-me le mofo apartándome el cabello de la cara.

-Cállate.

-Mira como defiendes a ese niño que todavía ni nace, se nota que lo querrás mucho-pronuncio seca-es obvio si quieres mucho a la mamá.

La camioneta frena de golpe, el me agarra de la cara para que lo vea.

-A mi no me vengas a joder con tus celos, no pienso tener hijos ni contigo ni con ella, así que te me compartas o no respondo-me aprieta con más fuerza para luego besarme con rudeza, trato de empujarlo cuando me quedo sin aire hasta que me suelta.

-Ya quisieras que esté celosa de ti.

-Si como digas celosa-arranca de nuevo.

Desvío la mirada a la ventanilla, veía cómo  el camino desaparecía, no tengo ni siquiera porqué molestarme el puede hacer lo que se le venga en gana pero me molestaba la idea de el y Gaia con una familia, sentía un mal sabor en la boca.

-Toma-me extiende un chocolate, lo agarro de mala gana haciendo un puchero por su anterior trato conmigo, le doy una parte de el chocolate a él.

-Para eso mejor no me compartas nada, bambina-se queja pero igualmente se come el pequeño pedazo.

𝐄̀ 𝐮𝐧 𝐩𝐢𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞, 𝐛𝐚𝐦𝐛𝐢𝐧𝐚. (𝐈𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐈𝐈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora