𝐄̀ 𝐮𝐧 𝐩𝐢𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞, 𝐛𝐚𝐦𝐛𝐢𝐧𝐚. (𝐈𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐈𝐈)

ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟠: 𝔻𝕚𝕒𝕓𝕠𝕝𝕚𝕔𝕒𝕝 𝕕𝕠𝕝𝕝

Adelaide

Soy una idiota, no me lo dejo de repetir en la mente mientras el Jet alza vuelo rumbo a no se donde, Alessandro está muy a gusto encerrado con la azafata desde hace media hora.

-¿Porque me ve tanto?, ¿le gusto?, usted no es mi tipo-replico a Carlo al ver que no aparta la mirada de mi rostro.

¿Desde cuando hablo de mal forma a mis mayores?, hace tres meses estaría avergonzada de actuar así pero ahora...

-Mal educada, estoy viendo tu cara de víbora retorcerse al saber que el líder está con esa mujer, te dire algo ya es asunto tuyo el escucharme o no, no por unos cuantos encuentros entre el líder y tu creas que él es el amor de tu vida y viceversa, te vas a dar un fuerte estrellón contra la realidad si seguís con fantasías de adolescente, eso-señala a la puerta donde se escuchan gemidos de mujer que me estrujan el pecho-demuestra que para él tú solamente eres otro desfogue sexual como todas las mujeres de aquí, pero no es tu culpa él no comprenderlo al fin y acabo eres una niñata de dieciocho años que cree que alguien de treinta y cinco años podría sentir algo por ella-dice lo último con burla, tenso mi mandíbula.

-A mi no me interesa él-miento en un susurro que sonó mas débil de lo que quisiera haciéndolo regodearse aun más de mi.

-Niñita hasta un ciego ve cómo estás colada por el líder-me quiero bajar de aquí, me siento asfixiada.

-Para ser un viejo está más ciego de lo que creía, a mi no me importa su líder, lo que me interesa es largarme de aquí y no volver a ver o escuchar acerca de esta maldita organización en mi vida-o lo poco que queda de ella.

-Si como no, para ser una Romanova eres muy patética, ¿que pensara la peste de Nikolay al saber que su hijita con solo unas pocas palabras le abre enseguida las piernas a nuestro líder?, ya me imagino su cara horrenda desfigurarse al ver la zorra que tiene como hija-su sonrisa maliciosa al insultarme solo me enferma más junto a esos malditos gemidos.

Las ganas de lanzarme a golpearlo se frustran por los hombres armados que habían, él también tenía un arma a la vista.

-¿Estas celoso de mi?-en mi mente no sonaba tan patético como a la hora de decirlo.

El se hecha a reír pero noto que le a ardido mis palabras.

El italiano es todo suyo con tal que me deje de joder.

-Peste eres más estupida de lo que pensé te tienes bien merecido que el líder te trate como su puta-exclama haciendo que los de a su alrededor se rían humillándome mas de lo que ya lo había hecho-Nikolay y Julia tienen como hija a una puta barata-termina de decir largándose a la cabina.

En este momento ya mis dientes rechinaban del coraje, fulmino a los hombres que me veían.

-Aparten sus asquerosas miradas de mi, idiotas-sorprendentemente lo hacen.