Mariel es un chico normal con una vida de mierda, nadie en el mundo lo quiere y siente que no vale la pena vivir, el solo quiere ser amado por alguien, pero la gente a su alrededor lo odia por alguna razón que no entiende y no tiene ganas de averigu...
Aquel hombre me llevo a rastas a otra cueva donde me lanzo adentro y comenzó a acercarse mirándome fijamente.
--- Exótico cabello blanco, piel blanca sin llegar a verse enfermiza, ojos celestes casi blancos, labios rosados y rasgos finos y hermosos, si fueses una omega serías la más linda de todas, lamentablemente solo eres una linda mascota humana.---
--- El burro ablando de orejas, un perro diciéndole a un humano que es una mascota, Ha.--- Al ver su cara de sorpresa no me arrepentí de lo que dije, supongo que ya habrá tiempo para arrepentirme después.
--- Me gusta esto, disfrutaré más de entrenarte.--- Se acercó y comenzó a acariciar mi cabello para después tirar bruscamente.
Con su fuerza logro arrancarme varios cabellos haciendo sangrar mi cráneo. El dolor fue tanto que quería llorar y gritar pero simplemente me límite a mirarlo con odio y los ojos llorosos, no le daré el placer de verme llorar y gritar. El sonrió burlón para después reír a todo pulmón como un loco desquiciado.
--- Esto será muy divertido!--- Sin aviso ni razón comenzó a golpearme.
¿Porque los hombres lobo tienen que tener tanta fuerza? Me golpeó hasta cansarse y luego me dejó solo diciendo que iría a comer. Ahora que lo pienso yo también tengo hambre, pero creo que no me traerá nada, estúpido lobos egoístas. Me arrastre hasta una esquina de la cueva, no tengo nada de ropa puesta y hace frío. Poco a poco me fui quedando dormido abrazándome a mi mismo para tratar de hacer menos el frío.
Me desperté al sentir como me sacuden de un lado a otro, al abrir los ojos lo primero que vi fue la horrible cara del alfa que me proclamó su mascota, se ve enojado yo no hice nada.
--- Al fin despiertas! Te e estado hablando desde hace mucho!--- Me jalo del brazo haciéndome levantar de golpe.
La repentina acción hizo que me dolieran todas las articulaciones, el frío hizo que me entumiera.
--- ¿Que te pasa imbécil? No puedes ser más gentil?--- Lo empuje para agacharme un poco y tratar de soportar el dolor.
Me jalo del cabello haciéndome levantar de nuevo.
--- He dicho que te levantes! Y no vuelvas a tocarme!--- Mentira, no dijo que me levanté y es el quien me está tocando.
En un intento por evitar más golpes me levanté lentamente, pero todos mis esfuerzos son en vano ya que de nuevo me golpeó la cara haciéndome caer hacia atrás, en el suelo se acercó a mi para ponerme una correa, comenzó a tirar de la cadena tratando de arrastrarme fuera de la cueva, me levanté para seguirlo pero nuevamente me devolvió al suelo de un golpe.
--- Las mascotas van a cuatro patas.--- Dijo burlón.
A no, puedo soportar tener una estúpida correa pero no andaré a cuatro patas! Nuevamente me levanté está vez mirándolo desafiante.
--- No soy una mascota, no iré a cuatro patas y no andaré por ahí sin ropa.--- Lo desafíe, luego me di cuenta que fue una mala idea.
Me rompió las piernas a pisotones, entonces no me quedo otra opción que seguirlo a cuatro patas por los alrededores de su manada. Todos me ven con asco y odio, mientras al hombre que me puso una correa lo ven con admiración y respeto. Son más humanos que lobos.
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