|•Capítulo 6•|

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Ángel

Después de terminar mi tarea, estaba acostado viendo como mi closet estaba abierto, mostrando toda mi ropa y sabía que entre ella estaba mi traje de Halloween, había estado esperando esto todo el año, pero ahora solo tenía ganas de encerrarme en mi cuarto y esperar a que la tormenta pasará.

No estaba lloviendo, pero parecía que sí.

Ese aire de nostalgia, alegría, pero también dolor que trae la lluvia, se compara a solo el momento en el que estás llorando, justamente cómo lo estoy haciendo ahora.

No tenía con quién ir a la fiesta y aunque consiguiera a alguien, la verdad, no quisiera ir, porque quería ir con ella, pero parece que lo arruine.

Si claro, soy yo, siempre arruinando todo.

No es verdad.

No se nota, no se nota que estoy haciendo un esfuerzo pero lo estoy haciendo.

—¡Agh, que frustración! —gruño y me limpio las lágrimas.

Pienso en que hacer porque estoy aburrido, me levanto y comienzo a estar por toda mi casa, mi casa tiene paredes blancas y una gris, su estructura es un poco moderna quizá, pues las portadas son negras, la pequeña sala con un sofá doble gris, y una televisión enfrente, la cocina estaba a lado de la sala, una mesa solo para cuatro personas, en negra de madera y cuatro sillas del mismo color en negro, la pequeña barra de piedra Lisa, la cocina integral pequeña en blanca.

Me serví agua en un vaso rojo y lo bebí de tope, no me había dado cuenta de que tenía tanta sed.

Escuché golpes en la puerta, mamá y papá no estaban, llegarían como en dos horas.

—Se que estás ahí —escuché la voz de mi mejor amigo, hice cara de póker y arrastre mi cuerpo debilitado hasta la puerta, la abrí e inmediatamente vi a este con su novia, Jackson, él era un poco más bajo que yo, más tranquilo, cabello negro azulado, ojos café oscuro, piel morena. A su lado, una chica con lentes y piel morena oscura, ojos café oscuro, pelo castaño claro con puntas pintadas en rubio platino, le llegaba al hombro y con una contextura delgada, muy delgada.

—Ah, hola Jackson, Julia —le sonrió lo más que puedo ya que hoy no ando optimista.

La vida me odia, y si no la vida, al menos el amor de mi vida me odia, Victoria.

Moriré solo probablemente.

—Hola Ángel —me saluda mi amigo y me da la mano, se la acepto y extiendo mi mano para saludar a Julia pero mejor me ignora estando en su celular.

Fruncí el ceño esperando explicación pero nunca llegó.

—Vamos a ir al centro comercial a comer algo y después ver trajes para la fiesta de Halloween ¿Nos acompañas? —sonríe, y casi ruega con sus ojos que lo haga.

—Claro...—alce una ceja —¿Porqué no?

—Bueno, andando —entre a tomar el suéter con el que casi siempre salgo, un poco de dinero y las llaves de mi casa.

Ellos se subieron traían la motocicleta de mi amigo, pero en ella no cabriamos los tres y tendría yo que llevarme el auto, así que opte por otra opción.

—¿Qué tal si vamos todos en mi auto? —la chica había volteado los ojos pero no le di importancia, abrí la puerta del auto y de mala manera se subió detrás, junto con mi amigo a lado él.

Los asientos blancos hacían relucir su ropa que traían, ella un vestido rojo dos dedos arriba de la rodilla con escote y zapatillas negras y él, un pantalón de mezclilla, una camiseta de tirantes blanca y otra camiseta desabrochada encima en color verde, sus zapatos eran los tenis (zapatillas) que llevaba todos los días.

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora