|•Capítulo 32•|

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Ángel

Andaba de lo más feliz, desde aquel día, he estado planeando como pedirle que sea mi novia a Victoria, que sea oficial, pero considerando cómo es ella, no creo que le guste algo donde todos se enteren que será mi nueva novia, como un cartelon o cantarle, si, soy un romántico y que te importa.

Suspiro después de hacer bolita la última hoja de papel que me quedaba, tengo toda mi papelera llena, a causa de las 57 posibilidades de como pedirle que fuera mi novia, al último ninguna se me ocurrió y estaba llegando tarde a clases.

Tome mi mochila, me mire en el espejo una vez más antes salí corriendo hasta mi auto. Al llegar a la escuela pase sin guardar nada en el casillero directo al salón de clases para ver a Victoria, pero me detuvo Queen interponiendose en mi camino.

—¿A dónde con tanta prisa?

—Bah! Queen, ya hablamos ayer, te dije que aceptaba el trato pero no deberías de acercarte más a Victoria.

Parece cruel ahora que lo digo así, pero entiendan mi temor cuando me pidió ayudar para encontrar un hacker, hasta donde se me lo pidió a mí porque nunca hablamos, si solo lo hacíamos un par de veces no tendría porqué su familia psicópata ir detrás de mi.

Resulta que Queen era la futura heredera de una de las mafias más grandes de Francia, se postulaba en el puesto cinco de las más peligrosas a nivel mundial, su trabajo se veía duro, pero Queen me aseguro que aunque todas las cosas que decían que hacían sonaban perturbadoras, había razones, causas y consecuencias detrás de cada una de ellas.

No me contó más, puesto que no quiere involucrarme más de lo necesario, prometió pagarme una cantidad por conseguirle el número de un hacker gamer de la web, y que después de ello se alejaría por mi bien.

El diente del dragón se supone que sería heredará a su hermana mayor Emily, pero un día desapareció sin dejar rastro, seis años después su familia la considero muerta y dejaron de buscarla, enterraron un ataud sin cuerpo en el panteón privado de la familia Pierce, el apellido actual es Green porque fue cambiado ya que hace dos generaciones quien estuvo al poder casado la abuela de Queen era un hombre de apellido Green y asi se quedó.

—Entiendo, pero vengo a advertirte, han comenzado a seguirte, dejarán de hacerlo cuando vean que no hablo contigo más —la miro de arriba a abajo al darme cuenta de que no trae puesto el uniforme si no, unos pantalones de piel negros, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero verde, en ella está un diente blanco que sangra en ella hay un dragón chino dorado envolviendo el diente.

—Eh visto el logo antes —apunte su chaqueta, ella se da la vuelta.

—¿Quién?

Intebte recordar quién lo llevo encima pero mi mente estaba en blanco.

Antes de poder hablar sonó la campana de inicio de clases —Si recuerdo te aviso, debo de irme, adiós —entre y me senté en mi lugar. Excelente me toca inglés.

Tendre que ver al idiota de Max a lado de Victoria durante dos horas, aprieto mi cuaderno y golpeó mi cara contra él.

—¡Que puta frustración!

—¿Celoso? —me habla Raed a mi lado.

—Sí...—confieso un poco avergonzado y abro mi cuaderno.

—No creo que a Victoria le interese si quiera hablarle —la apunta con la mirada mientras mueve el bolígrafo entre sus dedos haciendo giros hipnotizantes.

Mire hacia donde me indicaba, ella llevaba el cabello pelirrojo revuelto como si no hubiera alcanzado a peinarlo, se veía tan tierna, sonrei cuando vi como le hacia la ley del hielo a Max.

¡Esa es mi chica!

Aún no es tu chica.

Tú, te callas.

Suspiré volviendo a pensar en querer besarla, y dije, ¿Porque no?

Me levanté y tomando la mano de Victoria la lleve afuera, a lado de unos casilleros que nos ocultaban de las miradas curiosas, la pegue a la pared y la bese.

—Que intenso —susurra contra mis labios.

—Tú me pones así —susurro en su oído, se entremece mientras tiembla un poco.

Sus manos envuelven mi cuerpo y me abrazan, le devuelvo el abrazo suavemente.

—¿Aún te sientes vigilada? —me separó un poco de ella para verla, sus ojos también me escanean.

—No, bueno, al menos no todo el tiempo, a veces en las noches pero ya casi no —se encogió de hombros y acaricie su brazo.

—Si te sientes en peligro llámame, siempre te cuidare —Me sonríe y asiente.

—Vamos, tenemos clase —ruedo los ojos molesto.

—No quiero verte con...—me callo cuando me doy cuenta de lo que estoy apunto de confesar, cubro mi boca y desvío mi mirada de ella, siento sonrojarme.

—¿No quieres verme con Max? —intenta encontrar mi mirada.

—No...—cierro los ojos, estoy molesto conmigo mismo por el constante deseo de golpear a Max y sentarme a lado de Victoria.

—Te vez tan tierno celoso —quita mi mano de mi boca y pasa ambos brazos por arriba de mis hombros, me atrae a ella, para evitar caernos la sostengo del cuerpo, me sonríe antes de darme un beso en la comisura de los labios.

Después de eso entramos a clases, toma todas mis fuerzas no voltear a ver a cada rato a ver si Max y Victoria estaban juntos, voltee a ver a Nick quien estaba a lado de una rubia a la cuál me sorprende ver qué ignora mientras ella le habla.

Ladeó la cabeza dándome cuenta de que Nick está apretando el bolígrafo como si quisiera encajarlo en la cabeza de la chica.

Vaya sorpresa, Nick no quiere echarse a una mujer, wow, miró a la chica para ver si descubro el porque no le gusta, pero es una chica normal, creo que su nombre es Angela, coincidencias del destino.

Siento una bola golpear mi cara y al dar la vuelta veo a Victoria visiblemente molesta, le pido perdón mientras le dibujo un corazón con los dedos.

Saliendo de clases, espero a Victoria, cuando la veo salir, me acerco y tomo su mano.

—¿Tienes algo que hacer?

—No —frunce el ceño.

—¡Excelente! —sonrió y le dedico una mirada rápido mientras pasamos todo el jardín de césped y abro la puerta de mi auto —Sube, te llevaré a comer algo.

Sonríe —¿alguna ocasion especial?

—No, solo quiero que salgamos juntos, ya sabes, citas, bailar, comer, hablar, abrazarnos ¿Ver una película? —cuando menciono eso espero su reacción mientras se sube al auto, le doy la vuelta y termino subiéndome.

—¿Película?¿Romantica?

—Bueno, si quieres pero estaba pensando en ver una de terror —me acomodo para que mi cara quedé viendo la suya.

—¿Qué? ¿Esperas que me asuste y te abrace? —sonríe burlona.

—Si se puede, sí —sonrió como niño pequeño comiendo una paleta payaso.

—No sucederá, Ángel, de echo creo que será al revés, conmigo no puedes competir Arnette .

Alzo una ceja ante su obvio tono de voz retador, enciendo el auto y sonrió como payaso asesino a punto de atacar a su próxima presa.

—¿Me está retando, princesa? —ladeo la cabeza mientras hago rugir el motor.

Ella sonríe malévola, sus ojos ahora desbordan un deseo de competitividad que me aniquila, que me atrae, así que decido combatir con ella.

—Veamos que puedes hacer, Ángel Arnette.

Una pequeña risa irónica sale de mi garganta —Ya lo verás, princesa, ya lo verás.

Arranco el auto dispuesto a ganar por lo que sea que estuviéramos compitiendo.

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora