|• Capítulo 26•|

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Ángel

Tenía los ojos cerrados, había dormido como quince minutos en las bancas de los vestidores de hombres, hace unos dos minutos que me desperté pero quería dormir más así que evitaba abrir los ojos.

Escuché como se abría la puerta, no pensé en querer abrir los ojos porque la verdad no me interesaba, pero al final tuve que hacerlo ya que sentí su presencia a lado mío, como esperando que me levantará y le hablara, así que dando un soplido decido abrir los ojos levantándome al mismo tiempo para quedar sentado.

—¿Quién eres? —me frote los ojos porque no podía ver nada, acostumbrándome a la luz natural del sol por las pequeñas ventanas en la superficie de las paredes.

Carraspeo como llamando mi atención y levanté mi mirada, frunciendo el ceño y cerrando un ojo para evitar que la luz del sol me lastimara los ojos.

—¿Victoria? —no pude evitar la confusión en mi voz y la sorpresa.

Tenía casi una semana que no hablaba con ella y casi siempre que intentaba acercarme, ella me evitaba como una plaga.

Estaba hermosa parecía una señal del cielo con la luz del sol dibujando su silueta con uniforme del club deportivo, unos mallones negros con rayas laterales en color rojo, y la camiseta era roja con rayas laterales negras, con la diferencia de que está llevaba las siglas de la institución en color negras.

—Jackson va a hablar, pero me pidió que viniera a buscarte —me mira fijamente —asi que no te emociones, solo le hago un favor.

Casi hice un puchero al escuchar eso, su voz sonaba fría y dura, visiblemente molesta por todo lo que ocurrió, me levanté acomodando mi uniforme del club y la mire.

Yo no era muy alto, a decir verdad era uno de los más pequeños de mi clase y del club, pero aún así le sacaba unos cuantos centímetros a Victoria. Su cabeza quedaba a la altura de mis ojos por lo que tenía que inclinarla un poco hacia abajo para verla a los ojos.

—Te sigo —dije al fin, metiendo las manos en la chaqueta del club, ella asintió sin decir nada y comenzó a caminar, tuve que seguirla aunque a paso perezoso porque aún moría de sueño.

Al final puede ver cómo todos estaban en una de las mesas escondidas de la cafetería, cerca de una de las esquinas donde a penas llegaba la visibilidad de la cámara, ahí se encontraba mi prima, Julia, la chica rubia de la cuál sigo sin saber el nombre, Max, que me sorprende aunque ya no tanto, Nicolás en el rincón más alejado y  Jackson en el otro extremo, todos estaban ahí, Max y Victoria eran los únicos que pertenecían al club de básquetbol, Nicolás, Jackson y yo somos del club de voleibol, Julia, mi prima y la chica rubia pertenecían al equipo de fútbol femenil así que todos llevábamos diferentes uniformes pero muy parecidos por el color de la institución.

Me senté a lado de mi prima que tenía la cabeza baja, cosa que nunca hacía.

—¿Ya contarán que pasó?

—Diles Nicolás —gruño Jackson apretando los puños arriba de la mesa.

Mire a Nicolás, tenía los brazos cruzados y los labios apretados mostrando su obvio descontento en intentando quizás no hablar del tema.

—Bien, entonces se lo diré yo —mostró su mano molesto, en ella estaba un teléfono inteligente pequeño, quizás de hace más de diez generaciones, conocía el modelo, era de Nicolás, estaba encendido en un chat de conversaciones SMS.

Me acerque para ver mejor pero Nicolás se lo arrebato molesto en menos de dos segundos, lo mire desconcertado.

—Por eso te partí la cara, era mi privacidad no tenías derecho a meterte en ella —se le acerca amenazante Nicolas, sus manos tiemblan en furia apretándose mostrando sus nudillos casi blancos y Jackson solo sigue mirándolo.

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora