|•Capítulo 10•|

79 8 4
                                    

Ángel

Al llegar a la escuela a penas tenía ganas de hacer algo, pero por alguna razón termino haciendo todo, un día proactivo mientras mi hermana que estuvo presa durante años duerme en mi casa.

Yo también quiero dormir pero no puedo y eso me frustra aún más, yo amo dormir desde que tengo memoria, ayer no pude dormir, hoy tampoco puedo, simplemente mi mente está tan activa que no se puede parar a pensar en que está cansado este cuerpo.

Terminando las clases tengo dos horas libres porque el maestro se enfermo y hasta ahora no hay maestro sustituto, voy a la cancha de baloncesto donde a su lado está la cancha de voleibol donde están mis prácticas, después de comprarme unas papas fritas y un jugo, lo como, si de nuevo, no es una comida nutritiva, así que no sigan mis pasos.

Me dejó caer en una de las bancas de la grada, poniendo mi mochila en otra, y la maleta deportiva abajo, me acuesto, claro que si señores, me quedo dormido.

Escucho demasiado alboroto y murmullos que aunque puedo dormir con ellos, no quiero hacerlo.

Me levanto comenzando con pereza a desvestirme de la parte de abajo, tenemos vestidores si, pero me da pereza ir hasta el otro pasillo, me quitó la sudadera y la camiseta, me pongo la camiseta sin mangas del equipo de voleibol con el número 17 en blanco, la camiseta roja con diseños en negro.

Me quite el pantalón y me puse el shorts del mismo color que la camiseta y con el extremo un numerito igual.

Bostece y escuché un bote furioso de balón, miré hacia la cancha de baloncesto, era victoria quien botaba el balón con una muy mala técnica, dios, parecía furiosa y fuera de si misma, ni si quiera ve la técnica que está usando, no está pensando realmente.

Termina lanzando la pelota y golpeando a Max...mierda Max.

Lamento la palabrota.

Pero es que victoria se mete en cada problema, cerré los ojos con fuerza y me rasque el muslo, chasqueo la lengua finalmente abriendo los ojos, miró como Max se le acerca a victoria, dicen algo, y miró como su brazo se levanta con el mismo balón que tenía Victoria.

Me levanto llendo bajo las granadas sin olvidar llevarme los tenis (zapatillas) de diferente par, uno lo encuentro en cuánto bajo y el otro ya lo traía, amarró las agujetas, los enredo en mi cintura.

Oh demonios, la golpeará.

Corro sin pensar en un segundo que quizás me meteré en problemas y me vuelvan a castigar una semana más.

Termino logrando ponerme delante de victoria, el balón golpea la parte de mi pecho y arde raspando la piel debajo de mi camiseta.

-Yo te protego -bien, lo dije, quería hacerme el héroe con ella, pero me había dolido, tenía ganas de sobar mi pecho pero intenté contenerme.

-No necesito que me protejas.

-asta de peleas, hora de hacer equipos, vayan a relajarse y pensar estrategias antes de empezar -Max y sus amigos obedecen al entrenador yendo hacia las gradas, sin quitarnos la mirada de encima, una vez están lo bastante lejos, me giro hacía victoria con una mirada molesta pero intentando no mostrarlo porque intento pensar que no es su culpa que se metan con nosotros.

-Deja de mírame así -respondió.

Le muestro dos tenis, uno que acabo de recoger y el otro que se le cayó delante de mi ventana-Se te cayó la zapatilla, cenicienta -los toma con delicadeza.

-Gracias -me agradeció como si le estuvieran poniendo un cuchillo en la garganta.

Se pone uno y el otro lo mete en el maletero, yo lo sigo.

-Prometo protegerte de ellos, se que tal vez no quieres porque me odias -suspiro-Pero lo necesitas, ellos son crueles, no se detendrán porque seas una chica, así que deja de querer hacerte la héroe o la fuerte, todos necesitamos ayudas y te guste o no, tu necesitas la mía o al menos, hasta que aprendas a defenderte a ti misma, no lo hago por mi, no quiero que te hagan daño, yo no busco nada -creo que no se volteara así que me alejo rápidamente para ir a mis prácticas que se supone que ya comenzaron.

La veo mirar a Max y después seguir con su práctica, uno de mis amigos me avienta la pelota directamente al pecho y consigo detenerla antes de que me golpee en pecho.

¿Cómo es que mi cuerpo no hizo eso cuando se enfrentó a Max?

Reflexionó eso pero no encuentro respuesta.

-Basta Nick, ya me golpearon bastante hoy -gruño y lo miro.

Él tiene una sonrisa en su cara, sus ojos tienen un color inusual, es gris con azul, eso es porque lleva pupilentes, necesita lentes pero como ya perdió unos diecisiete mientras tenía prácticas obto por ponerse pupilentes de colores, antes era otro de los llamados rechazados, junto conmigo, así fue como nos hicimos amigos desde el jardín de niños, teníamos casi seis años de edad y desde entonces no nos hemos separado, su cabello platino con raíces negras mostrando el Real color de su cabello me hace recordar lo que era antes, un chico muy delgado, debilucho, temeroso, ojos azules, piel blanca amarillenta, parecía enfermo la mayor parte del tiempo, lentes grandes que hacían ver sus ojos aún más grandes, labios delgados y cejas tan delgadas que a penas son visibles.

Ahora es el equipo del equipo de voleibol.

-Hemos visto, te enfrentaste a Max.

-¿Siguen peleando? -habla mi otro amigo, Jordan, cabello rubio castaño, piel morena, ojos café claro, pecas por todos lados y el más chiquito de todos en estatura, aunque es el presidente de la clase.

-Jamás dejaremos de hacerlo, él cambio -suspiré, mire a los demás -volvamos a la práctica.

-Ángel, hoy no estás siendo tu mismo -me toca el hombro Nick, aunque aún con una sonrisa.

-Hay muchas cosas en las que estoy pensando.

-¿Dormiste algo?

-A penas, solo dos horas en horario libre de clases -tosí.

-¿Y comiste algo? -mueve las cejas hacia arriba interrogando me.

-Sí, unas papas fritas.

-Eso no es comida -se ríe y va hacia su maletero, veo a otros chicos del grupo botando el balón y haciendo estiramientos.

-Ten amigo -me muestra un par de barras de proteínas.

-Oh -sonrió y casi me pongo a saltar como niño pequeño -barras de proteína de chocolate amargo -les aviento el balón a los demás y le arrebato de las manos las barras de chocolate, comienzo a comerlas después de quitarles el envoltorio.

-¡Ya llegué vagos! -golpea el profesor el poste de la red y lanza la pelota casi golpeando a uno de nosotros.

-¡Dejen de holgazanear y pongan dos equipos para empezar prácticas! -grita y sopla en el silbato, los oídos me zumban y termino mi último pedazo de barra antes de acariciar mis oídos.

-¡Empiecen! -vuelve a gritar, todos voltean a ver a Nick y asentimos.

-Quiero dos equipos con los números en secuencia, a partir de la mitad, que son ocho, sigue el otro equipo -nos indica Nick, obedecemos y yo quedó en el primer equipo.

Nick en el segundo con el número 01.

-Vayamos.

Da un último aplauso y suena el silbato del profesor, empezamos la práctica con Nick rematando.

No puedo dejar de pensar en mi hermana, tengo miedo de regresar a casa y no ser el más indicado para decir algo, nisiquiera tengo nada que decir.













¡Maratón! Actualizaciones toda la semana, hoy, mañana, pasado mañana, y así sucesivamente hasta el domingo, esperen las nuevas actualizaciones.

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora