|•Capítulo 34•|

59 3 0
                                    

Advertencia: Escenas con violencia y/o palabras obsenas, tener más de 18 años, en caso de no contar con esto, tener la aprobación de sus padres o tutores, cualquier trauma, perjuicio o daño causado por este libro o capítulo, queda bajo tu responsabilidad.

Queen

—¡¿Se puede saber que haz estado haciendo todo este maldito tiempo!? —gruñe mi padre.

Mi padre había salido de viaje hace dos semanas, me quedé a cargo del puesto del líder desde entonces, puesto que en unos cuantos años más a ser completamente mío.

Aunque no lo quiero...

Tendré dinero sí, podré ser feliz sí ¿Pero a costo de qué?

Muertes
Y
Más muertes

—Padre, fue un descuido, no volverá a suceder —intente disculparme y calmarlo en vano, cuando se que no lo voy a lograr.

Se me acerca y me da un golpee en la cara, me quejo de dolor en el suelo mientras veo como sangra mi labio y la mejilla me arde.

—¡Un descuido que nos podría haber costado todo el imperio que tus abuelos y yo hemos mantenido por casi seis décadas! —gruño.

—Padre...—no me dejó levantarme pues pateó mi abdomen y me retorcí una vez más en el suelo, me quedé sin poder respirar unos segundos.

—¡No hables, eres una inútil que no puede hacer nada, no te pagamos el mejor colegio de Francia y clases de combate y disparo para que no sepas manejar una maldita semana el negocio! —mientras decía todo esto, me volvía a golpear, a patadas, golpees, no quería llorar pero el dolor no era soportable, casi me desmayo, apenas y podía moverme, tosiendo me di cuenta de que me dolía mucho en un costado del torso, una costilla rota tal vez, mi cara me ardía demasiado, quería rascarme la cara hasta que todo lo que parecía haberse quemado se quitará, un lado de mi cara había comenzado a hincharse debido a los golpees.

Mi padre volvió a su silla detrás del escritorio, llevaba un traje de vestir completamente negro, me miraba con odio y con repudio.

—De no ser mi hija, ya te habría tirado a la calle hace mucho tiempo, agradece que te dejo quedarte por tu madre.

—No entiendo....—dije con dificultad —como un ángel como mi madre, puede amar a un maldito monstruo como tú —escupí con rabia y me comencé a levantar como podía, pero no pude sostenerme, me pierna de doblo del dolor que estaba ahí.

Antes de caerme sentir a una persona sostenerme del brazo y de las caderas, cuidando de no tomarme del torso para no lastimarme. Max.

Le sonreí entre el dolor de mi cara —Gracias...

—¿Cómo acabas de llamarme? —por unos segundos se me olvidó de que estaba frente a mi padre y que acababa de llamarlo monstruo.

—Yo...—intente remendarme, porque no quería más golpees y porque sabia que también le haría daño a Max.

—¡Gracias a mí es que tienes lo que tienes! ¡Gracias a mi es que puedes cómprate lo que te da la gana! ¡Gracias a mi es que puedes poner a cualquier hombre o mujer a tu disposición! ¡Yo te lo he dado todo, dinero, poder!

—¡Si pero no amor! —le gruñi —¡¿Sabes cuántas malditas veces espere despierta esperando a que llegarás y me dieras un beso de buenas noches!? —no pude retener las lágrimas, comenzaron a salir.

—¡Cállate! —se acercó y volvió a golpearme, Max lo miro con furia —¡Por mi es que sigues viva niña insolente, por mi es que todavía puedes respirar! ¡No tengo que darte nada más, si gracias a mi, es que aún puedes hablarme! —jala mi cabello, Max termina soltandome a causa de que dos hombres lo toman por los brazos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora