|•Capítulo 18•|

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Victoria

Quería golpearme la cabeza contra la almohada, o contra la pared o contra un tren en movimiento ¿Porque no?

Me sentí especialmente estúpida por lo que estaba pasando, y más por lo que Ángel me dijo aquel día que nos besamos, después de la gran pelea presenciada por 15 alumnos decidí seguirlo para disculparme, al ver cómo Ángel golpeaba a Max grite de horror con una voz detrás de mi me sobresalto.

—¿Porqué estás acosando a Ángel?

Su tibio aliento me hizo que recorriera un escalofrío por toda mi espalda poniéndome tensa.

—No lo acoso —negué con la cabeza rápidamente, Nick río en forma burlona el iba a responderme cuando presto especial atención a lo que Max le decía a Ángel, cosa que yo no escuchaba porque estaba más sorda que mi abuela y abuelos juntos.

Solo escuchaba murmuros con pocas palabras entendible por la distancia que teníamos.

Nick se acercó a ellos y aventó a Ángel, el golpee termino en la cara de Nick, su cabeza golpeó con fuerza los casilleros y su cuerpo pesado cayó a suelo de azulejos blancos.

Me asuste ya que no se movía, pero puede ver cómo movía un poco sus dedos siendo sutil para no ser descubierto, quitándose mechones de cabello que le caían cerca de la nariz.

Lo mire con indiferencia y antes de poder ver otra cosa me aleje, así salí por la puerta lateral izquierda de la escuela para dirigirme a casa caminando.

No he de negar que no pude dormir en toda la noche, los remordimientos me calcomían el alma y el cerebro, los sentimientos a flor de piel por aquel beso, aún sentía la electricidad recorriendo mi cuerpo y el cosquilleo que eso género en mi estómago y labio, había besado a un chico sí, pero nada se había sentido como eso.

Pasaron unos días cuando siendo un jueves, entre a la cafetería de la escuela, un pequeño cubículo cerca de los edificios donde se impartían clases, ventanales de cristal, mesas de metal rojas, azulejos blancos y paredes pintadas con cuadros tipo ajedrez en rojo, negro y blanco, habían dos mujeres y un hombre delante de la recepción de la cocina, preparando las comidas y dando las que ya estaban preparadas a quien las comprará, con ropa normal pero cubriéndose con un mantel para no mancharse.

Había bebedores de agua potable al lado por el cual entrabas, había una chica bebiendo agua y secándose segundos después, todos los alumnos con el mismo uniforme, unos con otros accesorios acompañados, y todos riendo y hablando con amigos, así como comiendo y bebiendo sus alimentos.

Ignore a Julia que venía hablando con Miranda de no-se-que, que no me interesaba.

Pase siendo ignorada por todos y me cole un poco más adelante de alumnos que pedían sus alimentos.

—Una charola de espaguetis por favor —le sonreí a la cocinera pero ella tenía cara de querer darse un tiro, y la comprendía.

Me dio una pequeña charola de plástico donde adentro había espaguetis, yo pagué la comida y me dirigí a comprarme alguna bebida en la máquina expendedora, ya no había juegos así que simplemente tome una soda de cereza.

Bebí de ella mientras dejaba en la mesa donde estaba Miranda y Julia aún platicando, no les dije nada y regrese por un tenedor desechable para comer mis espaguetis, para cuando iba caminando de regreso, no pude detenerme a tiempo cuando nuestros cuerpos, el mío y el de la super modelo estrella prima de Ángel impactaron, yo me caí de trasero lo que solo adelanto mi mal humor porque no había comido y había dormido muy poco.

Miranda y Julia se acercaron a mi corriendo, ambas ayudaron a levantarme entonces fue cuando sentí la camiseta de mi uniforme y mi uniforme en general mojado, mi mirada se deslizó hasta la prima de Ángel que tenía la boca abierta en shock y su botella estaba vacia a excepción de un tanto de agua.

Iηтєяяυмρє мιs sυєñσs, ρяιη¢єsα [SS#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora