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Me desperté por la voz de Lucy y Susan, y me acerqué a ellas.
-Ya me acostumbré a estar en Inglaterra- dijo Su.
-¿No te gusta estar aquí?- pregunté, miré a Lucy.
-Mientras dure-
-¿A que te refieres?- preguntó Lucy.
La mayor suspiró -Habrá alguna vez en la que no volveremos-
Nadie siguió hablando después de eso, solo nos dedicamos a dormir.
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En la mañana, sentí a Lucy pararse y caminar. Ventajas de tener un sueño ligero.
-¿Lucy?- miré a todos lados y no estaba. Rayos.
-¡Edmund!- le pegué en la mejilla haciendo que despertara
Se levantó asustado y con la mano en su mejilla roja -¿¡Que diablos te pasa!?-
-¡Tu hermana no está!- Se paró lo más rápido que pudo y fue a despertar a Pet.
-Susie, Susan. ¡Lucy se se fue!-
Ahora con todos despiertos empezamos a buscar a Lucy Pevensie.
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Nos levantamos corriendo en busca de la menor, teniendo cuidado de no gritar demasiado. No sabíamos que tipo de criaturas habían escondidas por ahí. Miré a un centauro con armadura, avisé a Peter quien corrió hacia Lucy y tapó su boca evitando que gritara. La Pevensie menor se escondió en unos arbustos.
Peter se acercó a otra de esas criaturas con armadura, desenfundando su espada. Un chico de aproximadamente la edad de los Pevensie mayores se acercó a Pet con la espada pero este volteó esquivándolo, comenzaron a pelear y cuando el rubio iba a tirarle una roca Lucy gritó.
-¡No! ¡Paren!-
Nosotros, que nos habíamos quedado atrás. llegamos justo en ese momento.
-Maldición, apenas son como las siete de la mañana- Bufé.
