Capítulo 8: Un comienzo poco común

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"En la Serie Mundial de 1932, en la segunda mitad del noveno inning, con dos fuera y el run de empate en base, Babe Ruth alzó su brazo y apuntó a las gradas en el centro del campo. Nadie lo podía creer, estaba marcando su tiro. En su siguiente lanzamiento marcó un home run de unos... 400 pies. Te lo digo, a pesar de que ya era considerado un héroe antes de eso, así es básicamente como se convirtió en una leyenda."  Al menos eso era lo que aún recordaba Sherwin de lo que le había platicado Jonathan con emoción hacía unos minutos, antes de llegar a la dulcería en la cual ya no se encontraban.

   Recuperó la conciencia en su mente mientras corrían por las aceras de West Sprout, entre árboles de otoño, nubes blancas y miradas ajenas, sin desperdiciar un segundo para poder preguntarse internamente ¿qué había pasado?, ¿por qué Jonathan lo jalaba de la mano? y más importante, ¿a dónde iban tan de prisa? 

   Rebobinando su memoria encontró la respuesta a todas sus preguntas. Lo último que había hecho fue confesar sus longevos sentimientos al atleta de reputación perfecta, pero se había quedado en un estado incapaz de responder, moverse o hablar. Sus nervios lo comían de adentro hacia afuera, su cuerpo estaba tieso en espera de órdenes que efectuar y su cerebro estaba zarpando hacia aventuras en la tierra de las maravillas.

   Empezaba a recordar cómo Jonathan dejó de lucir acongojado, en su lugar siendo sorprendido por su inesperada confesión. Recordó poco a poco cómo se le quedó mirando por lo que se sintió una eternidad. No podía creer que había hecho lo que había hecho. 

  Recordaba la manera en que Jonathan lo miraba con asombro y nerviosismo, hasta que empezó a voltear a los lados esperando que nadie lo hubiera escuchado. Entonces fue que recordó lo que lo había dejado en blanco por completo, lo que había causado su repentino corte en la memoria y la razón de que ahora se encontrara corriendo de la mano del moreno sin destino aparente. En la cercanía que compartían había escuchado con claridad las palabras de Jonathan "Wow... eso no me lo esperaba." seguido de una risa nerviosa.

   Pero él apenas y pudo reaccionar, necesitaba aire fresco para volver a sus sentidos. "Oye... ¿estás bien?" preguntó Jonathan pasando su mano frente a sus ojos después de un largo rato, dándose cuenta que estaba como en shock, menos mal se le había ocurrido una idea en poco tiempo. Fue entonces que lo tomó del brazo y lentamente lo guio fuera de la dulcería. Sherwin esperaba muchas reacciones a su confesión, estaba preparado para ellas o eso creía. Pero nunca se imagino un escenario como ese, en el que no fuera rechazado y burlado por sus sentimientos.

   Una vez salieron empezaron a acelerar el paso poco a poco, hasta que ya se encontraban corriendo a pasos agigantados. Sherwin sólo podía mantener la vista en Jonathan, que lo seguía jalando del brazo, sonriéndole emocionado.

   Se dirigían al lago cercano, que sólo se encontraba a unos minutos de donde estaban. Era el perfecto lugar para tener un picnic, aunque ellos no fueran precisamente a eso. Mirando hacia atrás Jonathan se encontraba con la sonrisa de oreja a oreja de Sherwin, mientras corrían con todo lo que tenían sus piernas, esquivando las personas que los veían raro y se apartaban del camino. 

   Pero a Jonathan no le importaban las caras de esos desconocidos en ese momento, se sentía lleno de energía y bastante libre, listo para volar en cualquier momento. No se había sentido así nunca y no quería dejar de sentirse así, fuera adrenalina o algo diferente Jonathan no quería dejar de sentirse así. 

   En lugar de distraerse con las posibles consecuencias de sus actos o lo que le deparaba el futuro prefería voltear a ver entre risas al pecoso chico, que a pesar de tener dificultad para mantenerle el ritmo corría feliz y lleno de energía con su cabello rebotando de arriba a abajo.

𝙰𝚞𝚝𝚑𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚜🍂𝙸𝚗 𝚊 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚋𝚎𝚊𝚝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora