𝙰𝚞𝚝𝚑𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚜🍂𝙸𝚗 𝚊 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚋𝚎𝚊𝚝

Capítulo 13: ¿Me permites esta pieza?

Muchas personas conocían a Jonathan, convivían con él e incluso compartían la idea de ser cercanos a él. Todos sabían bastantes cosas muy obvias sobre su persona; sabían que era caballeroso, incapaz de ofender a alguien, que era un atractivo encanto, un alumno extraordinario y un deportista de corazón. Pero lo que no sabían, es ahí donde las cosas se ponían graciosas, pues lo que no sabían de él, lo asumían.

   A todos les encantaba creer todas esas ridículas historias y rumores, debido a la falta de información que tenían. Jonathan nunca hablaba sobre su familia o sus planes fuera de la escuela con nadie, cuando se lo preguntaban siempre encontraba la manera educada de rechazar la conversación o cambiar el tema. Ante esta creciente curiosidad, los estudiantes del colegio Newgate recurrían a sus dos amigos más cercanos como fuente de información. 

   Sunny siempre respondía con lo que se le viniera a la cabeza, con una historia nueva cada vez que le preguntaban, manteniendo el secretismo de la vida de Jonathan asegurado, a petición de este mismo. Las historias de Sunny iban desde lo poco impresionante hasta lo ridículo, siempre olvidando por completo qué fue lo último que dijo, contando otra historia nueva en el momento. 

   Era divertido para ella y para su mejor amigo, ver cómo era tanto el interés de los demás, que se creían cada cosa que escuchaban, volviendo la verdadera identidad de Jonathan en un completo misterio que quizás o quizás no ya haya sido revelado, consiguiendo que las constantes preguntas disminuyeran poco a poco.

   De igual manera, Jonathan era reservado con lo que hacía una vez fuera del radar de sus compañeros porque honestamente ¿qué les importaba a dónde salía o con quién iba?, la mayoría de las veces sólo le preguntaban esas cosas para sacarle información y tratar de forzar una relación o amistad vacía, y ya estaba harto.

   La verdad era que Jonathan no quería que nadie supiera sobre su vida, nadie en quien no confiara primero al menos, siendo muy pocos la excepción. Pero de algo estaba seguro; a diferencia de lo que sus compañeros creían, su vida no era para nada tan interesante como lo que su amiga de la infancia solía contar.

   Esa mañana transcurría a la perfección, simplemente nada le salía mal a cierto moreno de ojos azules. Después de aquel sueño reparador se sentía con la energía al máximo. En la modesta casa se escuchaba al joven adolescente preparar el desayuno, como solía hacer de vez en cuando, después de bañarse y alistarse para la escuela. Con lo cansado que llegaba su padre de trabajar era algo común que de vez en cuando este se quedara dormido, y Jonathan no iba a despertarlo sabiendo lo deliciosa que se sentía la cama en la mañana.

   Preparaba huevos estrellados con tocino y jugo de naranja para acompañar, esperando que fuera suficiente para reponer las fuerzas de su papá. Jonathan lo hacía con gusto, lo que fuera por su familia, aunque fuera pequeña. Desde que su mamá se fue su padre le dedicaba toda su atención, esfuerzos y amor, pero no mucho de su tiempo. Jonathan sabía que debía trabajar más duro que los demás padres y estaba eternamente agradecido, pues su papá sólo quería lo mejor para él, desde un colegio prestigioso hasta clases de piano, que tanto le gustaban. Todavía no sabía de dónde había sacado dinero para pagarlas.

   Su papá se dio a la tarea de ayudarlo e incentivarlo en absolutamente todo lo que le interesaba y en lo que era bueno, fueran artes, academia o deportes. Obtener excelentes notas, progresar en sus clases de piano y exceder en los juegos de béisbol eran todas formas de mostrar gratitud para Jonathan, formas de enseñarle a su padre que su esfuerzo no era en vano.

   Alejandro Bravo no era un padre perfecto, pero después de todo nadie lo era. Hacía lo que pensaba era mejor para su familia, aunque esto no fuera siempre lo que su familia necesitaba. No era un hombre muy serio ni convencionalmente "adulto" para su edad, pero a pesar de su inexperiencia, mantenía un aura de responsabilidad y control en presencia de Jonathan. Quería darle seguridad, aunque fuera falsa, de que era un adulto responsable que sabía lo que hacía.