Capítulo 7: Bestias bajo la piel

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7-Bestias bajo la piel

**Zangetsu**

Noto mi temperatura desbordada haciéndome apretar los dientes mientras el sudor de mi piel se funde con la sábana que cubre mi cuerpo desnudo. Aprieto los ojos gruñendo ante la imposibilidad de coger el sueño y cuando los abro, lo hago de golpe sin apenas respirar al ver el rostro de Sen, proyectado sobre mí, con todo su cabello cayéndole por delante, rozándome la frente con las puntas mientras sus ojos fríos e inertes me miran inexpresivos.

-Te odio, Zan...- jadeo incorporándome del futón y compruebo que estoy solo en la habitación en medio penumbra. Dios...solo hace tres días que encerré a Sen en una habitación y no dejo de sentir mi corazón acelerado y mi espalda dolorida como si mi marca estuviera protestando. Joder...

Salgo del cuarto para respirar algo de aire fresco nocturno tras ponerme un pantalón y me acerco al pozo para sacar un poco de agua echándomela en la cara. Mi tatuaje negro se contrae con el movimiento de mis omoplatos al agacharme y se vuelve a extender cuando me estiro mirando hacia el cielo estrellado. No estoy nada cómodo. Sigo enfadado con Sen por lo que vi en ese cuarto, aunque sé que él no tiene la culpa en el fondo, pero...no me gusta que a veces se comporte así...como si no fuera humano realmente...

-Zangetsu- jadeo cuando noto la presencia diminuta de Souken a mi espalda y resoplo malhumorado viendo su sonrisita de provocación.

-Joder Souken, tú y tu manía de ponerte a mi espalda-

-Si lo prefieres puedo cambiar de postura- abro los ojos y él se ríe como si fuera un chiquillo adolescente antes de sentarse en el porche junto a mí.

-Así que ya has vuelto de la conferencia policial en la ciudad-

-Pues sí, se me han hecho largas las semanas, pero de vez en cuando se agradece dormir en una cama moderna y lujosa con muchos aparatitos para...- frunzo el ceño al intuir lo que va a soltarme y se calla. –En fin, he llegado hace unas horas, pero como los viejos dormimos poco...además, me extraña no ver a Sen-chan dando vueltas por aquí, ya sabes que apenas duerme y revolotea por el cuartel colándose en la cocina a comer dulces o a jugar conmigo a las cartas ¿Dónde está? -

-Encerrado en su cuarto- Souken abre los ojos bajo sus lentes y se mantiene callado. –Pasó algo...rompió una de las normas y tuve que castigarlo-

- ¿Sen-chan, el capitán samurái más fiel al código ha roto una norma? -

-Le estaban follando dos tíos a la vez y gritaba como una perra en celo- gruño ante el recordatorio, pero Souken sigue mirándome serio sorprendiéndome. - ¿¿Qué? -

- ¿Le has castigado por pasar un buen rato? Zangetsu, tú sabes que Sen es homose...-

- ¡Ya lo sé!! pero no puede ponerse en evidencia delante de todos y menos...-

-Delante de ti- enmudezco cuando Souken termina la frase y suspira. –El problema es que te avergüenzas tú más que él de sí mismo. Sen no lo puede controlar y lo sabes-

-Ya sé que tiene un carácter muy bipolar por culpa del demonio que tiene dentro, pero...-

- ¿Cuánto lleva encerrado? -

-Tres días. Es cierto que le he tenido algo descuidado mientras buscaba información sobre su clan y eso le afectó demasiado, pero...-

- ¿Qué has hecho qué? ¿con qué permiso estás investigando a los Kuchiki, Zangetsu? - trago saliva cuando Souken se quita las gafas lanzándome una mirada furiosa. –Yo no te he dado ningún permiso para actuar por tu cuenta ¡y menos con algo que no te concierne!

"Ninja, desu ka?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora