Capítulo 21: De vuelta a mí

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21-De vuelta a mí

**Yhwach**

--Flashback—

Aún me veo corriendo por el viejo bosque que separaba mi aldea de la de mi amado, el mismo camino, la misma dirección, el mismo trayecto que recorrí durante años, que el suelo conocía perfectamente mis huellas tras tanto andar para llegar hasta él. Por desgracia, la última vez que lo recorrí no fue por gusto, sino me dominaba el miedo, el terror, al saber que mi propia aldea se había movilizado en contra de mis órdenes para atacar a Seikan y a los suyos, derrocando al clan Kuchiki para siempre. Nuestros hijos...habían sido descubiertos cometiendo un pecado horrible. Un amor prohibido, un incesto retorcido que había dado fruto, un fruto que no podía existir, que todos querían destruir y antes de que los de la camelia movieran ficha, nosotros nos adelantamos.

-Maldición...arf...arf...Seikan...- exhalaba su nombre a medida que corría con el corazón en la garganta casi. Había visto un futuro próximo con mi doujutsu que por nada del mundo quería que se cumpliera. Si hubiera actuado antes...si no me hubiese dejado drogar en la bebida de la cena para dejarme fuera de combate...tendría que haber sido más cauto...más inteligente y mordaz....

-¡¡Basta!!!! ¡¡deteneros! - al llegar a la aldea de la camelia, medio en llamas y escuchando los gritos de mujeres y niños que terminaban ensartados por las lanzas de mis ninjas, apreté los dientes buscando desesperado a mis hijos, los cuales deseaba que hubieran escapado, pero mis pasos me llevaron directamente al clan Kuchiki, donde yacían muertos gran parte de sus miembros y entre un corro de mis mejores ninjas, estaba él. Mi esposo Seikan, con el rostro ensangrentado mezclado con su sudor, sus ojos brillantes mirando a sus enemigos mientras se defendía con solo una lanza siendo atacado por varios cuchillos voladores que se clavaban en varias partes de su cuerpo haciéndole jadear. Uno de los últimos kunai, se le clavó en el cuello, haciéndole abrir los ojos de par en par cubriéndose la herida de la que salía un reguero de sangre a borbotones haciéndome dar un alarido.

-¡¡SEIKAN!!!- ataqué a mis propios hombres matando a los que tenía más cerca, pero había muchos más alrededor que intentaron calmarme y controlarme mientras yo intentaba llegar hasta mi amado el cual estaba de rodillas, con la mirada vacía viéndome pelear como un animal salvaje para quitarme de encima las manos que intentaban agarrarme.

- ¡Yhwach-dono, cálmese!!! ¡¡ya no hay nada que hacer, debemos matarlo!!!-

-¡¡Fuera de aquí!!! ¡¡TODOS!! –

-Sí...largaros...esto es...entre él y yo...- abrí los ojos al oír hablar a Seikan con dificultad entre gruñidos dedicándome una mirada de odio que me heló por dentro. –Al final...has venido...a dar la cara...-

-Seikan...yo no...-

-¡¡LUCHA!!!- me aparté usando mi doujutsu cuando adiviné el movimiento de Seikan lanzándose hacia mí con su lanza para clavármela. Me giré gruñendo, evitando sus estocadas, aunque empecé a tener heridas al defenderme y no atacarle. Él...estaba fuera de control...totalmente airado...traicionado...con toda la razón....

-Seikan basta...no quiero hacerte daño ¡¡¡para!!!-

- ¡Soy el único Kuchiki que queda en pie!!! ¡¡o me matas o te mataré yo, Yhwach!!- gruñí entre dientes mientras seguía esquivando sus ataques, pero en cuanto consiguió clavarme su lanza en un hombro, yo por inercia saqué mi daga del cinto para clavársela en el abdomen haciéndonos abrir los ojos a ambos por igual.

-No...no, no, no, Seikan...¡¡¡Seikan!!!!- me tiré al suelo para sostener su cuerpo herido intentando taponar con mi mano temblorosa la herida de su vientre jadeando al ver la cicatriz antigua del parto de nuestros mellizos. Ese día...que fue tan difícil y a la vez el más feliz de mi vida...oh dioses....

"Ninja, desu ka?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora