~Chris Evans Fanfic~
Sigue a la familia Evans por diferentes etapas y momentos en sus vidas.
Desde su boda hasta los cumpleaños.
Desde los accidentes hasta las reuniones en la escuela.
Desde las noches familiares hasta los castigos.
Desde las citas...
Pido losiento porque quería actualizar antes, pero diversas cosas lo impidieron :c
Pero bueno, estamos para alegrarnos tantito.
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Volver a casa luego de tanto tiempo lejos me da un enorme alivio, mi corazón latiendo casi como un zumbido cuando estaciono finalmente en la entrada de la casa y mis labios se curvan en una gran sonrisa al salir del auto y caminar; abriendo la puerta para recibir los entusiastas saludos de mis pequeños traviesos.
Así que mi boca se abre con incredulidad al ver a Harper llorar a todo lo que sus pulmones pueden dar mientras sube y baja la escalera, los sofás color beige de la sala están cubiertos de una especie de masa oscura, al igual que André, Cam y Noelle, los cuales se gritan unos a otros, alterando a Dodger que suelta fuertes ladridos mirando hacia todos lados.
—¿Qué está pasando aquí? —bramo intentando parar los ruidos, los cuales menguan con excepción de Harper, que llora incluso más fuerte—, ¿qué están haciendo? ¿Dónde está mamá?
—¡Papi! —exclama André alzando sus manos sucias.
—Ya estás en casa —Cam me mira apenado y parece buscar apoyo en Noelle; la cual tiene una mueca de vergüenza idéntica a la de él.
Los chillidos lastimeros de la bebé están comenzando a estresarme un poco, pero no sé si pueda estar lastimadas, por lo que me acerco y la tomo, buscando signos de magulladuras en su cuerpo.
—Mami —llora, revolviéndose en mis brazos, su cuerpo se sacude con los grandes sollozos y gruesas lágrimas corren por sus mejillas regordetas.
—¿Se cayó de las escaleras? —le pregunto a los niños los cuales niegan casi a la vez.
—Todo el día ha estado llorando —Noelle se encoje de hombros haciendo una mueca.
—¿Y dónde está mami? —pregunto y ella se encoje de hombros mirando a André y Cam, los cuales también se encoje de hombros.
—No lo semos —André hace un puchero, trabándose un poco con las palabras.
—¿Y qué le pasó a los muebles?
Con tan solo mencionarlos sus rostros decaen en una expresión de tristeza y vergüenza que me hace alzar una ceja, esa mirada la conozco, la he visto en algunas de mis fotos de infancia y en diferentes momentos de la vida de estos pequeños.
—Lo sentimos, papi —murmulla Cam y los otros lo siguen, sus hombros caídos y dándome esta mirada de ojos bajos y cristalizados—. Nosotros lo hicimos.
