~Chris Evans Fanfic~
Sigue a la familia Evans por diferentes etapas y momentos en sus vidas.
Desde su boda hasta los cumpleaños.
Desde los accidentes hasta las reuniones en la escuela.
Desde las noches familiares hasta los castigos.
Desde las citas...
Tamos listisimos para celebrar Halloween con los chiquitines Evans??
🎃🎃🎃
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🎃Inicios de Octubre🎃
—¡Lo tengo!
Doy un fuerte aplauso saliendo de mi despacho mientras camino hacia el sótano con rapidez, bajando las escaleras de dos en dos.
Dodger alza la cabeza con alarma, pero al verme se relaja y vuelve a acostarse, sus enormes ojos de perrito mirándome con atención cuando Claire aparta la mirada de la pantalla del televisor donde se reproduce Monster House y frunce el ceño al verme, ladeando la cabeza en confusión.
—¡Lo tengo! —abro los brazos esperando que ella entienda lo importante que es esto, pero su ceño solo se frunce un poco más y una mueca en forma de sonrisa se curva en sus labios—, lo tengo, Claire.
—¡Papi, shh! —se queja André y Scott le extiende su mano para que él pequeño choque los cinco.
—Ok, familia, un segundo de atención, por favor —me detengo frente al televisor y tomo el control para detener la película.
—Papá... —Cam deja caer sus hombros hacia abajo y me mira con fastidio.
Harper mira a Noelle, la cual tiene su cabeza recostada sobre el regazo de su madre con un puchero en los labios, muy pronto la bebé gigante imita el mohín de su hermana y se deja caer contra el costado de Claire.
—Hewmano eso no es wool, estáwamos wiendo la histowia de Wonstance —Scott se queja con la boca llena de palomitas.
—Tengo nuestro disfraz de Halloween para este año —anuncio haciendo manos de jazz.
No recibo ningún tipo de emoción, solo las cejas alzadas de mi esposa y sus labios fruncidos intentando no sonreír, así que continúo con mi increíble propuesta de Halloween.
—Calabazas —vuelvo a hacer las manos de jazz, y esta vez, recibo una mirada de desilusión de parte de Scott.
—¿Calabazas en Halloween? Lo pensaste mucho, ¿no? —el sarcasmo gotea de las palabras de mi hermano.
—No eres chistoso, seremos un huerto de calabazas.
—Yo no quiero ser una calabaza —Scott me mira como si hubiese enloquecido.
—No estás en la obligación, pero mis pequeños... —les sonrío a mis hijos, los cuales miran de su madre, a su tío, y finalmente a mí—, ¿no piensan que sería divertido ser calabazas?
