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Pequeña Escapada
Parte I

Ya hace falta amor de parejita, yo digo que si, como de que no.

Wey, yo si quiero que me despierte el Evans 🥺🥺

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Las cosquillas en mi espalda me hacen estremecer, sacándome poco a poco de mi sueño haciendo que abra los ojos lentamente

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Las cosquillas en mi espalda me hacen estremecer, sacándome poco a poco de mi sueño haciendo que abra los ojos lentamente. Me giro un poco intentando sacudir el sueño que rueda y azota mi cabeza, y logró ver el cabello castaño de mi esposo antes de sentir un nuevo beso en mi hombro.

—Despierta, mi amor —murmulla suavemente, quita un mechón de mi cabello que estaba en mi cuello para seguir su camino de besos a lo largo de mi piel.

Gruño desperezándome, abrazando la almohada y escucho una risita a mi espalda, un sonido delicioso y ronco que envía un chispazo por mi cuerpo, mis nervios alterándose cuando Chris deja otro beso.

—Vamos, preciosa, tienes que levantarte —susurra en mi oído y me quejo.

Continua con sus besos, pero sus manos toman mi cintura para voltearme, moviendo mi cabello hacia un lado para no aplastarlo. Cuando finalmente estoy acostada de espaldas, sus besos descienden por mis clavículas hacia el escote de la camiseta del pijama.

Suspiro cuando sus besos lo llevan cerca de mis pechos; su respiración erizando mi piel, subo mis manos hacia su cabello, tirando de los suaves mechones que se enredan en mis dedos.

Mi esposo sonríe, alzando la cabeza para acercarse a mis labios, sus ojos azules brillan traviesos cuando me besa, mordisqueando mis labios, juguetón.

Abro mi boca para profundizar el beso, pasando mis brazos por su cuello para acariciar su espalda cubierta, un jadeo saliendo de mis labios cuando su cuerpo caliente cubre el mío y engancho una de mis piernas en su cadera.

El beso se vuelve hambriento y sus manos recorren mi cintura, metiéndose bajo mi camisa para acariciar el borde de mis pechos.

Suspiro cuando el calor se expande por mis extremidades, incluso en mi velo adormilado mi cuerpo responde al suyo con facilidad.

—Espera, espera —Chris se separa, alejando sus manos de mi piel para solo mirarme, su labio inferior apresado en sus dientes.

—¿Que sucede? Estoy intentando empezar algo en este momento —le digo burlona, es chistoso como parece estar esforzándose tanto por alejarse.

—Lo sé, y no digo que no quiero que continúes —se queja haciendo una mueca antes de pasar sus nudillos por mi mejilla suavemente—, pero tienes que vestirte y tenemos que salir.

—¿Qué? ¿Por qué? —frunzo el ceño confundida ante su insistencia y me giro hacia la mesilla de noche, donde un brillante 05:14 alumbra en el reloj—, es viernes, Chris, ¿qué está pasando? ¿Los niños están bien?

ᴛʜᴇ ᴇᴠᴀɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora