~° Ecos del pasado (Ekko, Arcane)

I

"¡tu pelo es súper esponjoso! ¿cómo dijiste que te llamabas?"

Ekko sintió que su corazón se contraía al ver a aquella chica que su compañero acababa de noquear.

—Las llevaremos... a las tres.—

Tomó a la chica de cabello bicolor y la cargó en su hombro, estrechándola de forma inconsciente.

—Cuando dijiste que volveríamos a vernos... No esperaba ésto, amiga...—

~•~

Un pequeño Ekko vagaba por las calles de Zaun, sin saber muy bien qué hacer.
Desde que Benzo murió, quiso hacerse cargo de la tienda, pero era algo complicado para alguien tan joven administrar un negocio. Aún así lo intentaba, y para ello se propuso crear diferentes artilugios para vender.

—Tal vez hayan cosas interesantes en el basurero...—

Sonrió al ver que las montañas de desechos eran más grandes, cosa que significaba más chatarra interesante.
Se dedicó a husmear aquí y allá, buscando algo que valiera la pena. Fue cuando lo encontró.

—... ¿qué es esto?—

Aquello que parecía una extraña vara curva rápidamente tomó forma de arco apenas Ekko vio la cuerda.

—¿podrías darme eso?—

Al chico casi se le escapa un gritito al escuchar aquella voz.
Estaba acostumbrado a estar solo en los basureros, el hecho de que hubiese otra persona lo tomó por sorpresa.
Volteó hacia atrás, encontrándose a una figura encapuchada.

—El que lo encuentra se lo queda, amigo. Ley del basurero.—

—Pero es mío, yo lo hice.—

—¿ah sí? ¿y qué hace aquí en la basura?—

—Eso no te incumbe.—

La persona se acercó a Ekko e intentó arrebatarle el arco, pero el peliblanco retrocedió divertido.

—¡oye! Dámelo o te arrepentirás.—

—¿qué harás al respecto, eh?—

La sonrisa divertida en el rostro de Ekko desapareció en cuando la persona corrió la manga de su abrigo, dejando a la vista un extraño reloj. O eso pensó que era, hasta que presionó el círculo del centro y el arco en su mano le dio una descarga eléctrica.

—Te dije que lo soltaras...—

La desconocida le arrebató el arco, sonriendo aliviada al finalmente tenerlo en sus manos.

—Listo... Yo me voy de aquí.—

—¡espera!—Ekko llamó su atención—. ¿cómo lograste eso?—

—... ¿por qué te lo diría?—

—Porque acabas de electrocutarme, me lo debes.—

La chica, que hasta entonces se había mostrado a la defensiva, se relajó un poco al ver como el chico hacía un puchero ofendido. Sonrió.

—Te lo diré... si me dejas tocar tu cabello.—

—... ¿qué?—

Ekko miró sorprendido como aquella persona se quitaba la capucha, dejando a la vista a aquella muchacha.

—Wow, tus... tus ojos son-

—No le prestes atención a eso.—la chica desvió la mirada apenada—. ¿cumplirás tu parte del trato o no?—