VII

2.5K 412 51
                                    

Le están dando tremendo apoyo al libro waaaa.
Pensé que no lo iba a leer nadie xdxd.
Gracias por las estrellitas, me motivan a seguir escribiendo.

~•~

Ekko miraba sorprendido como los trabajadores de Silco corrían alborotados de un lado al otro desde la madrugada, pues el ataque a la fábrica los había tomado por sorpresa.

—Ella no estaba ahí.—

El chico vio a Vi sentaba al borde de aquel edificio, mirando fijamente el bar que solía ser de su "padre".

—¿tú hiciste esto?—

—Con el niño bonito, sí... Pero ya se acobardó.—

—Me hubieses buscado, habríamos ayudado.—

—No quise involucrarte, es todo.—

—... ¿y MJ?—Vi sonrió.

—La última vez que la vi, estaba comprando donas para ese tal Viktor.—Ekko rodó los ojos—. ¿dejarás que tu chica le compre pastelillos a otro?—

—No es mi chica.—

—Pero te gustaría.—

—No es así.—

—¿no te molesta entonces que sea tan cercana a ese tipo?—

—En lo absoluto.—

—Si tú lo dices...—

~•~

—¿no estaba en casa?—Heim se llevó la mano al rostro, pensativo—. Pues si no está ahí, ni aquí... Debe estar con Viktor.—

Ekko renegó en silencio, ya le molestaba escuchar tan seguido el nombre de aquel sujeto.

—¿y dónde lo encuentro?—

—Pues... Si no está en el laboratorio, esta aquí, en los carriles.—

~•~

—¿y ésas?—

—Margaritas, hace muchos años me dijo que eran sus favoritas.—

MJ y Viktor se arrimaron por aquel orificio en el muro, mirando el arroyo bajo sus pies. Estaba muy alto.

—De todos modos ¿por qué elegiste este lugar?—Viktor se sentó al ver que la chica lo hacía.

—Aquí la conocí... Cuando éramos pequeños.—el hombre sonrió—. Era la única que se acercaba a mi en ese entonces.—

MJ miraba en silencio a Viktor, quien comenzó a tirar las cenizas.

—Era buena conmigo... A pesar de ser rivales.—

—¿rivales de qué?—MJ sonrió con tristeza.

—Cosas de chicas...—comenzó a tirar las flores—. Espero que encuentres paz, cuatro ojos... Lamento no haber podido hablar contigo una última vez al menos.—

~•~

Cuando Ekko trepó aquel viejo barco destruido, vio a MJ a unos metros de altura. Frunció el ceño al ver que recostaba su cabeza en el hombro de aquel desconocido.

—¡oye, pingüino!—llamó su atención de mala gana—. Te he estado buscando.—

Miró con mueca de disgusto como la chica abrazaba por un momento al hombre antes de comenzar a bajar por aquella enredadera.

—¿y esa cara?—MJ sacudió el polvo de sus manos al estar junto a Ekko.

—¿qué hacían aquí solos?—la chica enarcó una ceja.

~° Ecos del pasado (Ekko, Arcane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora