~° Ecos del pasado (Ekko, Arcane)

Final

—Entonces... Éste es el chico.—

Aquel anciano miraba con algo de desconfianza a Ekko, quien aún tenía algo de grasa ensuciando su ropa.

—Sí~, es el famoso Ekko.—MJ se aferró al brazo del zaunita—. Disculpa sus pintas, pero estaba trabajando en un purificador para Zaun ¿quieres verlo? Se parece al que teníamos en-

—¿cuáles son tus intenciones con la niña?—

—... ¿disculpe?—

La reunión entre ambas naciones había finalizado de la mejor manera posible, pero ese alivio para Ekko duró poco apenas el anciano frente a él le dedicó su peor cara.

—Baba, no lo molestes.—

—No, quiero que me responda.—

—MJ es lo más importante para mi, señor... ¿que cuáles son mis intenciones?—Ekko miró a la chica—. Pues protegerla, incluso con mi vida si es necesario. Porque la amo... Y siempre estaré a su lado si ella me lo permite... Lo que usted piense de mi tampoco me importa tanto.—

MJ sonrió nerviosa al ver la ceja alzada del anciano.

—Valiente de tu parte hablarle de esa manera al antiguo gobernante de su más reciente aliado...—sonrió—. Pero aprecio ese coraje... cuento contigo para cuidar a mi pequeña.—

—No soy pequeña ni necesito que me cuide nadie.—intervino MJ—. Pero gracias por no matarlo.—

—... ¿qué? ¿matarme?—

—Las faltas de respeto en Demacia se pagan con muerte...—

A pesar de que MJ intentó mantenerse seria, no pudo aguantar mucho la risa.

—Ya, solo te molestaba.—

Ekko pellizcó las mejillas de la chica con cariño antes de ser llamado por Viktor.

—Bueno, tenemos que seguir con el proyecto ¿cenamos juntos hoy?—

—Sip, ven a casa a las ocho.—

—Es una cita.—

El zaunita se despidió del anciano y la chica, desapareciendo junto a Viktor.

—Me agrada.—el hombre miró a MJ—. Parece buen chico.—

—Lo es, Baba...—le sonrió—. Entonces... ¿quieres un tour por Piltóver?—

~•~

La noche finalmente había llegado y MJ acomodaba algunas cosas de su casa.
Apenas terminaba de guardar el último plato en la alacena, cuando escuchó que alguien abría la puerta principal. Supo que era su novio, pues aún conservaba las llaves del lugar.

—¿huele a quemado?—un Ekko sonriente apareció en la cocina.

—Ja ja, que gracioso. Esto huele estupendo.—

MJ besó su mejilla apenas se paró a su lado.

—¿tu abuelo no comerá con nosotros?—

—No~, se estará quedando en el hotel principal de la ciudad. Y eso es genial porque quiero pasar tiempo contigo solamente.—

Ekko sonrió, recostando su mentón en el hombro de la chica.

—¿solo conmigo?—

—Aja~—MJ sonrió al sentir un besito de Ekko en su mejilla—. Así que vamos a comer ¿si? Pero primero ve a ducharte, apestas.—

—¿disculpa? Éste es el olor del esfuerzo y el avance científico.—la chica rió.

—No, eso es aceite, grasa y sudor. Ve a bañarte, cochino. O no te daré de comer.—

—Bueno, bueno...—

Mientras el chico se bañaba, MJ se encargó de terminar la cena. Para cuando Ekko salió del baño, la mesa ya estaba servida.

—Pues sí, eso no se ve quemado.—

—Te lo dije. Súper estupendo.—

Ambos se sentaron a comer, charlando sobre lo sucedido los últimos días.

—Sé que solo fueron unos días... Pero te eché de menos.—

—Aww, el temerario lider de los firelights extrañó a su chica.—MJ lo miró divertida mientras servía el jugo.

—¿tú no me extrañaste?—

—Mucho, sí.—

—¿lo ves? La gran unificadora de naciones también extrañó a su novio.—

—"unificadora de naciones", suena épico.—

—Sí... Pero me gusta más pingüino.—

MJ rió por lo bajo antes de limpiar un poquito de salsa en la comisura de los labios del chico.

—¿sabes algo? He estado pensando mucho en ese día... Cuando nos conocimos.—aquello llamó la atención de Ekko.

—¿de cuando me electrocutaste? ¿o de cuando me tocaste el cabello como una loca?—

—¿perdón? Habla el que no dejaba de mirarme la cara.—

—En mi defensa, era la primera vez que veía a alguien con tus ojos.—la señaló con el tenedor—. Además eras súper linda ¿qué esperabas?—

Negaste por lo bajo, intentando ocultar esa pequeña penita que te dio.

—Si ese día, yo hubiese decidido no volver por mi arco, no te abría conocido... ¿no crees que es súper raro como el destino logró unirnos?—

Ekko terminó su cena, mirando algo pensativo como la chica aún probaba su pasta.

—Si no era por eso, estoy seguro de que nos habríamos conocido en otro momento... Cuando tú bajaras a Zaun, o cuando yo subiera a Piltóver... Nos hubiésemos conocido sin falta.—

—Eso no puedes asegurarlo, además casi te mueres por culpa de Jinx y yo también y-

—No importa, sea como sea, estamos aquí... Juntos.—

—¡oye!—

MJ se quejó apenas Ekko devoró el último bocado de su plato.

—Ven, escúchame.—la tomó de la mano, poniéndose de pie—. No pienses en eso, ya te dije.—

La chica rió apenas Ekko atrapó su cintura, comenzando a moverse lentamente al ritmo de la baja melodía de la radio.

—¿desde cuándo bailas?—

—No lo hago, solo... Me dejo llevar.—

MJ sonrió, hundiendo su rostro en el pecho del chico.

—¿te quedarás a dormir conmigo?—

—Sí~, me quedaré... Pero no para dormir.—

—¡pervertido!—

La chica notó como Ekko reía, alborotando un poco su pecho.

—Eres todo lo que necesito, pingüino...—susurró el chico en su oído, estrechándola entre sus brazos—. Te amo.—

Mariposas... No, luciérnagas.
Pequeñas luciérnagas zumbando en su estómago era lo que MJ sentía cada vez que Ekko decía algo como aquello. Estaba enamorada, tanto como él estaba enamorado de ella.

—Yo también te amo, algodón... Como no tienes idea.—