~° Ecos del pasado (Ekko, Arcane)

XIV

—No deberías irte, niño... No sabes con exactitud dónde está.—

—Tú lo dijiste, no sé con exactitud pero me hago una idea.—

—Ekko...—Viktor tomó al chico del hombro, impidiéndole cruzar el Hexgate—. ¿seguro de que quieres lanzarte al vacío de esta manera?—

El peliblanco sonrió, palmeando la mano que presionaba su hombro.

—Si no me esfuerzo ¿cómo podría merecer a MJ?—

El científico sonrió, finalmente dejando ir al chico.

—Buena respuesta, espero que la encuentres.—

—Gracias... Nos vemos pronto.—

Viktor miró en silencio como el chico se desvanecía en aquel portal, deseando sinceramente que todo vaya bien.

~•~

—... Diablos...—

—Solo un poco más, linda.—

Ezreal dejó a la chica con cuidado en el suelo, dejando que su espalda descansara en un árbol.
A pesar de que pudieron conseguir aquella gema antigua sin problemas, un mal paso de la chica acabó en un pie esguinzado.

—El camino al campamento esta muy empinado, linda... Deberás quedarte aquí mientras voy por ayuda.—MJ asintió.

—Ve tranquilo, prometo no escaparme.—

Ezreal le sonrió una última vez antes de comenzar a trotar y perderse en la espesura del bosque.
MJ cerró los ojos y se relajó, disfrutando los últimos rayos de sol que impactaban en su cara. Suspiró.

—A veces pensaba que eras una planta, haciendo fotosíntesis.—

La chica abrió los ojos con pesades, encontrándose con Ekko.

—... ¿pero qué DIABLOS HACES TÚ A-

—Te amo, MJ.—

La chica no terminaba de asimilar todo lo que estaba pasando, pero esas últimas palabras se metieron a la fuerza en su cabeza.

—¿puedo... sentarme?—

MJ asintió distraída, sin mirar directamente al peliblanco.
Ekko se sentó junto a la chica, suspirando relajado.

—Mientras venía hacia aquí, pensé... Tengo 5 segundos.—el chico miraba sus manos nervioso, sonriendo levemente.

—¿por... por qué 5?—

—Porque es lo que tardas generalmente en comprender las cosas que te rodean.—resopló divertido—. Luego de eso me insultarías, debía ser corto y conciso.—

—... ¿qué haces aquí, Ekko?—

—Vine a arreglar las cosas... Y a decirte lo mucho que me encantas.—

MJ lo miró, notando la pequeña sonrisa en su cara.

—Si te encantara, no andarías besando a cualquiera...—

—Eso fue un malentendido, Taliyah me besó y dijo que yo le gustaba... Pero la rechacé, porque a mi me gustas tú.—

—Deja de decirlo tan a la ligera.—

—¿que me gustas? ¿que te amo?—la miró más relajado.

—Sí, todo eso... No te queda.—Ekko rió.

—¿y qué quieres que te diga?—

—… ¿cómo diablos llegaste aquí?—

—A diferencia de ti, se me ocurrió usar el Hexgate.—