~° Ecos del pasado (Ekko, Arcane)

XXIII

Nota: el lore de Demacia es algo que no conozco nada jsjsjs, no me interesa demasiado, my fault. Asi que me lo voy a inventar compleeeetamente.

~•~

—Así que tienes novio.—

—¡Sí, baba! Sé que lo amarías si lo conocieras.—

La chica caminaba por aquel palacio junto a un anciano, quien escuchaba atentamente cada cosa que la chica le contaba.
Desde que MJ llegó a Demacia, el antiguo gobernante de esas tierras no se despegó de ella. Era una hija, una nieta... Y la había extrañado muchísimo.

—Por eso no volviste a visitarnos... Por un chico.—el hombre negó seriamente, pero no tardó en reír apenas la chica lo abrazó.

—No fue por eso, Baba... Las cosas están algo tensas en Piltóver y necesito ayudar a mis amigos. Zaun esta dando sus primeros pasos y quiero apoyarlos... Merecen una segunda oportunidad, tal como ustedes me la dieron a mi.—

—El consejero Jayce me comentó algo sobre la independencia del distrito suburbano... ¿quieres contarme mejor sobre eso?—

~•~

—Sabes que ella volverá pronto ¿verdad?  No se fue para siempre ni nada de eso.—

Vi miraba divertida como Ekko estaba tirado en el sofá de MJ, mirando pensativo aquel viejo peluche.

—... No me hace gracia que esté tan lejos, no puedo protegerla así.—

—Esta en una de las ciudades más seguras de Runaterra, no necesita que la protejas.—

Ekko se quejó en voz alta, abrazándose a aquel muñeco.

—Aún así...—

La verdad era que Ekko se sentía algo triste, y odiaba ese sentimiento. No iba a negarlo, sabía que se había aferrado demasiado a la bicolor y eso no era bueno.  Pero tampoco podía evitarlo, aquella chica bajita era todo lo que él necesitaba, todo lo que quería... Era su debilidad. Y no tenerla cerca lo estaba volviendo loco.

—Es triste ver al líder de los Firelights tan deprimido, ve y exlota algunas cosas, mira con cara de malo a alguien. Deja de ser un gatito triste.—

—Vete al diablo, Vi.—

La chica rió con ganas antes de lanzarle un almohadón y dirigirse a la puerta.

—Recién pasó un día, será mejor que encuentres algo que hacer o esto será terrible para ti.—

~•~

MJ alistaba sus cosas, pues había acordado con los altos líderes de Demacia que Piltóver necesitaba ayuda rápida si querían que Zaun sanara adecuadamente.

Y, no iba a negarlo, quería apurar todo para poder volver con Ekko.

—¿lista?—

—Sí, Baba... Ya quiero ver a Ekko.—

—Solo fueron dos días, no es tanto.—la chica sonrió.

—No lo entenderías...—

Cuando todo estuvo listo, MJ se apresuró a cruzar el Hexgate.
La verdad era que si Ekko estaba ansioso con todo aquello, la chica se sentía el triple de mal.
A diferencia de Ekko, ella no podía disimular muy bien cuando se sentía mal y de verdad extrañaba muchísimo al peliblanco.
Como no avisaron que el viaje se adelantaría unos días, la aparición de la chica en aquella torre tomó por sorpresa a los operarios, quienes apenas pudieron dirigirle la palabra, pues MJ ya había salido corriendo en busca de Ekko.