— ¡Espera! ¡Me cansé! — gritó colocando las manos sobre sus rodillas. Tomaba largas bocanadas de aire, parecía que todo el aliento se había ido en las pocas calles que estuvieron corriendo.
— Para estar en un equipo de voleibol, tu resistencia se ha vuelto mediocre — comentó deteniendo los pasos y luego regresando hasta la chica.
— Yo dejé de jugar cuando empecé la secundaria, Keisuke — murmuró cuando obtuvo un poco más de aliento. 'Me arde el pecho' pensó.
— ¿Que? ¿Por que no me habías dicho? — preguntó. Aunque, más buen se escuchó como una queja.
— Te lo dije, pero tienes la manía de quedarte viendo mi rostro como un idiota y no prestas atención a lo que te digo jeje~ — se rió más fuerte al ver como el rostro del chico se tornaba rojo en pocos segundos.
La lluvia había aumentado su intensidad, empapandolos en su totalidad, sería inútil seguir corriendo buscando un refugio para no mojarse.
Cuando ambos caminaban uno al lado del otro, la chica lo empujó levemente con el costado de su cuerpo.
— ¡Oye! — se quejó el contrario, devolviendo el empujoncito.
— ¡No me lo devuelvas! — dijo para tratar de empujarlo más fuerte pero él la esquivó con facilidad, logrando que pasara de largo — ¡Bajeeee! — ante esto él solo rió y comenzó a correr para que ella no lo atrapara.
Pero no contaba con que a los pocos minutos de juegos, la de cabello castaño, cayera al suelo de rodillas por el cansancio anormal que estaba sintiendo. Miraba al suelo y trataban con todas sus fuerzas el retomar la calma en su organismo.
— ¿Comiste bien hoy? — preguntó preocupado, ayudándola a levantarse.
— No lo recuerdo... Creo que sí — dijo inocente, mintiendo un poco. Sabía perfectamente el porqué de su cansancio pero no se lo diría.
— Cuándo lleguemos, comerás algo — dijo dándole la espalda y agachándose un poco — sube — se lo pensó un poco, pero termino por subirse a su espalda y lo abrazó por el cuello sin apretar el agarre.
— Comienzas a hablar como Sam — dijo soltando leves risas.
— Me preocupó por ti, eso es todo... Siempre eres tú la que lo hace por mí, es momento de invertir los papeles — le dijo con voz suave, dando leves caricias en los muslos de la chica con sus pulgares.
— Solo por hoy, te dejaré ser el preocupón de la relación —.
— Jaja~ —.
=•=•=
Entraron sacando la mayoría de su ropa, ambos demasiado flojos como para secar el suelo cuando esté todo mojado. Sabiendo que Sam les daría un buen regaño por no hacerlo; preferían ahorrar regaños y productos de limpieza.
Se miraron por unos momentos, los dos en ropa interior.
— Lindos ositos — comentó sonriendo burlesco.
— Silencio, es la ropa interior más cómoda que tengo y no me importa que tenga ositos — respondió poniendo un dedo en la boca del contrario — ahora ve y pon eso a lavar, yo me iré a bañar — dijo caminando hacia el baño con paso calmado.
— (N) — bastó que dijera su nombre para que ella volteara a su dirección.
Se quedaron mirando a los ojos por largo rato, hasta que una sonrisa pícara se instaló en el rostro de ambos, sonrojandose un poco en el proceso.
— Solo si llegas antes que yo — y sin más, salió corriendo como alma que se lleva el diablo, hasta el baño. Escuchando los apresurados pasos de su pareja, quién también venía a toda velocidad.
— Te alcancé — dijo en un susurro, cargandola como saco de papas para así dirigirse al baño.
— Me lavas bien la espalda —.
— Si, señora —.
No era la primera que se bañaban juntos; nunca lo hicieron completamente desnudos, siempre mantenían la ropa interior para evitar alguna incomodidad.
Estaban en la etapa donde las hormonas se vuelven algo locas, aún así, se sentían inseguros con respecto al tema.
'Todo a su tiempo' se decían en sus mentes.
Si tan sólo tuvieran tiempo.
=•=•=
— ¿Hicieron cochinadas mientras yo no estaba? — preguntó Sam, entrando al apartamento. Estaba empapado de pies a cabeza, la lluvia lo había alcanzado al igual que a ellos.
— No... Pero si hicimos la cena — dijo la chica, sonriendo de oreja a oreja.
— Awww qué lindos y considerados son con este pobre hombre —.
— Nunca dijimos que te guardamos — dijo el pelinegro, quien estaba sentado en el suelo, en medio de las piernas de la chica que estaba concentrada en secarle el cabello.
El mayor jadeó ofendido y se dispuso a caminar dirección al baño, debía sacarse la ropa mojada si no quería resfriarse.
— ... Pero si le guardamos — dijo la chica.
— Shhh, deja que sufra —.
— Que malo jaja... Ammm... ¿Bajiro? —.
— Dime —.
— ¿Ya le dijiste a tu mamá que te quedarás aquí por la lluvia? — preguntó, marcando de una vez al número de la mamá del chico.
Sabía que él no lo había hecho todavía, seguramente la mujer se encontraba preocupada por el bienestar de su caótico retoño.
— No- — iba a responder pero la voz de la chica lo interrumpió.
— Si... Claro... Yo también la aprecio mucho, Baji-san... No le voy a decir Mamá... Jajajajajaja... Buenas noches igualmente — y colgó la llamada — ya le dij- ... ¿Por qué me miras así? —.
— Comienzo a pensar que mi mamá te quiere más a tí que a mí —.
— ¿Cómo no va a quererme? Sí soy la mejor nuera que podrá tener en toda su vida — infló el pecho con orgullo y esbozo una enorme sonrisa.
— Y la única que tendrá en toda su vida —.
Bye bye~
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Hasta el fin del mundo • Baji Keisuke
Fanfiction- ¡SOMOS LOS REYES DEL MUNDOOOO!... ¡¿ME ESCUCHASTE?!... Somos... Somos los reyes del mundo -. . . . . . -La mayoría de personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo creador c: