— Deja de hacer eso — le pidió como por quinta vez en todo lo que llevaban viendo de la serie.
— No puedo, es demasiado adictivo — respondió con dificultad; por suerte, la chica entendió lo que quiso decir.
Mordisqueando suave las regordetas mejillas de su novia; había descubierto una nueva forma de drenar todo su estrés, y es que le parecía muy relajante sentir lo suave y blanditas que eran las redondeadas mejillas con las que contaba la de cabello rizado.
— Me dejaras una marca... Otra vez — se quejó haciendo un pucherito.
Las primeras veces se había excedido un poco y le dejó marcas rojizas, que se intensificaban en las zonas donde sus alargados colmillos de afincanban.
— No... Me... Importa... — respondió como pudo — así saben de quien eres — dijo casi en un susurro, sonriendo contra la piel de su mejilla, causándole un escalofrío que le recorrió toda la columna.
— Baji —.
Detuvo su accionar para mirarla con el ceño fruncido y un leve puchero que le salió inconsciente.
— Me llamaste por mi apellido —.
— Si, lo hice. Deja de morderme — pidió pellizcando las mejillas del contrario, pero este, muy lejos de quejarse, cerró los ojos y la abrazó por la cintura, pidiendo mimos — a veces pareces un gatito en busca de atención — susurró con una sonrisa enternecida, imitando lo que antes estaba haciendo el de ojos oscuros.
— A mí me gusta que hagas eso... No entiendo porque te molesta — dijo en voz baja, dejándose morder las mejillas.
— No me molesta, pero tú tienes estás cosas — con su dedo pulgar, alzó el labio superior del chico. Dejando al descubierto sus colmillos — solo pido que controles tu fuerza. Son incómodas las bromas que me hacen en el trabajo o Neil en la escuela — dijo haciendo una mueca de desagrado.
— ¿A sí? ¿Y que te dice? — preguntó soltando risillas.
— «Que vampiro tan raro. Si quieres le consigo un GPS para que ubique el cuello» Luego Rin se ríe y yo me termino sonrojando jeje~ —.
— Jajajaja~ lo siento, aún estoy aprendiendo a moderar la intensidad con que lo hago — dijo en voz baja, recostando el mentón en el hombro femenino, para segundos más tardes, seguir mordisqueando sus mejillas.
— Keisuke — llamó con voz suave, apagando el televisor, pues hace un buen rato atrás le dejaron de prestar atención.
— ¿Mh? — murmuró concentrado en lo que hacía.
— ¿Está bien si te pido que te vayas? —.
— ¿Me estás corriendo? — preguntó «ofendido».
— Sam me envió a buscar algo... Y prefiero ir sola — le pareció estar en cámara lenta al ver claramente como el rostro de su pareja se deformaba en una mueca de total desacuerdo — me ves casi todos los días. Además, yo no necesito guardaespaldas —.
— Está bien, señorita «yo puedo cuidarme sola perfectamente y no necesito más a novio» me iré a mi casa y te dejaré hacer sola tu tarea... ¡No insistiré! — colocó el dorso de su mano en su frente y se dejó caer de espaldas — no, no puedo ir contigo. No me ruegues por favor... Debes despegarte de mí —.
— Keisuke... —.
— Mi mamá estará muy orgullosa de saber que mi hermosa y adorada novia-prometida-casi esposa se está independizando —.
— ¡Keisuke! — llamó más duró, frenando el drama del pelinegro.
— Dime, preciosa —.
— ... Puedes ir conmigo —.
=•=•=
— Eso fue... ¡Lo más aburrido que he presenciado en mi vida! — se quejó, cargando una caja en sus manos.
— Te quedaste dormido a media explicación — respondió la chica entre risas.
— Porque fue demasiado aburrido —.
— Por algo quería venir sola — rodó los ojos divertida.
A dónde los había enviado Sam era una panadería, donde debían inspeccionar un pedido que había hecho el mayor; un producto que solo se había en ese local. Fue mala suerte del chico no saber que debían escuchar una charla super aburrida, a su parecer, de las propiedades que tenían los ingredientes utilizados en dicho comestible.
— Era necesaria esa charla informativa. Todo eso se lo tengo que repetir a Sam — explicó la más baja, sujetando bien la caja que también llevaba en brazos.
— No me gustaría estar en tu lugar — admitió.
— Jajajaja- — paró en sus risas cuando vió a una cabellera rubia, que conocía bastante bien, a no muy lejos de su posición.
Palideció cuando la de ojos miel volteó en su dirección y se comenzaba a acercar, sonriendo y moviendo una mano en señal de saludo.
Buscó con la mirada alguna ruta de escape y en su cabeza se encendió un bombillo cuando miro un bus a punto de arrancar. Se dió cuenta que los dejaría cerca de su destino.
— ¡Me cansé! ¡Sube! — y sosteniendo la caja con una sola mano, sujetó al pelinegro que estaba muy concentrado quejándose como para darse cuenta de lo que pasaba.
Suspiró pesadamente cuando estuvo sentada dentro del bus al lado de su pareja.
— ¿Estás bien? — preguntó con preocupación — no debí insistirte en querer regresar caminando, sabiendo que te cansas rápido —.
— Tranquilo... No... No pasa nada —.
Bye bye~
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Hasta el fin del mundo • Baji Keisuke
Fanfiction- ¡SOMOS LOS REYES DEL MUNDOOOO!... ¡¿ME ESCUCHASTE?!... Somos... Somos los reyes del mundo -. . . . . . -La mayoría de personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo creador c: