No podía mantener un sueño constante, me daba vueltas y vueltas en la cama. Me despertaba con el más pequeño detalle y sentía una fuerte angustia en medio del pecho presionándome, diciéndome que algo no andaba bien. Me senté de golpe en la cama cuando una fuerte lluvia azotó el techo de la casa. Mi respiración está absolutamente agitada, mi pecho sube y baja con demasiada fuerza. Mi corazón late muy rápido y la piel se me comienza a erizar. Vuelvo a tener miedo. Cierro los ojos con fuerzas. “Sal de mi cabeza maldita sea” le digo a la posible manipulación de Silas, pero no es eso, es algo que está adentro de mi misma, es un miedo que comienza a crecer. El sonido de la lluvia me comienza a abrumar, las gotas comienzan a sonar en contra de mis oídos, martilleando mi cabeza. Junto mis piernas en el pecho y me tapo los oídos con fuerza. Siento como un remolino comienza a crecer intensamente desde mi estomago y sube por mi pecho. La lluvia es demasiado fuerte, el frío comienza a calarme los huesos y la angustia está tomando cada parte de mis músculos y huesos. Es como si me ahogara. Respira Caroline, respira.
Trato de gritar y no puedo. Mi pecho sigue respirando rápido, tratando de alcanzar una bocanada más de aire. ¡Me ahorcan! De un impulso pateo la colcha de la cama y corro por la casa descalza en pijama cubriéndome los oídos con las palmas ¡no resisto el sonido es muy fuerte! Abro la puerta y comienzo a correr en medio de la noche, con una lluvia intensa. Mis pies se hunden en el lodo, siento como mis dedos de los pies se impregnan de esa sensación de sucio. Corro más rápido ¡que la lluvia se detenga, el ruido es insoportable, por favor! Apresuro el paso tratando de alejarme del sonido que producen las gotas al chochar contra los tejados. Mi dirección es el bosque. Lagrimas se empiezan a deslizar por mi rostro, no soporto las gotas martilleando en cerebro, no soporto el sonido de cada una de ellas chocando contra el barro. Las ramas comienzan a tajearme los brazos, las piernas y puedo escuchar mi sangre goteando por los cortes de mi piel, no me importa, sigo corriendo lo más rápido que puedo, hasta que choco con un tronco que me hace rodar varios metros por el suelo. Grito, lloro más fuerte y llevo ambas piernas hacia mi pecho directo. Sollozo más fuerte ¡duele, duele mucho, que se detenga la lluvia por favor...! de pronto mi vientre hace un movimiento extraño, algo dentro de mi golpea fuerte y todo mi cuerpo se calma, deja de estar en alerta. Mis músculos tensos se empiezan a relajar, mi respiración a calmar y mis gritos envueltos en llanto ahora son solo sollozos suaves. Aprieto mas mis piernas contra mi pecho y me quedó así por una cantidad de tiempo que no tengo claro. Poco a poco mi piel empieza a ser consciente de las gotas de lluvia cayendo sobre mí, el aire del bosque que al chocan contra las ramas produce un sonido escalofriante. Abro mis ojos de golpe, estoy envuelta en barro sucio. Es como si acabara de despertar de una pesadilla, pero esa pesadilla fue real. Pongo mi mano derecha en el piso para enderezarme poco a poco y me hundo. Mierda susurro y me pongo de pie en velocidad vampírica. Camino hasta un árbol cercano y me apoyo en él para constatar mis heridas que se comienzan a recuperar rápidamente. Llevo mis dos manos al rostro y sé que todo esto fue producto de un juego mental de Silas, como el de ayer. Siento un rayo más allá que hace que me sobresalte, enfoco mi vista y sé que no debo permanecer más tiempo en medio del bosque solo, no teniendo al psíquico suelto. Corro de regreso a casa lo más rápido posible. Apenas cierro la puerta de cada detrás de mi estoy temblando por completo, no por el frío si no por la descarga de adrenalina que tuve. Subo lentamente las escaleras, aburrida, agotada de los malditos juegos mentales. Abro la puerta de la ducha y programo el agua tibia. Estoy llena de lodo por todas partes. Con los dedos abiertos me restriego el pelo, los brazos, los pechos, el vientre y las piernas, en realidad no tardo demasiado en estar con unos pantalones de buzo gris y una polera sobre mi cama. Tengo que tomar una decisión. Silas no puede afectando ni mi cabeza ni la de mis amigos. No lo permitiré, no cuando aún queda algo, no cuando aún queda esperanza. Me dejo caer contras las almohadas, necesito dormir unas horas antes de empezar a hacer mis maletas.
La luz del amanecer comienza a entrar por las cortinas de mi habitación. Me doy un par de vueltas y llevo un brazo hacia mis ojos para comenzar a abrir poco a poco los ojos. Algo choca suavemente contra mi nariz y cuando enfoco mi vista, es el brazalete de plata de Klaus. ¡Dios, se fue hace una semana y ya tengo que traerlo de regreso! Me estiro perezosamente mientras mi teléfono suena incansablemente. Gruño entre dientes y lo tomo de un manotazo. Reviso que no es ni Matt, Elena, Damon, Stefan, Bonnie o ninguno que me interese, así que cuelgo inmediatamente. Me dormí con el cabello semi húmedo, por lo que hoy tengo unos rizos perfectos. Tomo una ducha de unos minutos y me visto, sencilla pero impecable. Debo impresionar.
-¿Cómo será el clima en Nueva Orleans? –pregunto en voz alta cuando siento a Elena llegar a mi casa.
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family tree #wattys2017
FanfictionTras la partida de Klaus a Nueva Orleand, Caroline pensó que su vida amorosa al menos estaría tranquila y podría concentrarse en lo que realmente importaba, ayudar a sus amigos a volver a petrificar a Silas, pero ¿realmente podría concentrarse en cr...