Nueva Orleans, actualidad.
Luces, mar, movimiento es todo lo que veo, miles de sensaciones que me van llegando, pero en realidad no estoy captando nada más que un punto fijo en medio del mar. Revuelvo el wisky haciendo girar los cubos de hielo. Esto es Nueva Orleans, el lugar que en algún momento fue mi hogar, donde me sentí más cómodo, donde fuimos una familia, donde llegue a estar lo más cerca de la felicidad. El regreso no fue lo mismo, todo es distinto, este lugar, donde yo fui el rey, ya no es mi reino y lo quiero de vuelta. Quiero todo lo que Marcel tiene, porque es mío, y quiero más que eso, quiero todo lo que Nueva Orleans me puede dar, quiero todo lo que se quedó atrás en Mystic Falls. Y con eso me refiero a Caroline. Quiero a Caroline de vuelta. Le doy una vuelta más al wisky y lo bebo de un trago sintiendo su calor quemándome la garganta.
Caroline...Caroline...como todo en mi vida, lo obtengo, lo quiero, lo pierdo...lanzó el vaso lo más lejos posible.
-¿Quién diría que estarías tan de mal humor, después de que la zorrita abriera sus piernas para ti Nik –dice Rebekah a mis espaldas. De un movimiento la tengo por el cuello en contra de un árbol- vaya...creo que de verdad te afectó dejarla atrás ¿qué le dijiste para que dejara de lado todo lo despreciable que le has hecho de lado y te permitiera tocarla? –susurra ella con una sonrisa a medias, sin miedo a que tenga en el bolsillo una daga y se la clave en medio del corazón.
-Con una daga en el pecho, hablarías menos hermanita –le digo sonriendo, mientras mi mano presiona cada vez más su cuello, lento, firme, mis dedos clavándose, sintiendo su palpitar cada vez mas agitado.
-No seas estúpido Niklaus –me dice ella soltándose de mi agarre rápido. Ella camina hacia el mar, moviendo sus caderas, solo como ella lo sabe hacer. Se gira hacia mí y me medio sonríe mostrándome los dientes – regresamos a Nueva Orleans para ser una familia ¿no? La familia Original.
-La familia Original...que potente y mediocre suena –susurro entre dientes mientras regreso mi vista a la cuidad.
-Habla por ti, Elajiah y yo estamos bien, esto es lo más cercano a un hogar que hemos tenido desde que nos convertimos en esto
-Es como si lo dijeras con desprecio.
-Lo hago Nik –dice ella y se sienta en el banquillo en el que yo estaba hace unos instantes antes de que llegara a agotar mi poca paciencia- y tu ahora lo haces –yo me rio fuerte- ¿De qué te ríes? sabes que es verdad.
-No hay nada que me haga en este mundo, desear ser otra cosa que lo que soy... ¡Soy Klaus Rebekah! Un hibrido, que puede hacer lo que se le plazca, poner el mundo a sus pies si así lo deseara.
-Por favor Nik...-dice mi hermanita mientras alza sus brazos- Ser lo que eres hace que sufras de la manera que lo haces, que seas esta persona sola que eres...ser lo que eres hace que Caroline esté a millas de distancias feliz porque por fin el maldito hibrido que arruina su vida, este lo más lejos posible.
-No sabes nada Rebekah –susurro con los dientes apretados porque en el fondo sé que es verdad. Lo desee o no, ella, la jodida rubia es la que más me conoce, aunque yo no lo desee.
-Sé, hermanito, que probablemente en este segundo, Caroline, esté en busca de Tyler, para decirle que al fin desapareciste del mapa o quizás está desabrochando el mismo brasier que tú desabrochaste- y eso llega directo al corazón, un pulzaso que duele y no me gusta su sensación. Aprieto los dientes por no tomar lo que cercano y clavárselo en medio del pecho a mi hermana, porque sé que tiene razón en cierto sentido. Caroline siente algo por mí, pero ella, que está llena de luz y compasión no puede amar a un monstruo como yo, alguien quien está dispuesto a matar a su propia familia, que sabe cómo hacer sufrir a la gente.
-No me importa Rebekah, ella está mejor sin mí.
-De eso no hay duda Nik, la mayoría estamos mejor lejos de ti –me dice ella con veneno, luego me mira por unos segundos- eres un absoluto cobarde.
-¿Qué? –le digo girándome a ella.
-Cobarde, te acostaste con ella y ni siquiera le pediste que viniese contigo a Nueva Orleans
-Sabía la respuesta –contesto con agresividad mirándola directo a los ojos, haciendo contacto visual, dejándole en claro que esta conversación me está enfureciendo y ella no quiere eso, no desea ver a su hermanito molesto.
-Claro, sabes lo basura que eres –murmura ella y deja la frase colgando. Se gira y se va, dejándome con esa sensación de vacío creciendo más y más dentro de mí. Sumándose a todo lo que en mi vida he perdido y estropeado. Aprieto los dientes y lo dejo pasar, lo dejo escapar, no le daré más vueltas a un asunto que no lo merece. Estoy en Nueva Orleans y este lugar es mío. Yo volveré a ser el Rey, recuperaré lo que es mío y que Marcel tiene y no me importara a quien tenga que matar para obtener lo que quiero, porque en Nueva Orleans no existe una Caroline que me frene, que pida mi compasión, no están sus amigos, mis constantes victimas, no están sus ojos suplicando piedad para el hombre que ama, no está su luz, su belleza, su inteligencia, su fuerza, su deseo de conquistar el mundo. Aquí solo esta Nueva Orleans esperando en medio de la noche que vuelva Klaus a beber, embriagarse, bailar y disfrutar de todo lo que lo mundano de este mundo me pueda brindar. Aquí no hay luz, aquí nadie cree que hay algo humano dentro de mí y eso es lo que más se acomoda a mi personalidad, eso es lo más fácil para vivir y no sentir.
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family tree #wattys2017
FanfictionTras la partida de Klaus a Nueva Orleand, Caroline pensó que su vida amorosa al menos estaría tranquila y podría concentrarse en lo que realmente importaba, ayudar a sus amigos a volver a petrificar a Silas, pero ¿realmente podría concentrarse en cr...