Parte 15

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Abro los ojos despacio y me llevo de inmediato el brazo a la cara. De pronto me doy cuenta que las luces están bajas y la habitación está tibia. Tengo los ojos cerrados y siento miedo, de pronto no sé donde estoy, no sé bien qué pasó. Me siento enferma de pies a cabeza, el cuerpo me duele y siento mis extremidades pesadas. Cierro los ojos por unos segundos más tratando de hacer memoria, concentrarme con unas horas atrás. Imagines comienzan a regresar, Klaus en mi habitación, Klaus y yo caminando por Nueva Orleans, Klaus mirándome con ojos profundos, nosotros en un bar, nosotros en un bar bebiendo, nosotros en un bar pegados a una pared. Yo atacando a Klaus. Me siento de pronto y aprieto fuerte la colcha a mí alrededor.


-Tranquila...-me susurra una voz profunda que reconozco al instante. Suspiro de alivio, cosa que es de lo más loca...me siento aliviada por estar con Klaus. Y de pronto sabes que todo cambio en un segundo. Cuando pasas de temerle a una persona a sentirte protegida estando cerca de él, es porque sabes que esa persona jamás te haría daño y si tiene que tenderte la mano lo hará, y de pronto, mágicamente, es como si las estrellas se alinearan y notas que esa persona a la que le temiste tanto tiempo no es tan horrible como pensabas, quizás sea terrible con el mundo entero, pero contigo no- ¿Cómo te sientes? –dice cuando yo abro los ojos de nuevo y me enfoco en él. Está sentado sobre la cama, su rostro parece preocupado y sus hombros están tensos. No lleva chaqueta, se ha cambiado la polera y aun lleva el cabello medio húmedo. Se ve sexy y huele a menta.


-En realidad no sé bien qué pasó –le digo llevándome una mano a la cabeza- me duele el cuerpo y lo siento demasiado pesado


-Yo tampoco sé bien qué te pasó Caroline...-Dice extendiéndome un vaso con sangre. Lo observo con desconfianza, no bebo sangre humana y he sabido llevar una buena vida vampírica. Los segundos pasan mientras Klaus me observa con el ceño fruncido y mi deseo comienza a crecer. Siento como si mi estomago patea y extiendo la mano lentamente hasta alcanzar el vaso que está tibio. Oh por mi dios.


-¿A quién mataste? –pregunto de pronto alzando los ojos directo a los de él. Me observa por un segundo y estalla de la risa. Está vez soy yo la que frunce el ceño- no te rías, contéstame


-A nadie Caroline, es sangre de algún animal–dice cuando logra calmar su risa. Lo observo con desconfianza y me llevo el vaso a los labios. Las venas alrededor de mis ojos se hinchan y siento como mi sed poco a poco se calma. Lo digiero rápido y siento la necesidad de más. No tengo que pedirse, Klaus toma un jarrón de vidrio y me sirve más en el vaso. Aun está tibia y me asienta bien en la garganta.

-No comía desde Mystic Falls, creo que ya me comenzaba a deshidratar –le susurro cuando me he bajado casi medio jarrón. Klaus me sonríe de nuevo por unos segundos. Poco a poco me siento mucho mejor, así que con las manos abro las colchas y me doy cuenta que solo estoy en ropa interior.


-¡Klaus! ¿Dónde demonios...? –le digo molesta de pronto. Él pone cara inocente y alza las palmas.


-Te desmallaste Caroline, no te iba a meter con vestido en mi cama –dice él como si yo estando en su cama, solo en ropa interior fuera una de las cosas más normales del mundo. Yo abro los ojos como platos y la respiración se me corta. Abro los labios y señalo con el dedo.


-¿Estoy en tu cama?...¡¿Qu-e, qué, qué demonios haces?! –grito cuando Klaus toma los bordes de su camiseta y de un solo movimiento rápido saca su polera sobre su cabeza. Él se gira hacia mí, con su oh-espectacular-cuerpo y alza una ceja. Me siento en ese segundo hipnotizado por él. Es fascinante en todos los aspectos como su sola presencia, su forma de caminar hace que todo mi cuerpo comience a cosquillear. Está parado a un metro de la cama y me mira a los ojos, luego baja su vista hasta su cinturón y lentamente lo desabrocha. Estoy absolutamente fuera de juego.


Me cuesta tragar. Él vuelve a alzar los ojos hacia mí lentamente y abre el botón del pantalón, puedo observar el elástico de su bóxer. Yo levanto mis ojos con cautela, me gusta demasiado como el pantalón cuelga de su cadera, me gustan las líneas verticales que se le forman, Jesús, es tan caliente. Su cuerpo es perfecto, su pecho no tiene un vello a la vista, no es un cuerpo excesivamente trabajado, sus músculos son lisos ganados por el esfuerzo de correr y matar. Klaus engancha sus dedos lentamente en su pantalón y yo he tenido suficiente.


-¿No te gusta lo que ves amor? –susurra él dándome una sonrisa torcida, sexy. El calor de la habitación parece haber subido demasiado y no es por la chimenea, es esa química y electricidad que solo genera Klaus. Yo me un manotazo corro las colchas y me bajo de la cama. Ya he tenido suficiente. Necesito escapar de su magnetismo. No puedo seguir aquí sin que algo más entre nosotros pase. Comienzo a caminar directo a la puerta, lo más rápido posible sin mirarlo.



-¿A dónde crees que vas Caroline? –me susurra suavemente Klaus sosteniendo mi brazo. Yo trago fuerte, siento cada uno de sus dedos presionando mi piel con firmeza. Yo giro mi cabeza para observarlo y trago saliva. Él tira de mi brazo y pronto estoy frente a frente a él sintiendo su pecho pegado al mío. Su mano en mi cadera.

family tree #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora