Parte 26

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Caroline -Su voz fue suave y parecía cansado. Sus ojos me miraron buscando respuestas que no quería hacer- ¿estas bien?


Lo quise golpear por un segundo ¿estar bien? Era cosa de mirarlo y saber que estaba al tanto completamente de mi nueva situación. Fruncí el ceño.


-No, claro que no estoy bien, tengo una criatura adentro, que en un tiempo más te dirá papá que me come las entrañas -Murmuré con los dientes apretados. Estaba molesta con él a pesar de que no tenía la culpa. Ninguno de los dos imaginó que esto podía pasar por el simple hecho de que no éramos seres que se pudieran reproducir, pero al menos debería haberlo imaginado, ya que tenía a una loba embarazada. Definitivamente se merecía la corona del padre más idiota de la Tierra.


-Sé que ahora no lo entiendes, yo tampoco lo hago, es solo que -Sus manos se fueron al rostro y se lo restregó- necesito sacarte de aquí, nos tenemos que devolver.


¿Perdón? Klaus me quería sacar del único lugar en el mundo, que aunque raro pareciera me sentía segura estando embarazada. Tenía a mis amigos, tenía a mi madre, mi casa, mis raíces.


-No Klaus, porque lleve un hijo tuyo no quiere decir que este a tu merced y disposición, yo no me moveré de Nueva Orleans ¿qué esperas?


-Que te vayas conmigo a Nueva Orleans, alimentarte a ti antes de que eso te mate -Su voz fue severa y sin ninguna expresión. Mis ojos se abrieron al igual que me boca y las ganas de estamparle una cachetada en el rostro fueron inmensas.


-¿Eso? ¿Te refieres a tu hijo como "eso" -Mi voz estaba tan cargada de indignación que no me reconocí. Me giré dispuesta a caminar, no tenía porque escuchar sus palabras estúpidas llenas de narcisismo barato. Eso, como él lo llamaba era mi hijo, que aunque tuviese por un lado predicciones bastantes satánicas, y por otro, el de la redención, lo quería o al menos deseaba proteger su vida. Di dos pasos por el bosque y escuché el resoplido de Klaus.


Me importaba un pepino que estuviera cansado, que se hubiese peleado a puños con Marcel, con Elajiah o con el mismísimo Dios, pero a mi no me venía con ese tipo de cosas. Hacerme vampiro me había hecho ser una persona más segura y autovalente por mi misma, y aunque a veces me asustaba todo lo que pasaba a mi alrededor no me daría por vencida jamás y esta no sería la excepción. Lucharía por ese hijo y no dejaría que él lo tratara de esa manera porque había tenido un mal día.


Esto no se trataba solo de meterse entre mis piernas y hacer lo que quisiera, por más que estúpidamente me sintiera más que atraída por su oscuridad, sensualidad y a veces tratos dignos.


Era algo bastante masoquista.


-Caroline detente, esto cansado de todo esto...-Me susurró a mis espaldas. Me giré y lo miré colérica.


-¡Me importa una mierda si estas cansado o no! ¿Me entiendes? La que carga con un hijo con predicciones ancestrales soy yo, a la que se comen por dentro soy yo, y no te estoy pidiendo ayuda, así que todas esas energías que estas gastando dentro de tu cansancio, métetelas en el bolsillo Niklaus -Sus ojos cambiarón de un tono y aflojó la mandibula considerablemente.


-Caroline le atravesé a Marcel, mi amigo y al mismo tiempo enemigo una daga en el pecho ¿me puedes entender por un segundo?


-Y ¿quién demonios me entiende a mi? Nadie. Mira Klaus, sé que tienes ya otro bebé con Hayle y aunque me duele, bien, lo acepto, es un bebé y nada se puede hacer por eso, pero no te equivoques...yo no iré a Nueva Orleans a meterme en medio de vampiros que quieren tu cabeza y la de tu familia -Tomé una buena bocanada de aire y seguí- y este bebé -Le dije apuntando a mi estomago- quieras o no es tu familia. No lo pondré en riesgo y tampoco mi vida.


Sus manos se apoyaron en mis dos brazos y choqué fuertemente contra un árbol grueso. Sentí como el aire abandonaba mis pulmones. Sus ojos eran más oscuros.


-Esa "cosa" que lo llamas mi hijo, te matará y yo no-dejaré-qué-pase -Murmuró con los dientes apretados cerca de mi cara. Sentí su aliento cálido y cerré los ojos tragándome sus palabras asumiendo lo que decía. Klaus no quería a este bebé y por su tono, haría cualquier cosa para que no viera la luz, pero ¿quién era él para decidir eso?


Me estremecí.


-Eres lo único que me importa Caroline, tú y el bebé de Hayle. No dejaré que nadie me los arrebate, porque por primera vez me importa algo y estoy dispuesto a luchar hasta el fin -Mis ojos se llenaron de lágrima y sentí el dolor subiéndome por el pecho. En pocas horas me había enterado que la persona que quería sería padre, luego que yo estaba embarazada de un ser más que sobrenatural y ahora me llegaba la noticia que ese hombre, Klaus Mikelson, no quería a este hijo, pero si al de Hayle -


-¿Por qué mi hijo no y el de Hayle sí? -Grité y lleve ambas manos hasta su pecho, golpeándolo mientras mis ojos se cerraban y me estremecía con dolor. La péqueña criatura reaccionó como si sintiera el calor de su padre cuando se acercó a mi y me abrazó. Lo rechacé y se alejó.


-Te matara -Respondió como si eso explicara la existencia de todo lo que existía en la Tierra.


-No, lo hará porque lucharé -Mis manos volvieron a golpear su pecho, mientras mi pecho bailaba por los aires moviéndose- no te necesito ¡eres la peor bestia que jamás pude conocer!


Mi estomago se remeció. Mi bebe, mi hijo, el ser que llevaba mi sangre y la de hibrido, nos reconocía y me dolía profundamente el rechazo que tenía Klaus hacia él, porque de alguna forma, aunque fuese la criatura más maldecida por el cielo, se movía y me pertenecía.


-No dejaré que nazca Caroline -Susurró- no hay vuelta para eso, entiende...te matará y yo no lo permitiré -sus ojos se oscurecieron. Su antebrazo se colocó sobre mis pecho, justo por dónde va la clavícula inmovilizándome. Sentí el terror deslizándome por mis venas.


¿Qué iba a hacer?


¿Qué iba a hacernos?


Traté de moverme como loca. Pateé, golpeé, pero nada funcionó, su fuerza en comparación a la mía era muchísima más.


-¡Vamos! ¡Arráncalo! ¡Arranca a tu hijo de mi cuerpo! -Grité histérica convulsionando de lágrimas que estremecían mis hombros con violencia. Su mano derecha se fue hasta mi vientre y sus dedos, como garras comenzaron a hacer presión, sentí como la carne, lentamente y de forma dolorosa se comenzaba a abrir...

family tree #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora