Cuando bajo los últimos escalones de la casa de los Salvatore, siento el aire frío pegándome en la cara. Hay una niebla espesa y el cielo está cerrado, desde mi posición no puedo ver ninguna estrella, pero en medio de la tenebrosa visión la luna llena me da luz. Sin querer se me viene rápidamente a la mente un híbrido, de ojos oscuros, pelo rubio, con una contextura perfecta, mandíbula apretada, sonrisa arrogante. Un híbrido que está muy lejos de aquí, que me dejó con su recuerdo latente mientras él debe estar bebiendo de cada prostituta parada en la calles de la gran ciudad. Dejo salir un suspiro y me abrigo más con la chaqueta tratándome de darme calor. Hago accionar el cierre automático y me subo al auto. Necesito poner mis ideas en orden, descansar de la invasión mental de Silas y lo agitado que estuvo el día. Pongo en marcha el auto, y acelero. Las calles de Mystic están vacías desde que mamá prohibió hacer actos públicos y celebraciones después de las doce de medianoche. Silas es peligroso y aunque el pueblo entero quiera negar toda la presencia sobrenatural, esta está ahí acechándonos, desde siempre. Me voy por el camino más corto, pasando por el barrio de los fundadores, solo de masoquista, para recordarme cuantos han muertos, solo para echarle un ultima vistazo a lo que era la manción de Klaus, donde bailamos por primera vez, el mismo lugar en el que me dejó ver su lado más humano. Disminuyo considerablemente la velocidad cuando estoy frente a ella. Me duele algo escondido, cerca del estomago y siento mis ojos aguándose al ver todas las luces apagadas y ¡no me entiendo! Debería estar feliz porque uno de nuestros problemas se fue, lejos, pero no lo estoy. Extraño su coqueteo y sonrisa petulante, media torcida. Extraño sentirme segura y eso es lo más extraño que Caroline Forbes ha dicho, porque se supone que él era el mal con piernas sexys, pero, en una última instancia, tenía que defenderme, lo hacía. Y ahora estaba sola, sin su extraña manera de protegerme, estaba sola con Silas dando vueltas tratando de meterse en mi mente y destruir a los que más quería.
Le doy un último vistazo a la mansión de Klaus, o la que era, y acelero a fondo. La sheriff no le pondría una multa de unos cuantos dólares a su hija ¿no? Cuando llego a casa me estaciono y corro por el pórtico, abro la puerta con velocidad y siento miedo de entrar a mi propia casa. Todas las luces están apagadas y de un solo manotazo a velocidad vampírica enciendo todas las lámparas. Cierro la puerta con el pie y cuando me siento más menos segura, me saco la chaqueta y con los dedos abiertos me masajeo el cráneo.
-¿Mamá? –murmuro en medio de la casa, y sé que no habrá respuesta, está trabajando al máximo tratando de crear un plan para mantener un poco más a salvo a Mystic Falls. Subo las escaleras rápido, me doy una ducha y estoy en pijama. Me aseguro de cerrar bien las ventanas, poniéndole picaporte a cada una. Corro las cortinas mientras le doy una última mirada a la luna. Camino hasta el espejo, y abro un cajón pequeño para sacar un peine. Puedo estar cansada, pero jamás fea. Rebusco entre las cosas con la mano, cuando encuentro la pulsera que me regaló Klaus. La tomo con la palma de la mano y con la punta de los dedos acaricio el frío de la joya, repasando cada detalle. Sin darme cuenta estoy sonriendo como una estúpida.
-Klaus sí que sabe sacarle provecho al “puedes entrar” –murmuro en voz alta. Me la pongo en la muñeca sin pensarlo mucho. La pulsera tiene una historia, una conexión aunque trate de ocultarlo con hostilidad hacia él.
Me cepillo el cabello cansada y me hago una coleta. Camino hacia la cama y la abro. Siento el cuerpo por completo pesado. Me dormiré rápido me digo a mi misma, me cuando estoy entre las sábanas me siento muy sola. Quisiera que mamá estuviera aquí, diciéndome que todo esto va a pasar algún día, que ya no tendremos que lugar, ni correr, ni sentir miedo por perder a quienes amamos. Que me diga que podré vivir mi vida tranquila, sin miedo a que un síquico se meta en mi mente o alguien quiera clavarme una estaca en medio del pecho. Estas hablando como la Caroline humana, la insegura, la que no era fuerte, la maldita perra controladora. Me dice mi conciencia y tiene razón. Ha sido un día extraño en muchos sentidos. Cierro los ojos tratando de concentrarme solo en mi respiración pero se me es imposible, siento una fuerte responsabilidad en mis hombros, sé que hay que sacar a Silas lo más rápido posible de circulación y Bonnie no puede hacer el hechizo porque está muy débil. Klaus es una de nuestras últimas opciones, pero ¿Cómo convencerlo de volver cuando prometió no hacerlo nunca más?, ¿por qué él que debía tener todo en Nueva Orleans decidiría volver con unas cuantas brujas forzadas a matar a alguien que ya no influía en su vida? Klaus solo movía sus piezas para ganar su juego, con Silas no tenía nada que ganar o perder. No sería tan sencillo solo ir hasta allá y pedirle que nos hiciera el favor, sabiendo que si volvía y se enfrentaba cara a cara con Silas podría resultar incluso muerto. Mientras más le daba vueltas al asunto Klaus dejaba de ser una opción, pero yo tampoco tenía más opciones.
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family tree #wattys2017
FanfictionTras la partida de Klaus a Nueva Orleand, Caroline pensó que su vida amorosa al menos estaría tranquila y podría concentrarse en lo que realmente importaba, ayudar a sus amigos a volver a petrificar a Silas, pero ¿realmente podría concentrarse en cr...